Como ya sabéis y os hemos ido informando, la escasez mundial de semiconductores ha lastrado las líneas de fabricación y el suministro regular de consolas de neuvs generación en todo el mundo. La crisis del COVID 19 hizo que desde 2020 la fabricación en masa de consolas fuera signo de otros tiempos. Todo ello, inevitablemente, ha provocado que las ventas de hardware se vean limitadas a «ráfagas». Microsoft, Sony o Nintendo no han sido ajenas a ello. Aunque, como ya hemos comentado en alguna ocasión, esto está dando lugar a algunas sorpresas.
Según los datos de ventas semanales en Japón publicados por Famitsu, la PS5 fue nuevamente superada en ventas por Xbox Series X/S la semana pasada. Incluso, Xbox Series X y Xbox Series S lograron superar las ventas conjuntas de PS5 de manera individual, mérito del que hasta ahora sólo gozaba Xbox Series S.
Los dos modelos de PS5 vendieron 3.035 unidades en el transcurso de la semana. En comparación, Xbox Series X/S vendieron 6695 unidades. Xbox Series X vendió 3272 y Xbox Series S alcanzó 3423 unidades. Con ésta ya son varias las ocasiones en las que Microsoft toma la delantera en ventas en Japón, algo impensable hasta hace sólo unos años.
Mientras tanto, Nintendo Switch fue la consola más vendida en Japón la semana pasada. Nintendo ssigue gozando de gran aceptación, unido a los componentes no muy potentes de su consola, que les permite tener unidades siempre en las estanterías de las tiendas.
A principios de este año, el CEO de Intel, Pat Gelsinger, dijo que la escasez mundial de semiconductores podría muy bien extenderse hasta 2024. Sin embargo, la excelente anticipación de Microsoft parece que está beneficiando a los de Redmond en ventas. Xbox goza de una envidiable salud, consiguiendo ventas incluso en su territorio más hostil. El Game Pass y Series S apuntan a ser los principales responsables. Lo más importante es que el usuario ajeno a Xbox está probando la consola, y no sale decepcionado.
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Apasionado de la ciencia ficción en todas sus vertientes. Gamer desde hace más de 30 años. Xboxer de corazón
