Tras cosechar grandes críticas por parte del público y los medios, Gris supuso un escaparate de lujo para Nomada Studio. El juego catalán triunfó especialmente por su apartado artístico sobresaliente, así como por una narrativa profunda y muy bien tirada a lo largo de sus plataformas y escenarios. Y de esta forma, sus responsables decidieron apostar por un nuevo proyecto manteniendo la esencia del primero, pues Neva no se entendería sin el previo lanzamiento de Gris. Eso sí, cada uno de los apartados se han visto notablemente mejorados, suponiendo un salto de calidad apreciable desde el minuto uno que nos ponemos a los mandos de Neva. Pero veamoslo en profundidad.
Naturaleza y amistad como telón de fondo
Con Neva, Nomada Studio sigue la senda marcada por Gris, con el objetivo de aportar una nueva historia que cale en los jugadores, contada una vez más a través de un apartado visual sublime. En este caso nos ponemos en la piel de Alba, una chica cuyo destino se entrelaza rápidamente con el de una cría de lobo. Un suceso fatídico les llevará a unir sus caminos a la hora de liberar el bosque, el cual se verá sumido en la más absoluta oscuridad.
La aventura de Neva y Alba está repleta de peligros, entre los que destacan seres despiadados que corromperán a los que habitan el bosque, a lo que se suma una oscuridad que inunda poco a poco el pintoresco paisaje genialmente dibujado por Nomada Studio. Su propuesta me recuerda por momentos a La Princesa Mononoke, una de las obras maestras de Studio Ghibli (salvando las enormes distancias). La corrupción de la naturaleza hasta alcanzar sus raíces más profundas, un lobo imponente y una guerrera que le acompaña… quizá no haya sido el punto de partida para construir Neva, pero la comparativa ha sido inevitable en mi cabeza. Y creo que a muchos le sucederá lo mismo.
Lo mejor es la relación entre ambos personajes y cómo esta va evolucionando, de la misma forma en que lo hace Neva. Nuestro compañero lobuno empieza siendo una cría, pero con el paso de los capítulos del juego, repartidos en las diferentes estaciones del año, crecerá y cambiará su actitud ante lo que le rodea. Y el esfuerzo en este punto se nota por parte de los desarrolladores.
Neva es como Gris: arte en estado puro
Si con Gris no encontrábamos auténticos cuadros a cada paso que dábamos, en este caso la sensación aumenta con la genial apuesta de Nomada, con una paleta de colores aún más rica y variada que en el primer juego. Con aquella aventura, la narrativa iba por otros derroteros, y buscaba plasmar conceptos tan complejos como la depresión, la superación o la pérdida. De ahí su tono y apartado visual. Sin embargo, Neva opta por golpearnos desde el minuto uno con toda la belleza de la naturaleza. Un mundo virgen y colorido en todo su esplendor, rebosante de vida.
El mensaje y la trama son distintos, pero buena parte de ello se transmite igualmente mediante las imágenes. Y en este sentido, Nomada Studio ha podido explotar más si cabe su creatividad y su arte. Un arte que mantiene la apariencia de una acuarela en movimiento. No exagero cuando afirmo que cada fotograma bien podría emplearse a modo de cuadro decorativo en cualquier contexto, y no desentonaría en ninguno de los casos.
Las animaciones me han sorprendido muy para bien. Para empezar, la forma en la que Neva se mueve con nosotros va cambiando de la misma forma que lo hace él con su aspecto y edad. Tiene «poderes» por así decirlo, y con el paso del tiempo los emplea para superar obstáculos entre plataformas, además de ayudarnos en nuestros encontronazos con ciertos enemigos. Por su parte, Alba también cuenta con un repertorio bastante decente de animaciones (entendiendo las dimensiones del título). Podemos acariciar a Neva, ayudarle en su etapa más temprana si tiene miedo o se hace daño, y por supuesto, llamarle para que nos siga y no se quede atrás.
Más combate, más metroidvania
Otro punto muy acertado de Nomada Studio con Neva, es la forma en la que se acercan al género comúnmente conocido como «metroidvania». No puedo decir que lo sea en su más pura esencia, pero es cierto que el combate adquiere una posición troncal para darle ese aire distintivo respecto a Gris. Además, no tardaremos demasiado en combatir con estos oscuros enemigos que acechan a nuestro alrededor, y lo haremos a través de la espada de Alba.
Pero tampoco esperéis nada mínimamente profundo en este sentido. Al final machacaremos el botón «X» para matar enemigos a espadazo limpio, pero conforme avancemos, Neva podrá sumarse al combate. Nuestro amigo nos obedecerá para morder a una de estas criaturas, lo que puede darnos un respiro en esos momentos en los que hay más «tralla» de la cuenta en pantalla. La agilidad de Alba es otro aspecto muy positivo, que se agradece no solo en el combate, sino también en el plataformeo. El diseño de niveles es genial, e incluso para completar ciertos puzles necesitaremos estar atentos al milímetro para no fallar un salto o un desplazamiento con la mecánica de esquiva.
Ah, y hay jefes. No diré mucho acerca de ellos, pero hay momentos geniales. Como decía, no esperéis una experiencia profunda con el sistema de combate, pero esto no significa que no sea disfrutable. A veces podremos enfrentarlos, y otras, como sucedía en los geniales Ori, solo tendremos la opción de huir y tratar de ser lo más preciso posible saltando y esquivando de un lado a otro. Eso sí, a nivel de puzles, el juego es bastante sencillo, y no supondrá mayor problema incluso para aquellos usuarios más ocasionales.
El nivel sonoro, también a la altura
La música es uno de los componentes más importantes de un videojuego, y en títulos como Neva adquieren una importancia tan elevada como la propia narrativa o el apartado artístico. Las melodías se acoplan a la perfección en cada momento, dando el dramatismo necesario cuando toca, poniendonos nerviosos en los momentos de mayor tensión, o realzando las imágenes más preciosistas e impactantes que nos puede llegar a ofrecer el juego. Sin duda, Nomada sabe marcar el ritmo de su videojuego con una banda sonora a la altura.
Por otra parte, si bien el trabajo a nivel sonoro puede parecer bastante simple, me gustan mucho los escasos sonidos con los que han dotado a Alba. Una vez más, la protagonista de Neva (como en Gris) no habla. Su única palabra es, curiosamente, «Neva», ya que es el nombre del lobo que nos acompaña. De esta forma, podemos hacer que llame a Neva cuando se aleja, y así nos siga de cerca. No es un apartado especialmente complejo, pero Nomada Studio aplica lo necesario para hacer lo suficientemente inmersiva la experiencia.
Si te gustó Gris, te gustará Neva
Nomada Studio ha vuelto con una nueva y apasionante aventura, donde sigue presente lo que hizo grande a Gris, pero al mismo tiempo, sabiendo mejorar una experiencia que de sobras ya era muy buena. Tendremos el combate muy muy presente, casi desde el inicio de la aventura, con un apartado artístico apabullante, en la línea de Gris, pero con una paleta de colores completamente diferente. Neva es una experiencia continuista en parte, pero que agrega nuevos elementos que hacen más dinámica la experiencia.
A nivel de fallas o errores, debo decir que el juego está muy pulido. A nivel narrativo, esta vez se aleja del golpe que dejaba en el jugador su anterior propuesta, lo que a título personal no me disgusta, aunque esperaba algo similar tocando temas sensibles. En lo referente al apartado jugable no inventa la rueda, ni mucho menos, pero le sirve para otorgar ese aire metroidvania que tan bien le sienta. En definitiva, si te gustó Gris, te gustará Neva. No es la propuesta más ambiciosa del mundo, pero le sirve para brindarnos unas cuantas horas con las que deleitarnos con el arte de Conrad Roset.
Desde aquí queremos agradecer a Devolver por facilitarnos el código para este análisis.
Acerca del autor
He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.