Análisis de Warlander: Guerra Medieval Free to Play

La desarrolladora Toylogic, después de su lanzamiento en septiembre del año pasado en PC, nos trae a consolas Warlander. Además, llega Free to Play y con la opción del crossplay entre todas las plataformas. Este juego multijugador online de acción y Hack and Slash en tercera persona, se basa en la simple premisa de combatir y conquistar (destruir) el núcleo del equipo contrario que se encuentra en el interior de su fortaleza.

Para este análisis, he jugado a la versión de Xbox Series X/S en una Xbox Series X.

¡Al Asalto del castillo!

Warlander propone un modo multijugador del que nos nutriremos principalmente, en el que iremos desbloqueando nuevo equipamiento para nuestro avatar, el cual usaremos en el campo de batalla. No tiene una aventura en sí, más allá del tutorial que nos indica las lecciones básicas que deberemos tener en cuenta durante la contienda. En este sentido, recuerda a otros juegos multijugador online como el reciente Chivalry 2.

Esto va de asaltar castillos, y aunque en un primer momento nos veamos abrumados por la pericia de nuestros compañeros/oponentes; partida tras partida iremos encontrando nuestro lugar. Tendremos que defender nuestro castillo, a la vez que conquistaremos diversas torres ubicadas por todo el escenario lo que nos proporcionará mejores puntos de aparición. Por todo el escenario encontraremos ítems que nos permitirán sacar ventaja de las situaciones. Principalmente, el uso de ballestas, cañones, etc. nos acercarán más hacia nuestro objetivo y en situaciones defensivas, destruiremos el equipamiento del equipo contrario.

La colaboración marcará la diferencia en las partidas de Warlander

Y, en efecto, la clave en este tipo de juegos es sin duda la colaboración para alcanzar un objetivo común. Esto quiere decir que nuestra partida, por suerte o por desgracia, dependerá directamente de lo implicados que estén nuestros aliados. Por lo que, Warlander es un juego de contrastes en este sentido; una partida podrá rozar incluso la épica y otra podrá ser un absoluto despropósito. ¿Existe el término medio?, sí y no… por suerte, generalmente tanto los buenos aliados como los malos suelen equilibrarse en las partidas para dotarnos de asaltos de castillos parcialmente espectaculares.

Conscientes de ello, Warlander intenta en todo momento equilibrar las partidas. En la sala de espera pre-partida, podremos acceder al voto en relación con distintos aspectos que perjudicarán o beneficiarán a nuestro equipo. Elegiremos si queremos que nuestro equipo adopte una actitud defensiva, ofensiva o equilibrada. Después de ello, de los 20 jugadores que compondrán nuestro equipo, estaremos en relación más directa con nuestro escuadrón (compuesto por 4 jugadores), escogiendo entre varios papeles a adoptar. Esto es importante ya que aparte de los objetivos comunes tendremos objetivos por escuadrón, lo que nos permitirá recopilar mayores recompensas una vez que finalice la partida, independientemente de que hayamos conseguido la victoria o no (si la conseguimos, obviamente, obtendremos mayores recompensas).

Caballero, Clérigo o Mago

Tendremos la posibilidad de escoger entre tres clases distintas: Caballero, clérigo o mago. Cada una de estas clases cambiará nuestro estilo de juego, por ejemplo, con el caballero combatiremos en la corta distancia con nuestra arma blanca pudiendo aturdir a nuestro enemigo, contando con la posibilidad de bloquear con un escudo y atacar a distancia con una ballesta, arco, etc. A esto le sumamos las habilidades especiales, que podrán ser tanto defensivas como ofensivas, muy determinantes si las usamos en el momento preciso.

El clérigo podría definirse como una clase de apoyo, en el sentido de que tiene la capacidad de curación, que será de vital importancia para cubrir a nuestros aliados. Además, se especializa en el combate cuerpo a cuerpo, similar al caballero, portando una maza y un escudo con el que poder bloquear los ataques del enemigo.

Por último (y no menos importante), podremos seleccionar al mago. Las posibilidades que tendremos se multiplican, pues contaremos con un gran número de hechizos que podremos utilizar, trampas, etc.

Podremos personalizar todas estas clases. Desbloquearemos habilidades nuevas, ampliaremos la capacidad de recursos que podremos equipar, etc. La personalización va más allá de reabastecer a nuestro avatar, ya que podremos acoplarnos con combinaciones de habilidades, ítems… a parte de la posibilidad de probarlas en las diferentes clases. Esto hace que la personalización en general de un paso más allá, aunque, aquí el problema radica en la posibilidad de micro pagos, lo que permitirá alcanzar rápidamente estas habilidades y perjudicarán al jugador casual.

Gráficamente, correcto

A estas alturas de la generación, empezamos a encontrarnos títulos que ya sobresalen por encima del resto (aunque es cierto, que parece que seguimos estancados en la intergeneración de consolas). Warlander no será ese título que recordemos por sus gráficos de escándalo, eso está claro, pero sí recordaremos que se juega perfectamente fluido. Y es que, la gran cantidad de acciones que se desarrollan en pantalla, en conjunción con el tamaño de los mapas y el número de jugadores, no hace caer la tasa de fotogramas por segundo, y eso es de valorar positivamente.

Esto es lo que principalmente le podemos pedir, partidas fluidas y sin parones, con un (esperpéntico, para ser una batalla medieval) juego de luces en pantalla y efectos conseguidos. Más allá de eso, son gráficos correctos que no destacan en ningún aspecto.

¿Cómo se escuchan los gritos de batalla en Warlander?

En lo referente a este apartado, podemos concluir que es discreto. Las voces se encuentran localizadas en inglés, aunque con la posibilidad de poner subtítulos en castellano. El ritmo de las batallas y las muertes se escuchan bien, pero sin alardes. No aporta demasiado en particular, aunque por lo menos mantiene la tensión en todo momento.

Conclusión

Warlander quiere ser el nuevo juego de moda, para ello propone unas batallas medievales (fantásticas) espectaculares, el crossplay y free to play como carta de presentación. Aunque presumiblemente se quedará en eso, en una moda (muy pasajera), y no porque no sea interesante su sistema de progresión y la diversidad que encontremos en sus partidas. Sino por un aspecto que hará que el jugador casual pueda abandonar pronto el juego, y son los micropagos. En cualquier caso, es un juego recomendable para aquellos que les guste cooperar con otros jugadores y es en este momento, donde Warlander saca lo mejor de sí. Técnicamente no es una delicia, pero sí cumple y se juega en perfectas condiciones. Si tienes algunas dudas sobre si merece o no la pena asaltar el castillo, pruébalo, es gratis y sin duda alguna es de sus mejores bazas.

Lanzado el anterior mes de septiembre del año pasado en PC, tenemos la oportunidad de jugar a Warlander en Xbox Series X/S. Sigue explorando la apasionante industria del videojuego con nosotros a través del siguiente enlace.

Warlander

6.8

Jugabilidad

7.5/10

Gráficos

7.0/10

Sonido

6.5/10

Innovación

6.0/10

Pro.

  • La jugabilidad es bastante orgánica
  • La sensación de estar en una batalla medieval fantástica
  • Técnicamente está pulido

Contra.

  • Puede hacerse repetitivo
  • Micro pagos que descompensan las partidas
  • Sólo cuenta con modo multijugador
  • Escasos modos de juego

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Siempre me ha gustado jugar a videojuegos y leer artículos sobre ellos, ¿Por qué no escribir?

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