Análisis de System Shock Remake, SHODAN llega a consolas

Night Dive Studios nos trae un clásico del año 94, System Shock Remake. Este clásico de culto de ciencia ficción aterriza en consolas de la mejor manera posible, siendo uno de los títulos más destacados del catálogo del mes de mayo. Es una oportunidad de rejugar o probar la experiencia por primera vez de este FPS al estilo cyberpunk, que mezcla mecánicas que posteriormente se estandarizaron en la industria del videojuego. Entonces nos preguntamos si este Remake hace justicia a la obra original, y ya os puedo ir adelantando que así es.

Para este análisis, he jugado en una Xbox Series X. No he podido probar la versión de Xbox One en una Xbox One X debido a un error que seguramente se solvente con el parche día 1, no pudiendo sincronizar mi partida en la nube.

SHODAN quiere diezmar a la raza humana y ahí estaremos nosotros para evitarlo

SHODAN, la IA que controla una ciudadela que se encuentra en la órbita de saturno, ha erradicado a toda la población de la estación. Los pocos que han sobrevivido, si es que queda alguno, van dejando unos registros auditivos que iremos escuchando según el avance de la aventura. Esta será la manera principal de enterarnos un poco de qué ha pasado, ya que el motivo de que nosotros acabemos allí se nos cuenta en las primeras cinemáticas del juego.

Pasando por unos primeros minutos en nuestro apartamento, pronto despertaremos en la ciudadela de pesadilla. Los mutantes y los cyborgs han dominado por completo la estación, siendo nuestro fin último poder escapar de ahí con vida además de detener las pretensiones totalitarias de SHODAN. System Shock nos lleva entonces por un mapeado diseñado por niveles, cada nivel, es un área de la ciudadela. Aquí tendremos que desbloquear la forma de avanzar ya que los accesos a las otras plantas se encontrarán sellados.

Un diseño de niveles chapado a la antigua, pero sigue siendo maravilloso

Últimamente en la industria no dejamos de encontrarnos juegos similares, por no decir clónicos. Aquellos que se copian unos a otros dependiendo de las ventas que incita el consumidor. También, siento como que el diseño de niveles, algo imprescindible en otra época, se ha ido marchitando en detrimento de potencia gráfica bruta. No es que no entienda que haya que exigir un mayor nivel tecnológico a los videojuegos, pero no solamente debería de ser el escaparate para la venta del producto. En System Shock se ve que, en otra época, lo importante era otra cosa.

Con ello y como comenté en párrafos anteriores, tenemos un diseño de niveles muy bien planteado. Contamos con distintas áreas protegidas por estos enemigos, que podremos afrontar de distintas maneras y que hace que cada partida o reinicio sea diferente. System Shock no es un juego fácil y por ello nos plantea un selector de dificultad que juega con 4 variables. Ya sea el nivel de enemigos, la dificultad de los puzzles o la propia SHODAN, son aspectos que podremos configurar a nuestro gusto.

Recorreremos la nave como si estuviésemos en una película de ciencia ficción de los años 80. La ambientación es sublime pues iremos escuchando tanto los pasos como las voces de nuestros enemigos, sabiendo que enfrentarnos a ellos sin los elementos adecuados será todo un suicidio. La clave para sobrevivir es la gestión, una gestión continua de nuestros recursos que podremos encontrar en las distintas salas que posee la ciudadela. La mayoría de estas salas están cerradas y tendremos que desdibujar pasadizos alternativos para acceder o bien encontrar una clave que desbloquee la puerta.

La gestión de recursos, con una interfaz mucho más ergonómica funciona a la perfección

Al más puro estilo Resident Evil, contaremos con un maletín en el que tendremos que gestionar los recursos encontrados. Además de estos, también dejaremos espacio a nuestras armas, víveres, potenciadores, etc. Podremos comprimir aquellos materiales que se entiendan como basura para poder canjearlos en máquinas por divisas. Con estas divisas obtendremos potenciadores, salud, armas, munición… en otro tipo de máquinas. Este mecánica que parece simple, será vital para nuestra supervivencia abordo de la estación.

En todo momento tendremos que gestionarnos, contamos con armas de energía que tienen una carga limitada (la cual podremos rellenar en estaciones específicas o con una especie de recipientes). Las armas de fuego tienen munición específica para cada arma y esta es escasa, por lo que será imperativo la búsqueda de nuevas salas para conseguir más. Los enemigos al morir también desprenden recursos que pueden ser de nuestro interés. Tenemos potenciadores que servirán para reducir los daños contaminantes (daño biológico, radiactivo), rellenar nuestra barra de vida o potenciar temporalmente nuestras habilidades.

La acción y los puzzles en System Shock se perciben anticuados, aunque responden bien

No todo podía ser perfecto, y el paso del tiempo ha hecho que estos puzzles que antes podían ser relativamente sorprendentes a día de hoy, no lo sean tanto. Tenemos los clásicos puzzles que nos harán conectar y girar botones para llegar a un nivel de carga determinado. Tendremos que hackear el sistema en un minijuego que ya sí nos adentra en la época de los 90, manejando una especie de nave por unos módulos. El objetivo será derrotar a los enemigos y llegar hasta el final del recorrido, esto hará que desbloqueemos entradas o directamente avancemos en la aventura principal.

En cuanto a la acción, se han introducido una variedad de armas y posibilidades correcta, siendo recomendable utilizar aquellas que mejor se adapten al tipo de enemigo. La carne (tanto de los mutantes como de los cyborg será más vulnerables a las armas de fuego o blancas, mientras que el metal se verá mayormente afectado por las descargas de energía. Podremos encontrar o comprar potenciadores que aumentarán el daño de nuestras armas así como la cadencia o demás características de estas. También será importante manejar las granadas, que pueden tener en su contrapartida el deterioro completo del enemigo, no pudiendo recuperar recursos de sus cadáveres.

En System Shock también es importante el sigilo. Pues, según los niveles de dificultad seleccionados, en muchas ocasiones podremos limpiar enemigos utilizándolo. Aunque este sigilo no es del todo efectivo y menos según nos vayamos encontrando enemigos más poderosos. De todas formas, podremos debilitar al enemigo atacándole por la espalda, lo cual nos dará una ventaja importante en la disputa. El gunplay se ha retocado mucho con respecto al original, pero no va más allá pues no cuenta con excesivas opciones.

El cambio audiovisual de System Shock, un pixel art encubierto

Los gráficos lucen perfectamente, contando con un estilo bastante original. Cuando nos acerquemos para observar cualquier textura, nos daremos cuenta de que estas están disfrazadas de pixeles al estilo clásico. Hace un efecto muy bien conseguido ya que no se resiente en ningún momento el juego de luces o los efectos gráficos en general, pero sí conserva un poco del pasado. System Shock también esconde algún que otro guiño a los fans, pues tras la ingesta de cierto potenciador nos hará alucinar con la aparición en pantalla de enemigos ficticios, estes; no son otros que la puesta en escena de los enemigos originales que se vieron en 1994.

En cuanto al sonido, se ha trabajado para que la narrativa ambiental sea la que nos cuente la historia. La mayoría de documentos que se encuentran están grabados y es de agradecer, pues no queremos pasarnos demasiado tiempo leyendo. Aunque estos documentos también los encontraremos. La música nos transportará, como el diseño y el arte a la ciencia ficción de los años 80-90 con una banda sonora muy reseñable. El título se encuentra localizado en voces al inglés con subtítulos en castellano.

Valoración final

System Shock es un juego del pasado que es más refrescante que muchos del presente. Es un videojuego de ciencia ficción que cuenta su historia a través de su narrativa ambiental. Un FPS con toques roleros clásicos y con una gestión de recursos que no envejecerá por mucho que pasen los años. Como su diseño de niveles, que nos hará disfrutar de sus múltiples maneras de avanzar y llegar a nuestro objetivo final, derrotar a SHODAN. Aunque el gunplay y sus posibilidades no estén a la altura de otros títulos del género, sí que rinde correctamente, así como sus puzzles aunque ya los hayamos visto antes (irónicamente). Audiovisualmente cumple en ambos sentidos, con un arte diferente a la vez que especial.

En definitiva, System Shock es un remake de un juego culto, que ha marcado una forma de hacer videojuegos que hemos estado observando décadas después. Actualmente, es la mejor manera de disfrutar de este título que, a pesar de que se nota envejecido en algunos aspectos, sigue siendo toda una experiencia única.

System Shock Remake, está disponible, ahora sí para PC, PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X/S. Quédate con nosotros y no permitas que SHODAN te monitorice el equipo, derivándote a nuestra página web a través del siguiente enlace.

System Shock

8.1

Nota

8.1/10

Pro.

  • Relación calidad-precio
  • Remake cuidado en todos los aspectos
  • El diseño de niveles, arte y su ciencia ficción

Contra.

  • Se nota envejecido en ciertas mecánicas
  • Acción y puzzles nominal

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