Mucha es la controversia que se ha alzado en torno al lanzamiento de Dying Light 2: Stay Human. El polémico y esperado juego de zombies de Techland vió finalmente la luz el pasado 4 de febrero tras meses y meses de retrasos continuos. El que prometía ser el videojuego definitivo sobre apocalipsis zombie se vió ensombrecido por una versión “incompleta” que llegó a los medios repleta de bugs. Los análisis de las revistas especializadas de medio mundo se realizaron sobre una versión previa al parche de actualización del día de lanzamiento. Con este parche de lanzamiento (casi tan grande como el propio juego original) se arreglaron más de mil errores que contenía la primera versión, previa al lanzamiento oficial. Ya sea por las prisas de la empresa polaca o por el cumplimiento de plazos por parte de los inversores, los redactores se encontraron con un juego bastante roto que empañaba considerablemente la experiencia que se había vivido con la magnífica primera parte de la saga hace ya casi 7 años.
Por suerte o por desgracia, en Área Xbox no tuvimos acceso a esa versión previa y hemos podido disfrutar el juego una vez ha sido arreglado con ese primer parche. ¿Habrá cambiado mucho la experiencia de juego tras el parche de día uno? ¿Está el juego completamente arreglado? ¿Es realmente muy diferente a la versión previa al lanzamiento? Esperamos que todas estas dudas queden resueltas en este profundo análisis que os traemos con todo el cariño del mundo para que seáis vosotros y vosotras los que valoréis si debe hacerse justicia con este título o si, por el contrario, las notas más negativas están justificadas.
Muchos problemas en su desarrollo
Lo cierto es que cada vez que Techland hablaba sobre Dying Light 2: Stay Human parecía que subía el pan. Las nuevas informaciones que iban surgiendo auguraban una obra magna, de proporciones bíblicas y absolutamente descomunal. Cada comunicado o imagen que ofrecía la compañía nos llenaba la cabeza de esperanzas sobre algo prometedor nunca antes visto.
Pero un buen día, Techland anunció que su título más esperado de todos los tiempos iba a sufrir un retraso. No un retraso de algunos meses sino un retraso indefinido, lo que resultó de lo más inquietante. Tras varias fechas propuestas y canceladas, los propios trabajadores de la compañía declararon que el desarrollo estaba siendo un completo caos. El final el juego salió este pasado mes de febrero pero, por desgracia para todos, el resultado se ha visto seriamente mermado por todos los problemas que ha arrastrado su tormentoso desarrollo. Aún así, no estamos ante un mal juego pero sí que está lejos de las ambiciosas promesas que mantenía la desarrolladora. Muchas ideas innovadoras por las que se había apostado en un principio han sido cambiadas, adaptadas y, en el peor de los casos, directamente eliminadas.
El viaje del peregrino
En Dying Light 2: Stay Human asumimos el papel de Aiden, un peregrino cuyas habilidades podrían cambiar el oscuro destino de La Ciudad, un emplazamiento sumido en el caos debido a la invasión de infectados que tuvo lugar hace años. Nuestro personaje va en busca de su hermana Mia, la cual desapareció tras unos experimentos cuando ellos eran pequeños. Tras recorrer muchísimos kilómetros las pistas le conducen hasta Villedor, un emplazamiento que ha logrado resistir a la destrucción causada por el virus pero que se ve envuelta en constantes conflictos entre dos bandos diferenciados: los pacificadores y los supervivientes.
Como veis, es una historia bastante manida tanto en libros como películas o videojuegos. Aquí, por desgracia, nos encontramos el primer inconveniente, y es que la narrativa del juego no está muy bien llevada pero es una parte importantísima del título. No podemos dejar de pensar que esta incongruencia no es más que una consecuencia derivada de su tormentoso desarrollo.
De alguna forma, gracias a su magnífico sistema de parkour y su divertidísimo combate, podríamos sugerir que el jugador obviase la historia y se centrara más en disfrutar el título de otra manera. No obstante, es precisamente la narrativa una de las principales bazas del juego, algo por lo que apostó muy fuerte la compañía y “nos vendió” como algo absolutamente revolucionario. Nada más lejos de la realidad.
Las decisiones y el alineamiento de las facciones
Techland llevaba varios años advirtiéndonos sobre la grandeza del desarrollo de la historia de Dying Light 2. Una narrativa que nos permitiría afectar al mundo que nos rodea con nuestras decisiones y que cambiaría el devenir de los acontecimientos según nuestro comportamiento. Pues bien, vamos a calmarnos. Es cierto que en nuestras manos recaerán decisiones que, si ocurriesen en la vida real, podrían cambiar el curso de la historia, pero realmente en la práctica no es tanto así. La historia seguirá siendo la misma pero según tomemos unas decisiones u otras la recorreremos sin ciertos personajes o con el favor de unos o de otros. Pero según se va desarrollando la trama podemos ver que nos dirigiremos hacia el mismo lugar, de una manera u otra.
Esto sucede porque la trama no está bien escrita del todo y esto es bastante grave. Al final, te da igual las decisiones que tomes porque el juego no consigue que empatices con sus personajes ni con la ciudad en sí. Lo que en la primera parte se desarrollaba de una forma más natural y orgánica aquí resulta muchas veces atropellado, forzado y, lo que es peor, sin sentido. Creo que la ambición del estudio le ha llevado a consumir demasiados recursos en algo que no lo necesitaba.
Pacificadores y Supervivientes
La alineación de las facciones finalmente queda como algo anecdótico que se traduce en ventajas jugables pero no impacta apenas en la historia en sí. Conquistar una Torre del Agua es divertido de por sí pero otorgarle los beneficios a una u otra facción no tendrá repercusiones narrativas apreciables. Bueno, en realidad sí que afecta pero como el juego no consigue hacer que te impliques del todo con las historias de las facciones nuestras decisiones no van a importar apenas. Las decisiones al final se traducen en recibir unas bonificaciones sobre el terreno para seguir desplazándonos y matando infectados. Por ejemplo, si distribuimos el agua hacia la facción de los Pacificadores, estos nos proporcionarán trampas por las calles para acabar con nuestros enemigos. Si por el contrario se la ofrecemos a los supervivientes estos construirán rutas de parkour por la ciudad para ir agilizando nuestros desplazamientos. Como podréis deducir, al final acabaremos repartiendo el agua según los beneficios que nos proporcionen en el juego, y no por simpatía o acercamiento a la causa.
Sí es cierto que algunas acciones nos abrirán o cerrarán misiones secundarias pero no creo que sea algo revolucionario, En mi opinión, podrían haberlo gestionado de otro modo ya que da la sensación de que parte de los problemas del desarrollo del juego han sido a causa de la implementación de este sistema de decisiones que, sinceramente, ha gastado muchos recursos del estudio y creo que no ha valido la pena el sacrificio.
Misiones secundarias más interesantes que la trama principal
Por contra, hemos de decir que las misiones secundarias resultan mucho más interesantes que la trama principal. Al abarcar menos terreno narrativo se centran en pequeñas historias, más parecidas a lo que vimos en la primera parte, donde viviremos situaciones más curiosas y que vale la pena investigar.
Pequeñas historias de intriga, investigación, asesinatos, supervivencia y desapariciones. Son momentos más equiparables a cualquier capítulo de The Walking Dead o series similares donde se explora el lado humano durante un apocalipsis zombie ( o infectado).
Es cierto que muchas veces resultan repetitivas y utiliza mucho el reciclaje, ya sea de situaciones como de escenarios, pero por suerte son opcionales y podremos dedicarnos a la misión principal cuando queramos. Son en estas misiones donde parece que Techland ha hecho lo que realmente ha querido, sin ánimo de contentar a nadie y por el mero placer de contar pequeñas historias.
Un mapa gigantesco con multitud de opciones
A pesar de que narrativamente es cuestionable, Dying Light 2: Stay Human es un juego muy divertido, tal y como lo fue la primera parte. Y si compartís la partida con uno o varios amigos vais a disfrutar de uno de los mejores juegos de zombies del panorama actual.
El título deja algunas escenas de acción espectaculares, cargadas de intensidad y tensión. A veces sentiremos que somos un súper humano capaz de aniquilar a cualquier criatura maligna que se nos ponga por delante y segundos después nos convenceremos de que la mejor opción es huir. Y tenemos un mapa gigantesco y muy variado para hacerlo.
El mapa de Dying Light 2: Stay Human es cuatro veces más grande que el del juego original. Está dividido en siete regiones diferentes, cada una con sus propias características, puntos de referencia y ubicaciones. La orografía es tan variada que dispondremos tanto de rascacielos altísimos conectados con tirolinas como de gigantes explanadas, túneles subterráneos o terrenos acuáticos. Toda una caja de arena a nuestra disposición para corretear como lagartijas haciendo uso de un sistema de parkour realmente divertido. Aunque para los jugadores con un nivel de pereza intermedio cuando avanza la historia dispondrán también de un parapente y un gancho para acortar distancias rápidamente.
El parkour es la gran estrella
Como en la mayoría de juegos de mundo abierto, sentiremos en nuestras carnes lo que es ser un recadero 24 horas. Si habéis jugado a bastantes juegos de este tipo sabréis lo necesario que se hace desbloquear el viaje rápido para no perder horas y horas yendo de un sitio a otro. Sin embargo, en Dying Light 2, a pesar de que también podremos desbloquear el viaje rápido a través de las estaciones de metro, el hecho de ir de un punto A a un punto B sorteando obstáculos por la ciudad es un verdadero placer.
En este punto toma especial importancia aquello de “lo importante no es la meta sino el camino”. El juego goza de un sistema de parkour algo más orgánico que el de la primera parte. Han introducido mecánicas algo más manuales y bastantes movimientos nuevos. También cobra superlativa importancia la barra de energía (cansancio) de nuestro personaje que deberemos gestionar bien si no queremos que nos dé una pájara en mitad de una gran escalada. Todo funciona realmente bien y a medida que vamos mejorando la resistencia y nuestras habilidades de parkour el desplazamiento se vuelve más interesante y divertido. Gran parte del entretenimiento del título recae en este apartado, que cumple a la perfección, y en el combate que, sin ser algo del otro mundo, logra cumplir también más que de sobra, aunque con algunas sombras.
Combate divertido pero mejorable
Es otro de los elementos más entretenidos del juego aunque con un considerable margen de mejora. El combate funciona bien en términos generales, pero se le podría haber sacado mucho más partido. A pesar de mejorar tus habilidades de lucha y adquirir nuevas los combates, por desgracia, acaban desarrollando casi siempre la misma estructura. De nosotros dependerá lo creativos que queramos ser pero lo cierto es que al final acabaremos siendo más prácticos y resolveremos los combates esperando el ataque del enemigo y bloqueándolo (o esquivándolo) para arremeter con un contraataque. Son divertidos, eso sí, pero con el tiempo que han tenido de desarrollo podrían haber implementado alguna mecánica más interesante.
No obstante, Dying Light 2 sí profundiza más en el crafteo y modificación de las armas. Es cierto que necesitaremos más objetos para poder hacer modificaciones de nuestras armas o crear objetos de supervivencia pero esto favorece a la exploración del escenario. Quizás ralentiza un poco el desarrollo de la aventura pero, por otro lado, nos hará disfrutar más de los enclaves del escenario. Además, se ha introducido un sistema de escáner con el que podremos detectar los objetos del mapa rápidamente.
Armas de todo tipo pero inteligencia artificial cuestionable
Podremos fabricarnos armas con efectos de todo tipo como eléctricas, de fuego, venenosas…cada una con unas características determinadas que nos ofrecerán ciertas ventajas en combate. También encontraremos elementos en los escenarios que nos proporcionarán ayuda en los enfrentamientos como son bombonas explosivas (que atraerán a muchos infectados con su sonido) o armas contextuales como lanzas o botellas que no podremos guardar en el inventario. Todo esto mezclado con nuestros movimientos de parkour hacen que los combates sean frenéticos y muy entretenidos.
Un problema grave es la inteligencia artificial de los enemigos. No tanto para los infectados, que presuponemos que muy listos no son, pero sí encontramos muchas limitaciones en los enemigos humanos. Las tierras de Dying Light 2 están plagadas de bandidos y gente de otras facciones que querrán hacernos la vida imposible, ya sea a nivel de calle o en las azoteas. Si bien es verdad que los enemigos bloquean, esquivan y contraatacan su forma de afrontar las peleas es siempre la misma: van directos a por ti. No tienen en cuenta si hay un muro de fuego entre ellos y tú pues irán como locos a quemarse con tal de alcanzarte. Muchas veces se producen embudos en sitios estrechos donde los enemigos humanos se agolpan como si fueran mosquitos que acuden a la luz y las situaciones son bastante ridículas.
Buenas noches y…¡permanece humano!
En esta ocasión se presenta un interesante añadido argumental a la historia: todos los habitantes están infectados con el virus. Esto provoca que si un humano permanece mucho tiempo en la oscuridad se acabará convirtiendo en zombie. Aiden, nuestro protagonista, también está infectado. Debido a esto se ha implementado un medidor de inmunidad que nos irá indicando el grado de contagio que sufriremos cuando nos adentremos en las zonas oscuras o viajemos de noche. Será nuestra responsabilidad movernos lo máximo posible por las zonas iluminadas o encontrar luces ultravioletas por el mapa que frenan nuestro nivel de contagio. Además, conforme vamos avanzando podremos ir mejorando nuestro nivel de inmunidad o utilizar objetos para frenar la enfermedad y aguantar más tiempo a oscuras.
Aún así, en esta segunda parte la noche es bastante protagonista. El juego ha introducido motivos suficientes para querer viajar de noche, ya sean misiones especiales, secundarias o con el fin de entrar en zonas donde se encuentran objetos de gran valor. Estas zonas oscuras funcionan como nidos donde se refugian los infectados durante el día, por lo que la única manera de conseguir entrar con cierta seguridad será por la noche. Sobra decir que las situaciones más vibrantes y de mayor tensión las acabaremos viviendo antes de la salida del sol.
Nivel técnico muy pobre
El título cuenta con 3 modalidades gráficas en consolas Xbox Series X (la versión que hemos analizado) pero ninguna ha logrado satisfacernos y nos ha generado cierta frustración. En primer lugar, tenemos un Modo Rendimiento, con resolución 1080p y 60 FPS. Esto es algo que se queda muy corto para un título de estas características. Si bien ha sido el modo elegido para jugar la mayor parte del título debido a la fluidez de los 60 fotogramas por segundo en cuanto a resolución ha sido un dolor de cabeza. Dying Light 2: Stay Human no brilla por sus gráficos (sus luces están algo mejor) y las texturas ya de por sí son cuestionables, pero en este modo se ven directamente borrosas. Choca ver lo mal que se desenvuelve en este aspecto en una consola de nueva generación que ha visto cosas tan descomunales como Gears 5, por ejemplo. Este es el único modo que se puede disfrutar a 60 FPS pero su calidad gráfica está más cerca de las consolas de antigua generación que de las nuevas. Una verdadera lástima.
Después tenemos el Modo Calidad con resolución 1080p, ray tracing limitado a sombras y oclusión ambiental y a 30 FPS. No merece la pena sacrificar la fluidez de imagen por unos pocos reflejos luminosos que ni tan siquiera están muy bien conseguidos. El juego se sigue viendo borroso y además, los más exigentes notarán los saltos en los fotogramas.
Por último tenemos el Modo Resolución, el cual sube la resolución a 3.456 x 1.944 píxeles pero mantiene los 30 FPS. Ciertamente, este es el modo que mejor calidad gráfica presenta, con unas texturas más definidas y una distancia de dibujado algo más precisa, pero tampoco es para echar cohetes.
Apartado sonoro con luces y sombras
Un apartado que ha creado bastante controversia en los medios ha sido el sonoro. El juego está doblado al español y cuenta con verdaderas eminencias en el campo del doblaje de videojuegos (y películas) como son Raúl Llorens, Maribel Pomar, Francesc Belda, Eduard Itchart, Santi Lorenz, Juan Carlos Gustems o Alfonso Vallés entre muchos otros. Como veis se trata de un plantel de lo mejorcito del ecosistema. Sin embargo, algunas interpretaciones se han visto ensombrecidas por varias razones, entre ellas que la gesticulación de los personajes es horrible. Las personas son muñecos con rostros rígidos que no tienen expresión alguna. De esta forma, poner mucho énfasis en algunas frases tiene un resultado nulo e incluso ridículo. Muchas interpretaciones, a pesar de que son buenas, están descontextualizadas y dejan en evidencia que el actor o actriz no sabía realmente lo que tenía que expresar para esa situación concreta de la trama. Además, al no estar muy bien escrita la historia, tira mucho de clichés que a día de hoy se me antojan bastante trasnochados.
No sería justo decir que el doblaje es malo pero es cierto que es poco acertado o que, simplemente, no es el adecuado. Otra cosa diferente es la traducción a nuestro idioma, con algunos errores de localización e incluso alguna falta de ortografía. Es verdad que no es como para echarse la llorar pero en una producción de este calibre deberían haber puesto algo más de mimo.
Por otro lado, el juego nos ofrece unos efectos sonoros correctos y una banda sonora que acompaña perfectamente a la historia, resaltando los momentos de acción y tensión en el momento adecuado.
La mayoría de los bugs han desaparecido
Y antes de acabar con nuestras conclusiones queremos hablaros sobre los supuestos bugs de esta versión, una vez instalado el parche del día uno. La verdad es que nos hemos encontrado con un juego bastante pulido en todos los aspectos. Se han suavizado algunas animaciones de los personajes que eran bastante irreales aunque sigue teniendo unas cuantas. No hemos visto cosas raras como cuerpos u objetos flotando, tan típicos de este tipo de juegos. Sí que nos hemos encontrado con cuerpos que atraviesan ciertos materiales pero en ningún caso ha supuesto un problema.
Una de las cosas que más preocupaba a la gente era el tema de los cuelgues de la partida y también se ha solucionado. Al menos nosotros no hemos tenido ningún problema con esto y hemos jugado nuestra partida con total tranquilidad. No hemos tenido ningún caso de misiones que no se cargaban. Tampoco de elementos que aparecían de repente en la escena ni absolutamente nada que estropease la experiencia de juego a niveles catastróficos. Lo único apreciable ha sido algún problema con el audio, que petardeó en dos ocasiones. También encontramos algunas frases de los personajes que se siguen cortando a mitad. Es incomprensible, por otra parte, que hayan arreglado más de mil bugs con este parche y no hayan arreglado del todo el tema del audio. Quiero pensar que podrán subsanarlo en alguna otra actualización.
Por lo tanto, podemos decir que los jugadores que quieran inmiscuirse en esta aventura pueden hacerlo sin temor a encontrarse un juego roto. Pensamos que es bastante diferente a como se les ofreció a la prensa especializada para su análisis antes de su salida al mercado.
Conclusiones sobre Dying Light 2: Stay Human
Dying Light 2: Stay Human deja en evidencia que es un título que deberíamos haber disfrutado en la pasada generación, con mecánicas jugables que son de otro tiempo y gráficos desfasados. Su sistema de decisiones que iba a cambiar el mundo y era la gran apuesta de la compañía no acaba de funcionar. El constante caos en su desarrollo durante estos años ha perjudicado un producto que podría haber sido un firme candidato a juego del año.
No es el juego que nos prometieron, eso es cierto. No obstante, a pesar de que su forma de contar la historia no es acertada, el título nos deja grandes momentos de acción. Está plagado de misiones muy trabajadas, persecuciones nocturnas intensas y escenarios muy interesantes donde demostrar nuestras habilidades de parkour. Este, sin duda, es el punto fuerte de un título que, al fin y al cabo, es muy divertido de jugar y se sobrepone al resto de carencias que pueda tener.
Dying Light 2: Stay Human
69,99 €Pro.
- El parkour es exquisito y muy satisfactorio
- La implementación de la inmunidad al virus es muy interesante
- Es un juego muy divertido que te tendrá ocupado durante mucho tiempo
Contra.
- El nivel técnico es muy deficiente
- El sistema de decisiones no es tan determinante como debería haber sido
- No es el juego ambicioso que prometieron durante años
Acerca del autor
Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.