Ratalaika Games nos trae con este Zero Zero Zero Zero uno de esos videojuegos no aptos para impacientes. Más bien enfocado hacia aquellos que buscan un reto de los de antaño, de esos que ya no quedan y que llevaban al límite nuestras habilidades como jugadores. Este título de plataformas en 1 bit, presenta una dificultad verdaderamente elevada. La premisa es clara, conquistar a esos jugadores que buscan en los videojuegos un reto mayúsculo, otorgando esa ansiada satisfacción una vez se completan. Por ello hay que recalcar que este, no es precisamente un juego para todos los públicos.
Gráficos
Como podréis observar, las capturas realizadas ya dejan claro que este no es precisamente un juego enfocado a entrar por la vista. Todo está claramente orientado al gameplay. Lo que sí es cierto, es que se ha conseguido crear unos niveles muy variados que dotan a este plataformas de 1 bit de personalidad propia. En este sentido está muy logrado, consiguiendo un aspecto retro muy característico. A muchos les recordará a la etapa dorada de las máquinas arcade. No soy muy fan de estos estilos sobrios y simplistas, pero como digo, los que mejor sepan aprovecharlo pueden estar de enhorabuena.
Sonido y textos
Tenía puestas ciertas expectativas en la banda sonora. Como decía anteriormente, prácticamente todo se centra en su gameplay. Cuando se crean este tipo de videojuegos, suele hacerse cierto hincapié en la música, que sirve de complemento al resto del conjunto. Si bien su apartado gráfico es sobrio y sencillo, su banda sonora tampoco me ha transmitido demasiado. Ya sabéis que se trata de una cuestión subjetiva, y ello también se inclina en función de los gustos personales de cada uno. Desgraciadamente, no he tenido esa sensación de jugar con unas pistas musicales mínimamente distintivas o memorables, y que dudo agraden a la mayoría de usuarios.
En cuanto a textos, no hay mucho que añadir teniendo en cuenta cómo está estructurado y pensado este Zero Zero Zero Zero. Todo se limita a un menú principal en el que tenemos acceso a dos modos de juego diferentes. Eso sí, el idioma en castellano no viene incluído, ni falta que hace. Lo poco que hay es fácilmente entendible, y una vez echéis a jugar no tendréis que preocuparos por ello.
Jugabilidad
Aquí es donde el título de Ratalaika pone toda la carne en el asador. Desde luego hay que desctacar que sus creadores han sabido crear una buena variedad de escenarios. Todos ellos con trampas y otros múltiples inconvenientes que no pondrán las cosas fáciles para los valientes que se animen. El objetivo es simple, desplazar a nuestro personaje hasta una zona concreta en la que conseguiremos una moneda, y así con todos los niveles. La gracia está en que son 100 niveles, y muy bien diferenciados en cuanto a estructura y dificultad unos de otros. Estos, además, irán cambiando aleatoriamente durante la partida cada vez que logremos completarlos o que muramos en el intento. Y por cierto, estad alerta tras cada muerte. El juego no tendrá piedad e iniciará el siguiente nivel automáticamente, pudiendo dejarnos en una situación bastante comprometida si no reaccionamos a tiempo.
Desde el menú principal, contamos con la opción de adaptar la partida según nuestra destreza. Podemos escoger entre un modo «Standard» con vidas infinitas, o un modo «Hardcore» con una sola vida. Este segundo no lo recomiendo en absoluto a no ser que seáis más habilidosos de lo normal. En mi caso he muerto muchísimas veces, y aunque es cuestión de adaptación, os puedo asegurar que hay niveles extremadamente complicados. El único que no será aleatorio, es el primero a modo de tutorial, donde se nos muestran también los controles. A medida que vayamos consiguiendo monedas, se irán mostrando en la zona inferior de la pantalla, para de esta forma llevar la cuenta de los niveles completados. La única ayuda a lo largo de todo el juego es la posibilidad de disparar para solventar algunas superficies destructibles. Un elemento que le otorga cierto carácter estratégico a las partidas.
Duración
Es difícil estimar unas horas de duración aproximadas, teniendo en cuenta que estos videojuegos están orientados a una dificultad bastante superior a lo normal. No es precisamente un paseo ni se trata de una historia que se nos vaya narrando hasta acabarla en «X» horas. Mas bien, la duración dependerá exclusivamente de vosotros hasta completar los 100 niveles, y en función de la destreza que tengáis para acabar el juego al 100%.
Conclusión
Zero Zero Zero Zero es un videojuego de los de la vieja escuela. Un retro de los que a penas quedan. A ello contribuyen su aspecto y también su elevada dificultad. He echado en falta un mayor esfuerzo e ingenio por parte de sus desarrolladores en cuanto al apartado visual se refiere. Considero que con un poquito más se podría haber dotado al videojuego de una mayor personalidad, de algo que lo distinga notablemente del resto. Lo mismo sucede con su banda sonora, demasiado repetitiva y que queda relegada a un segundo plano sin pena ni gloria. Entiendo que su gameplay es lo más importante, pero hay otros aspectos como los ya mencionados que quedan demasiado descuidados. Eso sí, poco hay que objetar en su propuesta jugable. Será un reto para aquellos jugadores que busquen una experiencia retante de verdad, de esas que harán sudar sangre, sudor y lágrimas.
Acerca del autor
He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.