Análisis de Dungeons 4: Vuelve la gestión de mazmorras

El equipo de Realmforge Studios nos trae la cuarta entrega numerada de Dungeons. Este juego de estrategia que se inspira en la fantasía, vuelve una vez más con un aspecto renovado pero, ¿Está a la altura de la saga? Quédate y te lo cuento a continuación.

Para este análisis, he jugado en una Xbox Series X en la versión de Xbox Series X/S.

Una historia que engancha desde el primer momento

Si algo tiene Dungeons 4 es personalidad propia. Quizás la historia que se nos cuente (como pasa en la mayoría de títulos) no es excesivamente original. Sigue la estela de su antecesor retomando la lucha entre hermanos en la que controlaremos a las fuerzas del mal a través de Thayla. Pero lo que más nos encandilará de este título, a parte de su base jugable, son los narradores que nos acompañarán durante las misiones de campaña.

Más allá de luchar contra nuestro (querido) hermanastro, los niveles son bastante variados y bien diferenciados. Empezaremos nuestra epopeya en un bosque, siendo el primer nivel un tutorial en el que se nos explican las bases jugables. Recorreremos biomas bien diferenciados que nos entrarán por los ojos en el primer momento. Aunque la estructura finalmente acabe siendo bastante similar. Mediante un botón, cambiaremos la vista de interior de la mazmorra al exterior, y viceversa.

Gestionar nuestra mazmorra adecuadamente será decisivo

El objetivo principal de cada nivel, es avanzar y derrocar al enemigo (¿sencillo, no?). Para ello, crearemos una mazmorra a nuestro gusto, pudiendo personalizar distintos ítems. Como en cualquier juego de estrategia que se precie, recabaremos oro que será vital para construir nuestra mazmorra. También servirá para pagar el salario de nuestro ejército y, además de recuperarlo en las minas, podremos robarlo a nuestros adversarios.

Además del oro, contaremos con mana. Esta será imprescindible para acometer los combates contra nuestros rivales. Pudiendo seleccionar una amalgama de hechizos muy interesante. Por otro lado, gestionaremos también la maldad, la cual nos proporcionará un mayor número de unidades, la creación de trampas, etc. Tendremos salas especiales donde podremos diseñar elementos únicos.

En las mazmorras gestionaremos también a nuestro ejército. Contaremos con tres facciones bien diferenciadas entre sí. La horda se compone de orcos principalmente, los cuales se complementan con otras razas como los goblins. Los demonios tienen ventaja estratégica a larga distancia, asimismo se especializan en poderes ígneos. Por último, el ejército de no muertos estará compuesto por esqueletos, vampiros… Pudiendo “revivir” con el paso del tiempo.

La base jugable de Dungeons 4 es sólida

Como en entregas anteriores, Dungeons 4 mejora lo que ya era bastante bueno en sus entregas anteriores. Se maneja perfectamente con el mando de Xbox, lo cual hará que nuestra experiencia sea en todo momento cómoda con él. Tendremos una rueda de acciones que será accesible y visual a través de la pulsación de dos botones solamente. Sigue, por lo tanto, el buen trabajo que se ha realizado en otros juegos como Age of Empire II y IV siendo adaptados a un pad.

En las batallas tendremos que actuar rápido y estratégicamente. Cada uno de los monstruos que compone nuestro equipo cuenta con habilidades únicas que deberemos saber gestionar en el campo de batalla. Podremos potenciar a nuestras tropas en las mazmorras y habrá que ser conscientes del uso más adecuado de cada individuo. Es bastante intuitivo y se nos explica mediante los tutoriales ya comentados, pero es interesante hacer nuestras propias pruebas en los combates.

Uno de los aspectos más interesantes de Dungeons 4, es la gestión de la moral de nuestro ejército. Otros aspectos que influyen en las batallas son los climáticos así como la zona geográfica en la que nos encontremos. Conquistaremos las bases de nuestros contrarios, quemaremos sus aldeas y anexionaremos sus territorios a nuestro gran “imperio” del mal. La jugabilidad en todo momento es dinámica, y ya sea tanto en la mazmorra como en el exterior de ella, la diversión está asegurada.

Gráficamente, Dungeons 4 es muy vistoso

El aspecto visual de Dungeons 4 nos encandila desde que iniciamos el menú. Ese aspecto que hace lucir los colores de una manera excepcional, pega en todo momento además de con su tono sarcástico. El diseño de los niveles es bien variado como ya comenté anteriormente, y eso hace que al menos, visualmente, lo concibamos todo como “algo nuevo“.

En cuanto al rendimiento, no he tenido problemas series salvo alguna pequeña bajada de fotogramas casi imperceptible que no nos debería preocupar. Aunque este juego no sea exageradamente exigente para nuestro hardware, es de destacar en el buen estado que ha salido en tiempos en los que debería ser una constante, no lo es tanto en la mayoría de juegos.

El sonido nos atrapa y es la seña de identidad de la saga

Sin duda alguna, el aspecto sonoro en Dungeons 4 hace que nos lo pasemos en grande en todo momento. Y es que, no solamente contamos con una localización, tanto en textos como en voces al español. Sino que el nivel de interpretación es muy alto, se nota el esmero que los actores de doblaje han puesto en este título. La sátira es una constante durante toda la aventura y funciona en todo momento.

En definitiva, Dungeons 4…

Dungeons 4 mejora en todos los aspectos a su entrega anterior. Mediante la sátira, recorreremos los niveles de una aventura que sabrá captar nuestra atención, con una gestión de mazmorras y unos combates bastante sólidos. Las posibilidades que oferta son muchas y además, podremos jugarlo en cooperativo. Gráficamente rinde a buen nivel a parte de ser bastante vistoso y variado en sus niveles. El aspecto sonoro es excelente y nos consigue atrapar en todo momento. Si todavía te quedan dudas con este título, actualmente se encuentra disponible en la suscripción de Game Pass para despejar tus dudas.

Dungeons 4 se encuentra disponible para PS5, Xbox Series X/S y PC. Visita nuestra página web para estar al día de la actualidad del videojuego a través del siguiente enlace.