Análisis de Starfield; una nueva escala en los videojuegos

No sabía muy bien cómo empezar este análisis. Os contaré que, desde que formo parte de la familia de Área Xbox, he analizado prácticamente todo tipo de géneros. Naturalmente, cada uno de nosotros se centra en aquellos que le son más afines, pero siempre abriéndonos a cosas nuevas o que puedan ajustarse a nuestras experiencias y gustos. De esa manera, garantizamos que cada análisis se lleva a cabo de la mejor manera posible, por compañeros que, por así decirlo, saben valorar y puntuar adecuadamente el videojuego en cuestión. Pero lo de Starfield

En esta ocasión, debo confesar que es la primera vez que me he sentido absolutamente abrumado por lo que tenía ante mi. Sé que este análisis llega algo tarde, aunque ya lanzamos las primeras impresiones antes del lanzamiento. Sin embargo, todo lo que hayáis visto de Starfield en redes, si bien se quedará corto, os ayudará a entender lo que me ha sucedido jugándolo. La sensación de responsabilidad y la cantidad de contenido que quiero plasmar sobre lo nuevo de Bethesda en este análisis asusta, pero trataremos de hacerlo lo mejor posible. Así que dejando a un lado la chapa, acompañadme en este maravilloso salto gravitacional a bordo de la Frontier.

Un nivel técnico a años luz

Starfield es único, y lo es por cosas como las que os voy a contar a continuación. Teniendo en cuenta las primeras impresiones que ya publicamos antes del lanzamiento, trataré de ir al grano.

Una de las características que hacen grande a este videojuego, es su sorprendente realismo a la hora de reflejar el comportamiento de cada uno de los planetas que componen los diversos sistemas solares. No recuerdo si durante el proceso hubo un asesoramiento directo desde la NASA a la propia Bethesda, pero tampoco me extrañaría que así fuese.

Todo está vivo, y es algo que descubriréis al observar los movimientos de rotación y traslación de los planetas y sus correspondientes satélites. Si tratáis de llegar hasta ellos, podréis hacerlo sin paredes invisibles de por medio, pero tardaréis horas según la distancia que haya. También es necesario calcular la órbita correcta, puesto que es vital para llegar lo antes posible. Esto es algo que no deja de asombrarme por más horas que lleve jugando.

Por supuesto, cada planeta tiene sus propios biomas. Sí, habéis leído bien, SUS biomas. Porque si bien un planeta puede reunir una serie de características, eso no impide que podamos pasar de una zona rocosa y seca a otro área donde haya agua y vegetación. Y tranquilos, porque los límites en estas áreas explorables son extremadamente permisivos. Aún no me he cruzado con esos muros invisibles, pero si así fuera, basta con despegar y aterrizar en cualquier otra zona del planeta. Se habla de áreas explorables tan grandes como Skyrim

Las físicas de Starfield son alocadamente geniales

Esto merece apartado propio, y no es para menos. Voy a ser totalmente honesto con vosotros, no había visto nada igual desde lo que logró Nintendo con Breath of The Wild y su secuela. Lo de Bestheda y las físicas ha alcanzado un techo al que parecía imposible ni tan siquiera acercarse.

Muchos habréis visto el vídeo viral de la nave repleta de patatas, y cómo estas se salen y van cayendo al abrir la compuerta. Eso es solo un pequeño ejemplo de hasta qué punto se ha trabajado este aspecto del videojuego. Cada objeto, cada ser vivo y cada enemigo al que nos enfrentemos, tiene unas dimensiones y una masa. En función de todo eso, el elemento en cuestión actuará de una determinada manera al caer o ser golpeado.

Pero la cosa no queda ahí. Según los niveles de gravedad de cada planeta o satélite, todo actúa de forma diferente. Nuestro desplazamiento se verá agilizado, pues un salto será aún más grande y podremos valernos de la mochila propulsora para abarcar más distancia. Pero es que los objetos también comenzarán a flotar si los golpeamos. En el caso de los enemigos, cuando hay tiroteos de por medio, suelen suceder tres cosas en situaciones de ingravidez; el enemigo cae muy poco a poco según el lugar donde se encuentre, también puede salir despedido a lo «Team Rocket» por la explosión de su mochila propulsora, o bien quedarse girando en el aire sin rumbo por la avería de esa mochila hasta caer rendido al suelo.

Os animo a que probéis todo tipo de cosas, porque el límite, al menos después de tantas horas jugadas, solo lo pondréis vosotros.

Un derroche para la vista

A estas alturas hay circulando multitud de imágenes de Starfield por las redes. La gente está haciendo de las suyas con el modo foto, y cuando lo probéis entenderéis el por qué es tan necesario. Otra de esas situaciones que se os darán de manera recurrente, es que os quedaréis embobados admirando cada estampa que os regale el juego. Un amanecer en la tierra, los anillos del planeta más próximo al satélite en el que te encuentres, o unos animalillos extraterrestres que se desplazan en manada en la lejanía. Todo se ve de cine, además de contar con una riqueza enorme en lo que a emplazamientos y entornos se refiere.

El uso de la iluminación y las sombras se lleva a cabo con maestría en cada elemento. Ya sea en el interior de la nave o fuera, los personajes, la vegetación, denotan un mimo que engrandece más si cabe el videojuego. También ocurre en aquellos planetas más desérticos, donde Bethesda ha hecho hincapié en destacar cada montículo, cada roca. En las ciudades, como es lógico, se aprecia aún más. Basta con daros una vuelta por Nueva Atlántida o Neón, esta última haciendo honor a su nombre con luces y brillos por todas partes.

Qué decir de los interiores… hay una carga gráfica que pocas veces he visto en un videojuego. La posibilidad de cambiar entre la tercera o la primera persona ayuda, y al emplear esta última, he tenido sensaciones muy parecidas a las que viví con Cyberpunk 2077. De esta forma, los combates y la exploración interior son mucho más inmersivos, sin duda un gran acierto.

Juega a Starfield como quieras

Todo el apartado jugable de Starfield podría resumirse en la frase que preside esta sección. Bethesda se ha asegurado de que prácticamente cada jugador tenga una experiencia única en Starfield, algo que se refleja en las múltiples opciones que otorga al meterse de lleno en su mundo.

En primera persona, en tercera o con la mítica cámara al hombro, da igual como afrontes cada situación. El juego se adapta a lo que quieras, y lo he confirmado después de más de cuarenta horas de partida. Definitivamente, he afrontado los combates en primera persona, al igual que la interacción con zonas interiores. Sin embargo, la exploración al aire libre es una delicia con la perspectiva más lejana. En la nave también es posible cambiar entre ambas vistas, ambas muy satisfactorias también.

Los «árboles» de habilidades

Mención aparte merecen las diferentes habilidades que podemos ir desbloqueando a lo largo de la aventura. No es que tengamos un árbol de habilidades, sino que hay varios enfocados al tipo de rasgo que queramos ampliar en nuestro personaje. Si lo que quieres es mejorar los aspectos de la nave y tu traje, tendrás que dirigirte a «Tecnología», donde también se podrá optimizar el uso de sus armas o de la propia mochila propulsora de nuestro héroe.

Las habilidades sociales nos serán vitales para persuadir o ganarnos la confianza de las personas con las que nos crucemos por el camino. Por otra parte, también contamos con mejoras «médicas» para potenciar nuestra recuperación y la tolerancia al dolor, así como un árbol de aptitudes físicas. Este último es importantísimo, y os daréis cuenta cuando sufráis el maravilloso síndrome de Diógenes al recoger cada objeto que os encontréis por el camino.

Para que os hagáis una idea, nada más empezar y configurar a nuestro personaje, saldrán varias opciones para otorgarle rasgos, ¡y hasta un pasado! En definitiva, hay muchísimas opciones que potenciar, y que serán de ayuda para desempeñar vuestro periplo por el universo. Además, cada rasgo cuenta con cuatro niveles propios. Me da que vais a pasar mucho tiempo aquí.

Gestión

Y si vais a pasar mucho tiempo entrando en los árboles de habilidades, el resto de menús tampoco se queda atrás. Pero tranquilos, porque Bethesda también ha trabajado bien este aspecto, y hay atajos. He leído a más de uno y más de dos últimamente respecto a la supuesta obligación de usar los menús para desplazarse entre planetas y sistemas. No es necesario, basta con apuntar hacia el punto azul de nuestro próximo destino y seleccionarlo con «A». De esta forma, saldrá la opción de viajar hacia allí. De ti depende el nivel de verosimilitud de la aventura, ¿siete horas para llegar a Marte o mejor un viaje rápido?

Pero ¿significa esto que podremos ahorrarnos la consulta de los menús durante nuestro periplo? en absoluto. El inventario será uno de vuestros quebraderos de cabeza, y al principio requerirá un poco de adaptación. Es normal teniendo en cuenta la cantidad ingente de objetos que podemos encontrar; armas, objetos decorativos, notas, libros, comida, minerales, etc. Por suerte, los botiquines no ocupan nada de espacio. Ah, y si por un casual no encuentras lo que buscas, siempre puedes usar mesas de trabajo o pequeñas máquinas a modo de laboratorio para elaborar ese material o mejorar tu arma o traje.

Afortunadamente, esta labor de gestión constante se agiliza muchísimo gracias a la posibilidad de almacenar todo tipo de cosas en la bodega de la nave (de cada una de ellas). Así mismo, también nos ayudarán nuestros acompañantes. Es posible hablar con cualquiera de los integrantes de la tripulación, y hacer que nos acompañen al salir de la nave, y por ende, pedirles que carguen con parte del inventario. Eso sí, todo se ha agilizado lo suficiente como para no entorpecer la partida.

Un gunplay sorprendente

No sé si habremos lanzado nuestro último podcast en el momento en el que se publica este análisis. Si no es así, os adelanto que hablaremos de Starfield, y que respecto a este punto en concreto, nuestro compañero Sergi ya deja caer la posible mano de otro de los estudios de Xbox en el gunplay de Starfield. Probablemente no sea el caso, pero no sería de extrañar que hayan contado con cierto asesoramiento, porque la experiencia con las armas de fuego es sorprendentemente buena.

No suele ser el punto más fuerte de los juegos de Bethesda, pero la realidad es que Starfield te mete rápidamente de lleno en sus combates. Gracias a la anteriormente mencionada cámara en primera persona, y al uso de la mochila propulsora, el manejo se siente muy pero que muy ágil. Incluso tiene un punto de verticalidad que le sienta genial gracias a esa posibilidad que ofrece la mochila.

Nuestro compañero Roberto menciona también en el podcast, su tendencia a pelear a manporro limpio en otros títulos de Bethesda, llámense Skyrim o Fallout. Sin embargo, todos coincidimos en lo satisfactorio de ir pegando tiros por Starfield. Hay que decir que esto, también se debe en parte a una importante variedad de armas, que no solo cuentan con sus propias versiones mejoradas, sino que pueden atribuirse ciertas ventajas para unos enemigos u otros por su munición.

Por lo visto en algún que otro tráiler, debéis saber que también hay diferentes poderes que iremos adquiriendo en el videojuego. Es algo en lo que prefiero no profundizar para evitar spoilers, pero puedo adelantar que los combates ganan mucho cuando entran en juego, y algunos de sus efectos son verdaderamente impactantes. Una muestra más del nivel técnico del juego.

¿Y la IA?

Por hacer un apunte sobre la IA en estos casos, quiero recordar que en mis impresiones afirmaba que mostraba un comportamiento algo errático por momentos. Que daba una de cal y otra de arena. Bien, tras un buen puñado de horas quiero aclarar que esto se da en momentos puntuales, y que en general, la experiencia está siendo satisfactoria en todo momento. Todo depende del contexto, un npc atrapado en una esquina, un personaje que huye de ti y se cruza con un animal extraterrestre… Estas carambolas pueden darse en un juego tan grande, y que de alguna forma, la IA no sepa cómo actuar a veces.

Algo que no acaba de gustarme, es que durante un diálogo de una misión los enemigos que arrastrábamos pueden seguirnos la pista. Al dar con nosotros, seguirán disparándonos en pleno diálogo, mientras que nosotros no podremos hacer nada en muchas ocasiones.

Por poner un ejemplo, me ocurrió en una misión en la que iba en busca de una ex soldado. Esta se había refugiado en una cueva armada hasta los dientes, con robots de combate. la dificultad de la misión me obligó a agilizar mi camino hasta esta mujer, pero me dejé algún robot por el camino, y en plena conversación me siguieron atacando sin poder hacer nada. No lograba cancelar la secuencia de diálogos. Así que no seáis como yo, acabad con todo rastro del enemigo, por si las moscas.

Las naves, epicentro de Starfield

Si algo podéis tener claro en vuestras aventuras por el espacio, es que la nave hará casi siempre las veces de base principal. Su función va más allá de llevarnos de aquí a allá, por lo que es importante mejorarla con el tiempo, o adquirir otras nuevas.

Por una parte, tenemos los combates en el espacio. A muchos, como a mi, les recordará a la experiencia que ofrece Star Wars Squadrons, título de naves de EA centrado únicamente en dichos combates. Y lo cierto es, que si bien la base en Starfield no dista mucho de la de este, la posibilidad de mejorar nuestra nave y añadir nuevas piezas, le otorgan una mayor profundidad. La energía puede distribuirse a nuestro gusto con la cruceta, de manera que podemos dar prioridad a las armas, los motores, escudos o el motor gravitacional. Con los analógicos, el juego permite acelerar la nave y jugar con la potencia para llevar a cabo los giros. Cuando le pillas el punto, llegan a ser enfrentamientos muy divertidos, pudiendo en ciertos casos abordar naves enemigas.

La personalización de las naves daría casi para un apartado completo. No es de extrañar que comencéis a ver más y más tutoriales para construir la nave de vuestros sueños. Hasta la fecha, he visto por internet recreaciones del Razor Crest, el Halcón Milenario, el Pelican, los X-Wing, y un sinfín de creaciones de la comunidad. El límite solo lo pondrá vuestra imaginación y los créditos de cuanto dispongáis.

En cada espaciopuerto podréis acceder a las naves en posesión al hablar con el «técnico de servicios navales». Una vez en el menú, también podremos revisar la bodega de la nave, opción igualmente accesible desde el menú de pausa, al igual que la tripulación. Respecto al «astillero», habrá todo tipo de piezas disponibles, muchas de ellas vitales para salir ahí afuera, como son los escudos, los motores, depósitos de combustible, etc. Pero lo mejor es la cantidad de módulos y piezas estéticas, eso es lo que nos permitirá hacer cualquier cosa. Y si la nave no es operativa, el propio menú nos avisará hasta que lo corrijamos.

La narrativa de Starfield es casi infinita

Ahora vamos con uno de los platos fuertes de Starfield. Uno de los motivos por los que no podréis despegaros de la pantalla durante horas y horas, serán las infinitas misiones que os iréis encontrando por el camino. Sobre la trama principal, preferiría no contar demasiado, pero es apasionante meterse de lleno en ella por todo lo que abarca. Desde Constelación, se busca dar respuesta a las eternas preguntas que siempre se ha formulado la humanidad; quienes somos, de donde venimos y a donde vamos.

Pero los extraños artefactos no serán lo único que nos lleven a los lugares más recónditos del universo, habrá una cantidad inmensa de contenido a nuestro alrededor, y al principio casi ni se percibe. Puede ser un miembro de la seguridad que patrulla las calles o un vagabundo, y este mencione algo acerca de un suceso acontecido recientemente. En ese momento se activará una misión, así ocurrirá constantemente. La tipología de misiones va desde pequeños recados en forma de actividades, hasta misiones que pueden expandirse y expandirse con varias ramas, llegando hasta las 6 o 7 horas de duración en total, algunas puede que más. Y mucho ojo, porque sí, todo lo que hagáis tendrá consecuencias.

Y eso es lo que tanto engancha de su narrativa. No necesariamente tienes que seguir la trama principal, y de hecho, es la manera correcta de disfrutar de Starfield. Algunas de las mejores misiones son las que ofrecen cada una de las facciones, como es el caso del Colectivo Freestar. Para que os hagáis una idea, una misión cualquiera puede empezar con la caza de unos mercenarios que arremeten contra unos granjeros. Algo sencillo a priori, pero que con el tiempo va derivando en diversas incógnitas y sospechosos de algo más grande.

Sonido y doblaje

Como ya deslicé en las primeras impresiones, no puedo más que destacar el gran trabajo llevado a cabo en materia de sonido y doblaje en Starfield.

A riesgo de caer en la repetición, tengo que decir que es uno de los apartados sonoros más impresionantes que me he cruzado en un videojuego. Los efectos de las armas se sienten muy diferentes según la munición y las mejoras que usen, con unos tiroteos inmersivos.

En el caso de la nave sucede lo mismo, cada arma empleada es única, y suena como tal, además de las explosiones y alarmas del sistema de seguridad. Cada aterrizaje o despegue, constituye una secuencia de sonidos e imágenes dignas de las mejores películas de ciencia ficción. Incluso pasear por un planeta desértico se convierte en una experiencia tan solitaria como abrumadora, oyendo tan solo el tímido silbar del viento, o simplemente, el silencio de una superficie sin atmósfera.

Y qué os puedo contar de la música… El compositor Inon Zur ha logrado (otra vez) implantar su magia creativa en un título de Bethesda, como ya ocurriese en Fallout 3, Fallout 4 o New Vegas. Para los amantes de la ciencia ficción y la temática espacial como es mi caso, estoy seguro de que os provocará una mezcla de sensaciones. Interestellar o Star Wars serán algunos de los nombres que más os vengan a la mente. No soy un experto en la materia, pero diría que Zur ha tomado un poquito de aquí y allá, dando como resultado la joya musical compuesta para Starfield.

Por último, la localización a nuestro idioma es de diez. No me quiero ni imaginar la prohibitiva cifra de diálogos que se han empleado para desarrollar la narrativa de Starfield. Como cabía esperar, no hay errores de traducción (o al menos yo no los he visto), mientras que en materia de doblaje, hay una variedad de personajes, voces y registros que lo convierten en una producción audiovisual sin precedentes. Enhorabuena a todos los profesionales que lo hicieron posible.

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Llegados a este punto, espero en primer lugar haberte sido de ayuda si buscabas conocer de cerca lo que ofrece Starfield, que es muchísimo. Tengo la sensación, como te ocurrirá a ti si lo juegas, de que por más horas que le dedique o por mucho que escriba sobre él, siempre me dejo algo en el tintero.

En resumidas cuentas, Starfield es grandioso por muchas cosas, pero me atrevería a decir que lo es especialmente por lograr instaurar un nuevo concepto en los videojuegos. Ya no hablaremos de Starfield como juego de mundo abierto, sino de universo abierto. Y lo más impactante, es que con semejante escala, consigue mantener un apartado técnico a la altura de un Red Dead Redemption 2 o Cyberpunk 2077. Por no hablar de la calidad de las misiones, tanto principales como secundarias, y una jugabilidad sorprendentemente buena y completa.

Podemos buscarle tres pies al gato, y sí, las expresiones de los personajes no serán lo más innovador que veréis en un videojuego, y hay pantallas de carga de… ¡un segundo! al cruzar ciertas puertas. Nada de eso importa, Bethesda ha llevado a cabo con maestría un título del que, si bien tenía grandes expectativas, ha terminado superándolas sin despeinarse. Tenía mis dudas de si habría algún contendiente a la épica altura de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom; pues aquí lo tenéis.

Desde aquí agradecemos al equipo de Bethesda España la oportunidad de analizar este título.

Starfield

79,99€
10

Gráficos

10.0/10

Jugabilidad

10.0/10

Sonido

10.0/10

Pro.

  • Un nivel técnico prodigioso
  • La narrativa te atrapa en todo tipo de misiones, principales y secundarias
  • La personalización de las naves y nuestro personaje es infinita
  • El trabajo a nivel sonoro es tan faraónico como el resto de apartados
  • La jugabilidad sorprende por la agilidad y facilidad que otorga en las diversas situaciones que puedan darse

Contra.

  • Necesitarás días de 48 horas

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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