Análisis Suicide Squad, ¿el fin de Rocksteady?

Antes de que entremos en faena déjame decirte que, si eres un fan acérrimo de DC Cómics y habías depositado tus esperanzas en este juego, no te va a gustar lo que vas a leer aquí. Tras mucho ruido (algo os habrá llegado ya) el último título de Rocksteady por fin ha llegado a nuestras manos. Con Suicide Squad se pretende lograr una experiencia de mundo abierto compartida, gracias a su multijugador, aunque lastimosamente no ha salido todo lo bien que debería.

Después del éxito con la saga de Batman, y teniendo a estos como referentes del el género, Rocksteady se alzó como la compañía a seguir para lanzamientos de este tipo. Sin embargo con Suicide Squad, el renombrado estudio ha perdido la esencia que tanto tiempo les ha llegado forjar con el caballero oscuro. Algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que los principales cerebros del estudio abandonaron el barco hace ya mucho tiempo. Pero veamoslo en profundidad.

Un proyecto desfasado en pleno 2024

Una de las cosas que más llaman la atención a simple vista, es que Suicide Squad se queda muy corto en el apartado técnico. Más allá de que no tenga ningún modo de rendimiento o gráfico (al menos yo no he dado con él), el videojuego tiene carencias bastante notables. Es sorprendente que en la generación en la que estamos, el mismo estudio sea capaz de lanzar un Suicide Squad que se queda muy por detrás del nivel gráfico alcanzado en Batman Arkham Knight, de Xbox One.

Faltan texturas en Metrópolis constantemente, especialmente en el asfalto de las calles, por poner un ejemplo. Pero si uno sigue rascando, ni siquiera las zonas interiores de los edificios se salvan, pese a que estos mejoran ligeramente. Tampoco ayuda la iluminación, que podría salvar en parte la papeleta. Apenas hay reflejos, salvo los más comunes de charcos y superficies interiores. Se ha intentado otorgar variedad en la ciudad, con multitud de edificios y monumentos relacionados con los héroes de DC, pero lo cierto es que incluso ahí se le nota las costuras. Basta con usar la mira de Deadshot para comprobar cuanto sufre el juego a la hora de cargar edificios o estatuas de los alrededores al hacer zoom.

Otro detalle que me ha llamado la atención, es que a veces, la cámara hace cosas extrañas durante las cinemáticas. No ocurre en todas, pero en muchas de ellas se refleja un exagerado temblor sin sentido. No sé si es en realidad un fallo, o más bien un intento frustrado de darle un aire ¿”cinematográfico”?.

Los protas de Suicide Squad

En los personajes, hay luces y sombras. Digamos que en sus diseños, unos están más acertados, como es el caso de Capitán Boomerang o Rey Tiburón. Estos recuerdan más a los personajes propios de los comics y el cine, contando siempre con la posibilidad de cambiar sus skins. El principal problema es Harley Queen, quien a priori debería ser la que contase con mayor protagonismo, y aun así denota un preocupante desdíén en su diseño. Su aspecto, más descuidado que en anteriores entregas de Rocksteady, denotan que o bien es falta de talento, o se ha optado por seguir una peligrosa corriente política como la ya vista en títulos de otras compañías. En cualquier caso, la narrativa no es que suba demasiado el listón, por lo que a todos los efectos, es una batalla perdida. Atrás quedó la imponente y alocada figura del personaje visto en la saga Arkham.

Cabe la posibilidad de desbloquear nuevas skins para los personajes, por lo que en ese sentido, pueden adquirirse “looks” de los comics o las películas. Con la edición Deluxe (la que he analizado) se incluyen algunas de ellas. Eso sí, llama la atención la falta de detalle, como mencionaba anteriormente, en referencia, por ejemplo, a la iluminación. Las arrugas de los trajes o los efectos de los combates dejan mucho que desear. Mejor aspecto lucen los “villanos” de la historia, que como sabéis son los famosos héroes de DC, como Green Lantern, Flash o Wonder Woman.

Muy pobre a nivel narrativo

Ya se sabe que este tipo de historias “superheroicas” en los videojuegos no suelen ser las más profundas del mundo. Basta cualquier excusa para dar rienda suelta a los superpoderes de los personajes, pero en el caso de Suicide Squad, dichos personajes carecen del carisma que tanto les caracteriza.

Se supone que estamos en el mismo universo de anteriores títulos de Batman, o al menos así lo da a entender el videojuego. Brainiac y su imponente ejército extraterrestre ha invadido la ciudad de Metrópolis, todo ello con la intención de controlar a la Liga de la Justicia y doblegar el planeta. Es aquí donde entra el escuadrón suicida, formado por Boomerang, Deadshot, Harley Queen y Rey Tiburón. Estos serán reclutados por Amanda Waller para formar la Fuerza Especial X, un escuadrón que deberá contrarrestar los ataques de Brainiac dirigidos a través de Green Lantern, Superman, Batman o Flash entre otros.

De ahí que el juego pase a centrarse en estos cuatro villanos, así como en otros tan icónicos como el Pingüino o Enigma. Con semejante elenco entre manos, resulta sorprendente que Rocksteady no haya sabido sacar todo el potencial a nivel narrativo. Y es que, si habéis visto series como Gotham o las míticas películas de Batman y Superman (tanto nuevas como clásicas) bastará para entender la fuerza de sus villanos, su carácter despiadado y el tono oscuro propio de DC. En Suicide Squad no hay nada de eso.

Por momentos se trata de implantar un toque cómico, que no surte efecto para mitificar la falta de personalidad en los personajes. Algunos diálogos, lejos de ser brillantes, convierten en risibles a algunos de dichos personajes. Simplemente, cuesta entrar en la trama.

Una ciudad para… ¿explorar?

Buena parte de la jugabilidad de Suicide Squad busca darle protagonismo a la ciudad de Metrópolis. El mapa no es el más grande del mundo, pero para un título de estas características es más que suficiente. En este aspecto, la idea de base está bien, puesto que su mundo abierto da pie a explorar cada calle y los secretos que aguarda. Además, hay estructuras que hacen referencia a los superhéroes de DC, así como también a los villanos. Un ejemplo de ello, es la imponente torre de Lex Corp.

A todo lo mencionado, hay que destacar que el desplazamiento por la ciudad es de lo más rescatable del juego. Cada uno de los cuatro personajes que forman nuestro escuadrón lo harán a su manera. Harley Queen utiliza un dron que prácticamente “emula” el balanceo de Spiderman, Rey Tiburón utiliza su super fuerza para brincar por la ciudad, y Boomerang utiliza (valga la redundancia) su boomerang para aparecer allá donde esté el mismo. Mi favorito en general es Deadshot, quien se basta de un propulsor para viajar por el mapa y en los combates.

En cuanto a contenido, decir que hay misiones secundarias en forma de contratos y encargos, así como encuentros aleatorios con las tropas de Brainiac por las calles. Sin embargo, estos no son el mayor aliciente del mundo, y con el paso de las horas se vuelven repetitivos. Lo mejor, el propio desplazamiento por la ciudad y poco más…

Un combate descafeinado

Suicide Squad tenía la oportunidad de ofrecer un sistema de combate variado, pero parece que Rocksteady no ha conseguido dar con la tecla. Y no precisamente por falta de opciones. Cada uno de los personajes a nuestra disposición posee un buen repertorio de ataques, combinados con otros especiales que iremos desbloqueando desde los primeros instantes del juego. Además, el juego permite ir cambiando en tiempo real de un personaje a otro, lo que dinamiza los combates.

Por otra parte, cada personaje cuenta con tres amplios árboles de habilidades, que podrán desbloquearse con la experiencia que vayamos adquiriendo. El problema, es que creo que a cada jugador le ocurrirá lo mismo que a mi, terminará cayendo en el uso de un único personaje, el que mejor se adapte a su estilo. Pero no eso no es lo grave, sino que además, el propio sistema no invita a aprovechar esos árboles de habilidades. Sí, están ahí, pero da la sesación de que no son tan relevantes. Jugándolo en dificultad normal, los enemigos se convierten en esponjas de balas a las que les resultará imposible ponernos en apuros.

Esto hace que caigamos siempre en las mismas combinaciones. Unas veces será para acabar con un “jefe”, y otras con manadas de enemigos que parecen no acabarse nunca. Pero el aliciente para probar cosas diferentes es más bien pobre, y esto en un título de estas características es un problema. Un problema que deriva también en su vertiente cooperativa online, volviéndolo aburrido incluso en compañía.

Un buen trabajo sonoro… a medias

En el apartado sonoro, digamos que Suicide Squad no va a ser precisamente el juego más recordado por su banda sonora. La música queda en un segundo plano casi en todo momento, salvo en puntos álgidos, como puede ser la presentación de ciertos personajes y algunas cinemáticas de nuestro escuadrón de villanos. La aparición de Batman es un buen ejemplo, pero en líneas generales pasa de puntillas lo que debería ser un elemento de vital importancia. Por no hablar de los efectos sonoros de armas y explosiones, donde se aprecia el escaso mimo que han puesto sus desarrolladores.

No obstante, el doblaje sí que cumple mejor su cometido. Pese a lo pobre de la narrativa y sus diálogos, no es un secreto que en España tenemos un nivel altísimo en cuanto a actores de doblaje. Esto se transmite gracias a unas geniales interpretaciones y al regreso del gran Claudio Serrano, encarnando de nuevo al caballero oscuro. No es que tenga mucho protagonismo (como es lógico) pero cuando aparece, se come todo lo demás.

Durante los combates o la exploración por la ciudad, es bastante común que los villanos y los héroes nos hablen por radio, un detalle similar a lo que vemos en los Spiderman de Playstation. Claramente se han inspirado en ellos para lograr el mismo efecto. Eso sí, si me lee alguien de Rocksteady, por favor, dejad de incluir en pantalla los tutoriales y las indicaciones cada dos minutos. Es una forma de hablar, pero es que se vuelve muy molesto que nos indiquen cosas tan básicas como las mecánicas de desplazamiento o los ataques en todo momento. Es tedioso incluso para quien prefiere dejarlos activados.

Suicide Squad: Kill The Justice League ¿es propio de Rocksteady?

Pues contestando rápidamente a esta pregunta, no. De hecho, tal y como remarcaba al principio del análisis, esta no es ni por asomo la Rocksteady que muchos recordaban de los títulos de Batman. Se ha intentado hacer canon este videojuego, incluyéndolo en el mismo universo, pero doy por hecho que la mayoría de los fans optarán por borrarlo de su recuerdo. Y es una lástima, han perdido una excelente oportunidad.

La idea de plantearlo como un título con multijugador ya es un error de base, con micropagos incluidos para obtener skins y personalizar a los personajes. Pero más allá de eso, hay otros muchos elementos que recuerdan al malogrado Marvel´s Avengers. ¿El principal? su sistema de combate se vuelve aburrido, y el nivel técnico parece de una o dos generaciones anteriores en comparación a los juegos de Batman. Quedan algunos aspectos positivos, como el desplazamiento de los personajes por la ciudad, pero al final se ven empañados por la escasez de alicientes para llevarlo a cabo.

Si a todo esto le sumamos un apartado sonoro que no está a la altura, y unos personajes sin carisma, el resultado es que tristemente, la Rocksteady que amábamos ya no existe.

Suicide Squad: Kill The Justice League

4

4.0/10

Pro.

  • Un buen doblaje a nuestro idioma
  • Hay bastantes tutoriales para los usuarios menos habituados

Contra.

  • El mapa es más que suficiente, pero con pocos alicientes para explorarlo
  • El combate se vuelve muy repetitivo pese a las opciones que da,
  • Los personajes carecen de carisma
  • Muy pobre a nivel narrativo
  • Un nivel gráfico muy por debajo de lo que acostumbra Rocksteady

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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