Otro lunes más y otro juegazo que os traemos a esta vuestra sección. Y no no es un juegazo solo porque lo diga yo. Por muchos premios que un juego gane el año de su lanzamiento, lo que lo sube a los altares es el tiempo. Cualquier obra de arte tiene que hacer frente al olvido, aunque los videojugadores somos afortunados ya que hemos acogido con los brazos abiertos los remastered. Como el del juego que hoy os traemos, Full Throttle Remastered, de Lucas Arts y Double Fine Adventures.
Una remasterización con el espíritu original
Pero como insistía, no cualquier juego es remasterizado. El Full Throttle original, lanzado en 1995, fue una de las joyas de la edad de oro de las aventuras gráficas. Para quien no conozca lo que fue la edad de oro de las aventuras gráficas, resulta que en la primera mitad de la década de los 90 y sobretodo en PC, las aventuras gráficas eran el género estrella. No solo es que vendieran bien, sino que además dieron luz a muy buenos videojuegos, algunos de ellos auténticos mitos como Monkey Island o El día del Tentáculo.
Como buen aventura gráfica, lo principal que tenemos que hacer en Full Throttle Remastered es disfrutar de su genial historia y resolver sus puzzles. La historia nos llevará a encarnar la piel de Ben, un motero de chupa de cuero y voz grave, mientras pelea por conservar intactas su moto y su banda. Una historia esta, del diseñador Tim Schafer, que se aleja de la fantasía habitual de Lucas. Nos muestra un mundo bastante más real de la habitual… si obviamos los coches voladores y algún otro detalle, pero nada que ver con Grim Fandango por ejemplo.
En el apartado técnico la remasterización es cuasi-perfecta. La banda sonora es sencilla, pero acompaña bastante bien, sobre todo los momentos que vayamos en nuestra moto. Mientras, en el renovado apartado técnico, todo el juego conserva el mismo estilo artístico y visual que tenía en 1995, pero «limándolo» todo y quitando los bordes de «sierra». Una gran trabajo de Double Fine del que os dejamos un comparativa a continuación:
Aventura gráfica y algo más
Pero lo cierto es que no todo es bueno en el juego. En 1995 el género de las aventuras gráficas ya empezaba a decaer, sobre todo por su lentitud. Por su afán de dotar de algo de variedad al género era habitual que en mitad de las aventuras gráficas aparecieran pequeñas secciones ligeramente diferentes al point&click. En The Curse of Monkey Island teníamos que conseguir equipar nuestro barco de cañones entre peleas de insultos. Aquí deberemos recorrer las carreteras derribando moteros para conseguir sus armas, en el orden correcto para que ellos no nos tiren a nosotros. Esto que puede sonar interesante no está bien resuelto debido a la aleatoriedad tanto de la aparición de los enemigos como de los combates en sí. Lo único que empaña nuestra aventura.
Por última algo que no sabría si calificar de pega o virtud en el caso de un juego de GamePass es su duración. El juego puede ser completado en apenas un par de horas, lo que alguno podría criticar, pero con tanto y tan bueno que hay en GamePass para jugar… Yo por mi parte agradezco estos juegos cortos que permiten desconectar de experiencias más profundas y exigentes. Y nada, como sabemos que os han entrado ganas de probarlo, os dejo el enlace a la Store para que lo pongáis ya mismo a descargar.
Acerca del autor
Con alma de Seguero no puedo evitar jugar a todo aquello que tenga zombies, supervivencia o ciencia ficción. Nunca salgo de casa sin mi toalla.