Análisis GRIME: un exigente metroidvania soulslike

No es lo primera vez que el género de metroidvania se mezcla con el de soulslike. Sin embargo, no todos han salido tan bien como Hollow Knight o el que nos atañe hoy: GRIME. Un juego que ya lleva un tiempo cosechando buenas críticas en PC, pero ahora ha aterrizado en nuestras consolas.

Para poneros en situación, controlamos a un ser rocoso con un agujero negro por cabeza formado a partir de la unión de dos dioses, en un mundo oscuro y también muy «geológico».

Quedaos a leer este análisis y descubriréis porqué este es una de las mejores opciones de este género hasta la fecha.

Curioso diseño artístico

El diseño artístico (e incluso el de los enemigos) se basa en las rocas, ubicándonos principalmente en cuevas. La oscuridad y la decadencia predominan sin ninguna duda. También visitamos algunos exteriores, pero igualmente oscuros y decadentes.

Los enemigos comunes poseen formas desde humanoides hasta cuadrúpedas. Incluso alguno recuerda a un abrazacaras de la archiconocida franquicia de películas: Alien. Unos cargan con una espada, otros con una lanza y escudo, otros van a puñetazo limpio…

Los jefes suelen ser de gran tamaño y, de la misma manera que los enemigos comunes, tienen distintas formas con aspectos similares a animales, insectos, etc. Todo sin dejar atrás ese enfoque en las piedras.

Mecánicas principales de GRIME

Las mecánicas se basan principalmente en la exploración, el parry y la esquiva. En cuanto a la exploración contamos con backtracking, lo que viene siendo volver a zonas ya visitadas para recoger cosas que nos hayamos podido dejar. Hay muchos caminos ocultos que no son nada fáciles de encontrar, por lo que tendremos que estar siempre ojo avizor. El mapa es muy laberíntico, algo que a veces provoca confusión a la hora de intentar encontrar algún objeto importante, pero suele ser típico de este tipo de juegos.

El contraataque (o «parry») es realmente importante. No se trata simplemente de una mecánica que nos permite hacer mucho daño a los enemigos, sino que gracias a ello podemos absorver a los enemigos y tendremos acceso a nuevas habilidades y mejoras. En GRIME el parry se convierte en una mecánica más que imprescindible. Disponemos de una barra de Aliento que hace las veces de la típica poción de salud, y se recarga mismamente usando el contraataque o con sustancias repartidas por el mapa que podemos absorver.

La esquiva se basa en dashes (movimientos rápidos de un lado a otro) que tiene la misma importancia que puede tener en cualquier soulslike. Es algo casi totalmente necesario y que usaremos infinitas veces sabiendo la cantidad de salud que nos quita cualquier ser malvado, además de permitirnos llegar a ciertas zonas en principio inalcanzables.

Cada vez que muramos, dejaremos un receptáculo en la ubicación donde fracasamos. Al destruirlo, nos da algo de salud y la mitad del Ardor que teníamos antes de morir. El Ardor hace que, cuanto más aumente, más Masa (la «moneda» del juego) conseguiremos.

El camino hacia los jefes finales

El camino intermedio entre los jefes finales es, sin duda, la parte más difícil de GRIME. Todos los escenarios están repletos de trampas que, si bien no nos matan instantáneamente, sí que nos quitan una buena cantidad de salud. Por lo que hay que tener constante cuidado con estas trampas y saber esquivarlas.

Esto, por supuesto, sin olvidarnos de los enemigos, de los que tampoco es que haya una cantidad exagerada, pero algunos son realmente desafiantes y muy rápidos. Hay que saber bien cuándo atacar incluso a los más pequeños. Algunos atacan a distancia, otros vuelan y otros atacan cuerpo a cuerpo.

Disponemos de puntos de control repartidos por el mapa entre los que no se podrá viajar hasta que nos pasemos el juego (lo cual no tiene mucho sentido, en mi opinión), por lo que si queremos ir de un sitio a otro tocará moverse. Sin embargo, sí que hay algunos portales que podemos usar para viajar de una zona a otra.

El mapa no se desbloquea automáticamente, sino que hay que buscar un cristal que no suele ser muy complicado de encontrar, ya que emite un pitido algo molesto cuando estamos cerca y nos deja ver algunas luces guía que nos indican por dónde está.

Los jefes finales

En cuanto a los jefes, no me parecen combates demasiado complicados. Tienen su dificultad y pueden hacer que te desesperes un poco, pero personalmente he sufrido mucho más recorriendo el mapa que derrotando a estos imponentes enemigos. Simplemente es algo que quería comentar, pero no lo considero un punto positivo ni negativo.

Lo que sí es un punto positivo sin ninguna duda es las mecánicas de los propios combates contra estos grandullones, y es que cada uno son muy diferentes entre ellos y requieren de distintas estrategias. Para algunos necesitaremos esquivar, para otros usar el parry, para otros atacar sin parar… Incluso tendremos algún combate contra más de uno a la vez, y conforme les vayamos restando vida cambiarán de fase, por lo que las peleas siempre son muy variadas. En fin, que sirven perfectamente para entrenar aún más nuestras habilidades, si no lo hicimos ya durante el camino intermedio.

Como dato adicional, no todos los jefes son obligatorios para el avance de la aventura. Hay algunos opcionales que, tras encontrarlos, somos libres de decidir si darles caza o no. Aunque es recomendable hacerlo para así obtener nuevas habilidades.

Habilidades, mejoras y equipamiento

Como buen metroidvania soulslike, en GRIME disponemos tanto de diferentes habilidades importantes como de equipamiento, pudiéndose mejorar ambos.

Vamos desbloqueando habilidades derrotando a jefes finales, o absorviendo con el parry a distintos enemigos. Van desde poder esprintar, hasta la capacidad de atraer objetos o enemigos telequinéticamente. Algunas son obligatorias para avanzar y otras no, pero ayudan bastante a facilitar el viaje.

Hay diferentes armas y armaduras que tendremos que ponernos según cómo nos guste jugar. Habrá que tener en cuenta qué te proporciona cada equipamiento según si nos estamos enfocando en la fuerza, o en la destreza, etc. También es posible cambiar la apariencia de nuestra armadura manteniendo loa atributos de la que llevamos puesta. Es decir, «cambiar la skin».

Las habilidades obtenidas mediante la absorción de los enemigos se pueden mejorar usando puntos de caza desde los altares que sirven de puntos de control. Estos puntos de caza los obtenemos matando a ciertos malhechores. Asimismo, también es importante mejorar las armas en un herrero usando Masa y ciertos materiales difíciles de encontrar, para aumentar la cantidad de daño que infligen.

Por supuesto también hay subida de nivel de distintos atributos como la vitalidad, el vigor, la fuerza, etc. Tendréis que saber elegir qué niveles subir según vuestra forma de afrontar la aventura, pero si os arrepentís existe la posibilidad de reiniciar los niveles para corregirlos.

En resumen, GRIME es…

GRIME es un título más que de calidad para los amantes de los metroidvania y soulslike. Resulta ser uno de los grandes de esta mezcla de géneros con un muy buen diseño artístico, combates contra jefes muy interesantes, un original uso del sistema de parry y una dificultad bastante elevada en ciertos puntos.

Aún con sus pocos peros, esta propuesta de Akupara Games y Clover Bite es algo más que simplemente un «Dark Souls en 2D». Si tenéis paciencia con el tema de la dificultad, os aseguro que no decepciona en absoluto.

Sin más, si os ha gustado el análisis, en Área Xbox seguiremos trayéndoos lo mejor que os podamos dar tanto en noticias como en los propios análisis.

GRIME

8.2

Gráficos

8.0/10

Sonido

8.0/10

Jugabilidad

8.5/10

Pro.

  • Jugabilidad muy conseguida
  • Uso muy interesante del «parry»
  • Jefes finales con distintas mecánicas
  • Diseño curioso y original

Contra.

  • Falta de viaje entre puntos de control hasta el final del juego
  • Zonas normalmente muy laberínticas, lo que a veces complica demasiado la exploración

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