Análisis de Doom: The Dark Ages

Doom The Dark Ages

Bethesda y la desarrolladora id Software nos hacen llegar desde el mismo infierno uno de los títulos más esperados del año, Doom: The Dark Ages. La nueva entrega de esta longeva IP que lleva con nosotros desde 1993 se reinventa de nuevo y, este tercer videojuego después de Doom (2016) y Doom: Eternal (2020), aporta mucho más de lo que cabría imaginar. Como no podía ser de otra manera, volvemos a encarnar al Slayer en una aventura de acción (brutal) FPS que cuenta los orígenes de este cazademonios legendario. ¿Cumple las altas expectativas? Para descubrirlo, quédate y lee el siguiente análisis aunque, ya te puedo adelantar, que las cumple con creces.

He jugado a Doom: The Dark Ages en una Xbox Series X (sin modos gráficos seleccionables). Queríamos agradecer tanto a Xbox España como a Bethesda el habernos facilitado un código digital que nos ha permitido disfrutar (de lo lindo) de esta gran experiencia. A continuación, os cuento mi bagaje por el inframundo cazando demonios.

Doom: The Dark Ages ha cuidado sus cinemáticas y su aspecto narrativo como nunca

Lo bueno de este Doom: The Dark Ages, es que si eres nuevo en esto, o por algún motivo no has jugado a alguna de las entregas anteriores, no importa. Sí, Doom es una saga de disparos, lo que más ha importado siempre es su aspecto jugable (encomiable) pero, en esta ocasión, se toma su tiempo para desarrollar toda las atmósfera que ya de por sí es legendaria. Desde el primer momento nos pone en contexto, siendo el videojuego que más información nos ha dado de este infernal mundo. Pero nos os preocupéis, no ha perdido su enfoque y estas cinemáticas suelen ser de corta duración, apareciendo generalmente al principio y/o final de un capítulo.

Como Slayer, somos una herramienta en una guerra entre humanos y demonios. La fuerte ambientación medieval se entremezcla con la ciencia ficción dando un resultado asombroso. El enemigo es fuerte y ha convocado las fuerzas del infierno para destrozar toda esperanza de vida. La solución a este problema pasa directamente por nosotros, pues aunque el ejército humano cuenta con cuantiosas tropas, no los veremos apoyándonos en el campo de batalla. Sí, teóricamente están ahí, pero tomaremos rápidamente el protagonismo absoluto, como siempre ha sido, un yo contra todos.

Un diseño de niveles que roza la perfección

En Doom: The Dark Ages viviremos un diseño de niveles para el recuerdo. Ya no sólo por la cantidad de biomas que visitaremos (siendo el más amplio de la saga), sino por su sensación de inmensidad. No todos los escenarios o capítulos son iguales, existen algunos más clásicos, más pasilleros que siguen brillando como antaño. Mientras que se incorporan localizaciones mucho más grandes con una sensación de escalado enorme. Por ejemplo, por momentos he sentido una sensación similar a la que vivimos con Warhammer 40.000: Space Marine II, el ser un pequeño grano de arena en una guerra eterna.

Esta inspiración en los niveles también se traduce en la forma en la que los recorreremos. A diferencia de Doom: Eternal, este título no es tan vertical (aunque en cierto modo, también lo es), sino que nos movemos estilo tanque. Se nota que nuestra armadura pesa un quintal, proporcionándonos una sensación de poder como nunca antes habíamos percibido. Cuando recorremos este escenario, literalmente destrozamos todo a nuestro paso, solamente basta con pasar cerca y muchos elementos del mismo se fraccionarán en mil pedazos.

A través del mapa en 3D podremos localizar las zonas de interés que albergan un gran número de secretos. Llegar a ellos no será tarea fácil pues muchos se ocultan, por tanto, tendremos que explorar las formas de alcanzarlos. El videojuego nos propone distintas mecánicas y objetos para hacerlo, por ejemplo, con nuestro escudo (del que os hablaré largo y tendido en el apartado correspondiente) podremos activar mecanismos, impulsarnos, desplazar objetos pesados, romper el metal caliente, etc. También podremos saltar (en carrera saltamos más) aunque la verticalidad pasa por la escalada ya que no somos tan ágiles.

Doom: The Dark Ages combina pequeñas secciones de plataformeo con puzles. Siendo ahora los escenarios más inmensos en determinados niveles, se nos incita a explorarlos casi en su totalidad pues, la mayoría de recompensas que encontramos las podremos canjear en los altares para mejorar nuestro armamento. Existen coleccionables, diseños de armas, códices (que amplian el lore), así como enemigos más fuertes que, una vez derrotados, nos aportarán munición, salud o armadura extra. También se incluyen pequeñas secciones acuáticas que aportan frescura a la fórmula.

El escudo, el arma definitiva en Doom: The Dark Ages

Cómo podríamos habernos imaginado que en un videojuego de Doom, el arma más satisfactoria sería un escudo. En esta aventura es capital, pues en todo momento lo portaremos y como en las secciones de puzles y plataformas cobra gran importancia, en el combate será vital. Doom: The Dark Ages ya no es un juego de disparos solamente, ahora podremos realizar un parry que desviará tanto las rafagas enemigas (indicadas en color verde) como los ataques cuerpo a cuerpo. Sirve para absorber impactos, realizar cargas contra el enemigo, lanzarlo, ejecutar a los demonios… En definitiva, es la piedra angular de este título.

Pero no será la única, como es costumbre iremos desbloqueando distintos tipos de armas según vayamos avanzando por los capítulos. Contamos con un amplio número de ellas y cada una, como no podía ser de otra forma, cuenta con una funcionalidad específica. El plasma puede inhabilitar al enemigo o hacer estallar determinados escudos, por ejemplo. Se introducen nuevas armas, y las que ya existían cuentan con rediseños y funcionalidades adicionales. Recogeremos dinero por el escenario, además de distintos materiales que nos permitirán desbloquear estos pequeños árboles de habilidad por arma. Lo mismo se implementa para el escudo y también para el cuerpo a cuerpo, del que destaca la gran maza.

Centrándonos en el combate en sí, podría parecer que siendo «más tanques» no sería tan frenético como Doom: Eternal, Pero no es así, sigue siendo una auténtica locura de disparos, movimientos en el último segundo, cambio de armas… Ahora podremos luchar más cuerpo a cuerpo, gracias al escudo que comentamos pero también al arma cuerpo a cuerpo, que tendrá un relleno de 3 niveles, permitiéndonos realizar combos. He sentido que los combates duran algo menos (incluso en la recta final), lo que permite que todo sea muy dinámico.

En cuanto a los enemigos, como las armas; existen antiguos conocidos y otros completamente nuevos. Ya sabemos que hay no muertos que vagan simplemente por el escenario con el objetivo de aportarnos salud, munición o armadura. Los que nos harán pupa, lo harán desde la tierra con su arsenal pero también algunos desde el cielo. Todos ellos cuentan con patrones de movimiento que será imperativo aprenderse pues, en los niveles más altos de dificultad, no hay oportunidad para la duda. Sobre esto, recomiendo jugarlo en «ultraviolencia», pues considero que aprovecha más las virtudes del título y da más importancia al factor estratégico sobre que arma seleccionar con según qué enemigo, por ejemplo.

Dragones y un mecha, ¿Qué demonios es esta colosal locura?

Vaya, no podía pasar por este análisis sin mencionar que podremos controlar a un mecha gigante y a un dragón. Obviamente no serán seleccionables a nuestro gusto, pues cuentan con secciones concretas. Cada uno de ellos aporta una jugabilidad distinta. El mecha irá más cuerpo a cuerpo, esquivando golpes y destrozando a los demonios gigantes (también podrá usar armas que caigan en el escenario). En cuanto al dragón, vaya, me he sentido por un momento como en Juego de Tronos. Cuenta con una ametralladora automática y el manejo es bastante sencillo, servirá para recorrer grandes distancias y derrocar bases enemigas desde las alturas.

Un apartado audiovisual diferencial

Doom: The Dark Ages cuenta con un apartado técnico realmente envidiable, funciona absolutamente todo. Artísticamente se ha realizado un trabajo extraordinario, multitud de biomas y una sensación de escenarios enormes que le sienta reamente bien. El diseño de los demonios, cómo se despedazan a nuestros pasos, incluso detalles como las físicas al pasar por zonas de agua que asemejan gran verosimilitud. Todo sucede muy rápido pero, si nos fijamos en los detalles, es para no creérselo. En cuanto al rendimiento, no hay duda de que en esto, el estudio desarrollador es de lo mejor que hay en la industria, funcionando todo a las mil maravillas con una ingentísima cantidad de enemigos en pantalla.

En el aspecto sonoro sólo puedo decir una cosa, subid el volumen de vuestros equipos de audio, cascos, televisión, lo que sea. La música rock más cañera vuelve de nuevo entremezclada con los sonidos de los enemigos, de nuestras armas al impactar, del sonido ambiente. Y, como grandísima noticia, Doom: The Dark Ages finalmente se encuentra localizado en voces y textos a nuestro idioma, con un grandísimo nivel.

Conclusión

Doom: The Dark Ages es mucho más de lo que podíamos esperar, el matademonios más brutal se reinventa de nuevo. A diferencia de otras grandes sagas, aquí existe una evolución pero innova completamente dejando que sus obras anteriores sigan siendo punteras y atemporales. En este título somos más pesados, más fuertes y portaremos un escudo que nos servirá tanto para las secciones de plataformeo, puzles, como en el combate más gore a modo de soulslike. El armamento, la profundidad de su sistema de mejoras, los escenarios más amplios como los más pasilleros, los gráficos, rendimiento, audio… TODO, está pulido hasta el más mínimo detalle. Por tanto, es el momento de que cojáis el mando y disfrutéis como nunca.

Doom: The Dark Ages está disponible desde ya para Xbox Series X|S, PS5 y PC. Si cuentas con una suscripción activa a Game Pass Ultimate, podrás disfrutarlo desde el Day One sin coste adicional. Ahora, quédate con nosotros matando demonios y no dudes en visitar nuestra página web a través del siguiente enlace.

Doom: The Dark Ages

9.3

Nota

9.3/10

Pro.

  • Jugabilidad renovada y puntera
  • Diseño de niveles y sensación de magnitud
  • El escudo, la herramienta definitiva
  • Audiovisualmente impecable
  • Cinemáticas cuidadas y que aportan

Acerca del autor

Siempre me ha gustado jugar a videojuegos y leer artículos sobre ellos, ¿Por qué no escribir?

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