The Chuch in the Darkness es un juego de infiltración, sigilo y acción publicado por Fellow Traveller y desarrollado por Paranoid Productions, que tuvo por fecha de lanzamiento el 2 de agosto de 2019. La base argumental del juego es semejante a la de muchos otros juegos: cultos secretos, líderes carismáticos, infiltración. En los 70, unos tíos locos han huido de EEUU por una supuesta persecusión política y se han mudado a latinoamérica ha buscar privacidad y libertad para su secta, que promueve un estado socialista de trabajo y unión entre todos. O eso dicen.
Y aunque no parece la típica secta, The Collective Justice Mission, liderado por Rebeca y Isaac Walker, es un culto a esa supuesta segunda oportunidad que ellos representan, radicales, armados, peligroso y cerrados. Y como toda secta, su fanatismo los lleva a la opresión y la violencia, muertes y desapareciones.
The Church in the Darkness nos pone en la piel de Vic, un ex policía que busca a su sobrino en medio de Liberty Town, el pueblo fundado por The Collective Justice Mission, que más que un pueblo parece una aldea en medio de una selva tropical. Alex, el sobrino de Vic, se unió a al Colectivo, buscando una segunda oportunidad, y aunque no ha manifestado quererse ir, su familia preocupada envía al único miembro de esta capaz de encontrarlo y rescatarlo. Esto es básicamente el objetivo del juego: rescatar a Alex y huir con vida. En medio de eso, iremos descubriendo todo sobre lo que pasa realmente en Liberty Town.
Gráficos
En términos gráficos la propuesta del juego no destaca demasiado sin llegarnos a fallar. Tiene un estilo de animación 3D, con un diseño de personajes cariacturesco. Como la perspectiva de la cámara es completamente cenital, generalmente no tenemos chance de poder detallar a los personajes del juego, ni tampoco parece importar demasiado que de hecho los diseños de personaje carezcan de rostro, dedos, y demás. en general, no hay muchos detalles en ellos, salvo su color de cabello, si llevan o no sombrero, su color de piel, y el tipo de ropa que usan. Pero tiene un manejo de sombras y luz que le luce bastante bien.
En general, distinguimos a los tipos de personaje que hay por el color de sus ropas. Están los guardias azules (sombrero y camisa azúl) que llevan una pistola, los guardias rojos (sombrero y camisa roja) que llevan un shotgun, los aldenanos que llevan ropas diversas, pero nunca los colores de los guardias. No hay otro tipo de pesonaje. La única diferencia adicional está en que algunos personajes dentro de Liberty Town nos ayudarán. Estos tienen un círculo verde a su alrededor para indicarnos que no correrá a avisar a los guardias.
El diseño de escenarios está bastante bien. Los árboles y las casas están muy bien detallados, al igual que los lugares de rituales, y el agua que vemos. También hay campos de cultivo, y en general se siente la diferencia entre cada uno de sus pequeños diseños. Pero el juego peca en este apartado al no ofrecer variedad. Es un mapa pequeño, y en general todo tiene el aspecto de un pueblo perdido en la jungla, y los tiempos para completar una partida son de entre 10 a 40 minutos. No habría tiempo de aburrirse. El problema está en que el juego exige rejugabilidad y como tal se torna visualmente aburrido y repetitivo.
Otro problema del juego es que las animaciones en general se sienten poco cuidadas. Las animaciones como abrir puertas, buscar cosas, disparar. Aunque la verdad sea dicha, muy rápido se acepta que es el estilo de animaciones que se escogieron. Y por último, a veces sienten caidas del framerate durante el movimiento del personaje por en medio de la selva, lo que resulta extraño porque fue jugado en una Xbox One X.
Sonido
El sonido del juego está bastante bien cuidado aunque en algunos aspectos puede llegar a ser molesto. Los sonidos ambiente más comunes son el ruido de la selva, que se siente muy bien, y de vez en vez, nos acompaña una música entre dramática y conmovedora, pero solo en momentos muy específicos del juego. Los efectos de sonido de disparos, explosiones, apertura de cajas o armarios están muy bien logrados y aportan inmersión al juego. Sobre esto no hay queja.
De lo que sí podemos quejarnos es de la saturación que hay frente a la prédica constante. Durante toda la partida escucharemos a Rebecca y Isaac hablando casi todo el tiempo sobre sus ideales y lo que significa Liberty Town, y luego de varias partidas, los mensajes se vuelven repetitivos y por eso aburridores. Hace falta algo de respiro, de espacio en medio de nuestro gameplay. También es cierto que lo que ellos dicen va cambiando conforme a nuestras decisiones, pero de nuevo, no hay suficiente variedad para la propuesta de rejugabilidad que tiene el juego.
Un detalle, el juego no tiene doblaje al español. Lo puedes poner en chino simplificado, en ruso, en japonés y en inglés. Pero no es español. Lo que sin duda es un contra para un juego en el que constantemente esuchamos hablar a los líderes del Colectivo, o tenemos que leer numerosos textos para conocer más de la historia.
Jugabilidad
The Church in the Darkness es un juego de infiltración/acción con una perspectiva Top-Down, en donde podemos tomar la decisión de si limpiamos nuestro camino o si usamos una táctica no lethal. Lo cierto es que solo somos una persona en medio de un pueblo plagado de guardias, así que un enfrentamiento directo nunca saldrá demasiado bien. Por lo que toda las tácticas que se usen tienen por base el sigilo y la infiltración.
El objetivo del juego: encontrar a Alex, sobrino de Vic, el protagonista. Y para hacerlo podemos apoyarnos o no en algunos personajes que nos indicarán en que parte del mapa está. Luego de encontrarlo, deberemos huir con vida. Y esto podrá ser más o menos difícil dependiendo de las decisiones que hemos tomado. El gameplay del juego gira en torno a este objetivo y poco más, infiltrarse, no ser detectado, encontrar a Alex, huir. Cuando nos descubren podremos escondernos en armarios, o solo salir corriendo, porque los enemigos nos perseguirán muy poco.
Algo con lo que debemos contar en la exploración del mapa es que nuestros enemigos contarán con un campo de visión, que dependiendo de la dificultad, podremos ver automáticamente, pulsando B o no podremos verlo en absoluto sino solo suponerlo. Si uno de los guardias nos ve cerca suyo, abrirá fuego. Si un miembro de la secta nos ve, avisará a los guardias y encenderán las alarmas, lo que hará que todos nos estén buscando. La alarma solo se descativará si usamos el objeto indicado. A los guardias los podremos eliminar sin gastar recursos, siempre que no nos vean, los podemos matar o solamente desmayar.
Además de la exploración, el juego cuenta con un sistema de saquego: podemos saquear a nuestro enemigos y a las diferentes cajas, armarios o escritorios que econtraremos. Y así lograremos obtener items que nos serán bastante útiles para cumplir nuestro objetivo: armas, escopetas, balas, rocas que sirven desabilitar alarmas, también radios o alarmas que llaman la atención de la gente y nos permiten abrir caminos, comida o medicinas, e incluso algunas cosas que nos traeran una mala sorpresa. Los items que podemos recoger a lo largo del mapa se ajustarán al estilo de juego que querramos tener, y en general suelen ser muy útiles para lograr nuestro objetivo. Aunque de paso sea dicho, la mayoría de objetos que encontramos sirven para hacer daño letal.
Al inicio del título se nos dicen varias cosas: que todo va cambiará conforme a nuestras decisiones, que el mapa de Liberty Town nunca es igual en cada partida que jugamos, y que la personalidad de Isaac y Rebecca también se generará de manera aleatoria. Y es que encontrar a Alex no es realmente el único objetivo del juego, sino la manera como lo encontramos y las cosas que vamos descubriendo en el camino. The Chuch in the Darkness es un juego con múltiples finales, y cada final responde a las decisiones que vamos tomando, que además, se van ampliando conforme vamos consiguiendo finales.
¿Terminar un juego muchas veces no puede resultar muy agotador? En general, cada partida que jugamos está diseñada para ser conseguida entre 10 y 40 minutos. Y en cada una de ellas iremos encontrando en forma de postales, cartas y otras cosas, parte de la historia que va develando la escencia real de The Collective Justice Mission y de lo que pasa en Liberty Town. El problema llega cuando este modo de juego no logra ser lo suficientemente divertido, diverso o atractivo como para que el juego quiera seguirse jugando.
Es cierto que tenemos mapas distintos, y que al final comenzarán a suceder cosas diferentes. Pero por todo lo demás, el juego se siente repetitivo, y no logra cautivar lo suficiente como para querer terminarlo más de 4 veces. Y en este sentido lo novedoso de su propuesta se diluye en su ejecución. Aunque no hay que ser injustos, el juego ofrece diversidad en la historia y en las consecuencias de lo que hacemos, pero la manera de presentarlo hace que no sea un juego para todos, porque puede resultar entre frustrante y monótono. Además de que su narrativa, una parte importante en este título porque nos informa la profundidad de la historia, se queda en meras cartas y postales que la verdad poco o nada de interés incentivan por leerlas.
Duración
Como hemos dicho, el juego tiene un sistema de partidas cortas de entre 10 y 40 minutos de duración. Cada partida corta puede ser entendida como un nivel que debe ser resuelto buscando encontrar una manera diferente para lograr el objetivo. En términos de duración, si entendemos el sistema de partidas cortas, tiene una duración apropiada. La mejor manera de disfrutarlo es en sesiones cortas y ojalá con algún ingrediente de competitividad local: quien pueda terminarlo más pronto, quien no asesine a nadie.
Conclusión
Este definitivamente no es un juego para todo el mundo. Lo primero es que tienes que disfrutar el género de infiltración, y además te debe gustar el reto de encontrar soluciones distintas para las mismas situaciones. Como juego ofrece una experiencia interesante, pero tiene serias carencias.
Entre las carencias más importantes, no tener una narrativa lo suficientemente bien lograda para llegar profundamente al jugador, siendo esta la base de su jugabilidad, el misterio a resolver. No ser lo suficientemente diverso para incentivar al jugador a repetirlo las veces suficientes para desbloquear los finales.
No es por esto un mal juego. Solo le hizo falta elementos más enganchantes. Pero una vez logramos entender el sentido del juego, y aceptamos un poco la lógica repetitiva, nos podemos internar en un interesante y macabro juego de infiltración en una secta. Siempre que dispongamos de sesiones cortas y le demos aire y tiempo entre jugada y jugada, el juego puede ser una grata experiencia y retadora.