Análisis RiMS Racing: La experiencia más completa a dos ruedas

Si hay un género en el que Nacon ha hecho hincapié en los últimos años es en el de las carreras. Hasta la fecha hemos podido disfrutar, entre otros, de la saga WRC, con un nuevo Test Drive Unlimited que llegará próximamente. Pero hoy no vamos a hablar de coches, el análisis que nos toca es a dos ruedas, y promete una de las experiencias más completas jamás vistas en su género. RiMS Racing prometía una total inmersión del jugador, no sólo en la jugabilidad pura y dura en circuito, sino también a nivel mecánico. La gestión es otro de los puntos fuertes de este videojuego, haciéndonos sentir los principales responsables del rendimiento de nuestra máquina. ¿Lo habrá conseguido? vamos a comprobarlo, ¡arrancamos!.

RiMS Racing luce bien, pero hay margen de mejora

Antes de profundizar en temas más complejos y en aspectos jugables, quisiera empezar por lo primero que llama la atención a simple vista. Gráficamente, no puedo decir que los juegos de Nacon sean ni mucho menos mediocres, pero he de confesar que en algunos de ellos esperaba más. Es lo que me ha sucedido con las últimas entregas, por ejemplo, de la saga WRC. Siempre mantienen un buen nivel, pero no son todo lo destacables que podrían ser a nivel visual. Con RiMS Racing se repite la misma historia, pese a las mejoras en Xbox Series.

Las motos, que son al final las grandes protagonistas, cuentan con un diseño muy pulido, con un grado de detalle realmente alucinante. Eso sí, a pesar de ser una propuesta muy atractiva, sigue quedándose por detrás de su competencia más directa. También hay que decir a su favor que este RiMS Racing no busca tanto ese nivel gráfico con el que dejarnos boquiabiertos, sino una simulación lo más realista posible a los mandos. Algo sobre lo que profundizaré más adelante. De hecho, las motos de las que dispondremos en el juego serán un total de 8. Son pocas, pero serán las más potentes de Europa y Japón. Tenemos la Ducati Panigale V4 R, MV Agusta F4 RC, Aprilia RSV4, BMW M 1000 RR, Suzuki GSX-R1000R, Honda CBR1000RR, Kawasaki Ninja ZX-10RR y la Yamaha YZF-R1.

En cuanto a los circuitos, tampoco destacan precisamente por una obsesionada atención al detalle. Sobre todo, se hace notar especialmente cuando lo comparamos con otros juegos en los que se trabaja mucho más este apartado. Lo bueno es que contamos con 10 circuitos reales, cuyo trazado se ha representado con hasta el más mínimo resalte. Laguna Seca, Silverstone, Zolder, Suzuka… Todo para lograr la experiencia de simulación definitiva. Y por si fuera poco, también se han añadido pistas alternativas en carreteras abiertas para quienes busquen algo diferente. Estas carreteras nos llevan a paisajes de Italia, España, Noruega, Australia y USA.

Un altísimo nivel de personalización y ajustes

Antes os contaba que RiMS Racing no es precisamente un portento gráfico, ni tampoco lo pretende. Sus desarrolladores han logrado un buen resultado en el apartado técnico, pero sin acercarse a juegos como RIDE o Moto GP. Y es que aquí lo que priman son otras cosas, y una de ellas es la personalización y las mejoras de nuestras motos. Para ello el juego nos presenta un modo trayectoria, cuya sede constituye su centro neurálgico. En ella, el jugador puede controlar todo lo relacionado con la moto mediante diferentes menús.

Un ejemplo es el caballete, que permite gestionar todo que tiene que ver directamente con la moto, ya sea en forma de componentes o su rendimiento y puesta a punto. Dentro de estas opciones, encontraremos otros submenús, que en el caso del caballete, permite acceder al taller para cambiar diferentes piezas, elegir otra moto, acceder a la puesta a punto, etc. He querido centrarme en el caballete debido a que es donde pasaremos más tiempo fuera de las carreras. Pero por supuesto hay más. Desde el calendario podremos ver los diferentes eventos y carreras disponibles, en Alojamiento pude personalizar el aspecto y algunas características de mi piloto, y en Investigación es posible desarrollar aún más el potencial de nuestras máquinas.

Al principio, el juego puede parecer un tanto abrumador. De hecho, me ha sorprendido la profundidad que llega a tener en este sentido. Todo tenemos que gestionarlo nosotros, y la cantidad de menús para hacerlo es mucho mayor que en otros títulos de corte similar. Por este motivo, he de decir que no es un juego apto para impacientes o personas especialmente inexpertas en el género. Aquí hay un constante aprendizaje, y RiMS Racing se esfuerza para que lo hagas, pues hay constantes tutoriales a modo de guía desde que iniciamos el juego.

Un detalle enfermizo por hacernos partícipes de la experiencia RiMS

A la hora de abarcar la jugabilidad de RiMS Racing, he pensado que lo mejor era dividirla en dos partes. En esta os hablaré del énfasis por hacer que el jugador se sienta realmente parte de la experiencia, en lugar de mantenerse expectante en algunos momentos. Siempre, absolutamente siempre, tendremos que ser nosotros quienes tomen las decisiones.

Dentro del menú de la sede, nosotros mismos nos encargamos del mantenimiento y rendimiento de la moto. En el caballete, una de las acciones más destacadas, es el hecho de poder desmontar paso a paso cualquier pieza de la moto. Un ejemplo que tenéis en las imágenes son las pastillas de freno. Para cambiarlas, el juego nos presenta una serie de combinaciones de botones, con las cuales se van llevando a cabo los pasos. Hay que separar la pinza de freno y seguidamente, seguir ejecutando los pasos hasta desmontarla por completo. Tras acceder a las pastillas, estas se sustituyen por las nuevas, y volvemos a montar la pinza. Lo mejor del proceso, es que cuenta con animaciones para ir apreciándolo todo.

Hay una enorme cantidad de piezas con las que podemos trabajar y mejorar la moto. Una imagen muestra todas y cada una de ellas, con una lista a la derecha de la moto donde veremos al detalle cuáles podemos seleccionar por «temática». En cuanto a los frenos, tenemos las pinzas de freno delanteras y traseras, pastillas de freno, el líquido de freno, los discos, el depósito del líquido de frenos, el propio líquido, y así con todo lo relacionado con ello. Y esto es aplicable a suspensiones, carenado, electrónica, etc. Una locura que RaceWard Studio y Nacon han conseguido convertir en una realidad fascinante para el fan del motociclismo.

Jugabilidad en pista

RiMS Racing propone una experiencia que va un paso más allá de las que hemos visto en otros videojuegos. Hay títulos que se acercan a la simulación, como RIDE 4. Pero en este caso debo decir que la dificultad aumenta considerablemente, y que la atención que requiere por parte del jugador es notablemente superior. Las 8 motos de las que dispone el usuario, han sido diseñadas al milímetro en todos los sentidos, también en su comportamiento. Además, las diferentes piezas influyen como es de esperar en el manejo.

En pista, RiMS Racing nos obliga a considerar los sobresaltos de la pista, así como a memorizar a la perfección la trazada para sacar el máximo partido a la moto y ser los más rápidos. Una de las claves a dominar, independientemente de las ayudas escogidas, son los cambios de rasante. La moto es especialmente sensible a los cambios de dirección, a los baches y a los pianos. Medir la trazada ideal es vital para no irnos al suelo. Como en otras experiencias, se nos permite elegir el nivel de la IA y diversas ayudas a la conducción (trazada ideal, asistencia de frenado, control de tracción…).

En plena carrera, también es posible conocer mediante uno de los menús de pausa el estado de nuestra moto. Algo que tampoco hemos visto anteriormente a este nivel. De forma similar a lo visto en el apartado de la mecánica de la moto veremos, si hemos sufrido daños en alguna caída, cuáles son las partes afectadas y qué es lo que requiere ser cambiado. Tras entrar en boxes, descubrimos otra curiosa mecánica. Somos nosotros mismos los que haremos estos cambios en el pit lane. Al igual que al desmontar y cambiar piezas en la sede, llevaremos a cabo el mismo método lo más rápido posible para ahorrar tiempo. No es algo que personalmente me encaje demasiado, y que tampoco echaría en falta, pero ahí está.

Menús y tutoriales

Podría resultar muy sencillo perderse en un juego como este. Y lo digo literalmente, puesto que la cantidad de menús y elementos a tener en cuenta son muy numerosos. Desde la sede, el jugador debe controlar todo lo relacionado con la moto, hacer los cambios necesarios para mejorarla o gestionar el inventario entre otras cosas. Sin embargo, otro aspecto muy positivo que descubrí de RiMS nada más empezarlo, fueron sus tutoriales. Se trata de una completa guía que nos explica al detalle para qué sirve cada menú y cómo aprovechar los recursos de los mismos.

Nadie se queda atrás en RiMS Racing. Acompañando a estos textos informativos, una voz femenina nos contará esas mismas líneas, que como suele ocurrir es opcional. De cada uno depende si quiere aventurarse a ciegas o prefiere recibir estas informaciones. Yo recomiendo encarecidamente lo segundo, sobre todo dada la complejidad del videojuego.

¿Ha cumplido Nacon con su promesa?

La compañía francesa prometía con RiMS una profunda experiencia de motociclismo. Una pasión por las dos ruedas llevada al usuario de la forma más completa posible, haciéndole partícipe de todos los reglajes y ajustes de la moto. Quizá por eso tenga sentido el hecho de que hayan tan pocas motos, aunque creo que no habría estado de más incluir otros modelos de menor cilindrada o similares a las ya existentes. Lo cierto es que han cumplido, y Nacon ofrece exactamente lo prometido en términos jugables. Un simulador que lleva al límite las habilidades del jugador.

Hay que decir que este no es un juego para todos los públicos, y es que cada pista y cada moto supone un reto real. Independientemente de las ayudas, incluso con todo a nuestro favor, es relativamente sencillo perder la moto en un piano o un cambio de rasante. La IA por su parte nos pondrá en ciertas dificultades, ya que en función del nivel escogido, los rivales serán más rápidos. Eso sí, el nivel más bajo es… excesivamente fácil.

Pero lo que más destacaría es la cantidad de posibilidades que ofrece RiMS Racing sobre la personalización y mejora de la moto. Hay infinidad de piezas mejorables, las cuales deberemos cambiar paso a paso como si fuésemos el propio mecánico. Y funciona, es una profundidad jamás vista en juegos de este tipo. Es una pena que el apartado gráfico siga quedándose un poco atrás con respecto a su competencia más directa. Por no decir que en el caso de la old-gen no luce tan fluido como en Series X/S. Si te ha gustado este análisis, recuerda seguirnos en Área Xbox para descubrir más como este.

RiMS Racing

49,99€
7.9

Gráficos

6.0/10

Sonido

8.7/10

Jugabilidad

9.0/10

Pro.

  • La experiencia más completa en relación a la mecánica de la moto
  • Manejo realista que requiere el máximo del jugador
  • Alto nivel de personalización
  • Una complejidad que se compensa con completos tutoriales

Contra.

  • Su apartado gráfico está muy por debajo de lo esperable
  • Poca variedad de motos y categorías
  • El rendimiento en la old-gen se queda muy justo

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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