Análisis de Chronos: Before the Ashes

Chronos: Before the Ashes es lo nuevo de Gunfire Games y THQ Nordic. Se trata de un juego de acción y aventura en tercera persona tipo Souls en el que tomaremos el papel de El Elegido para recorrer el intrincado camino de El Laberinto con el fin de dar muerte al poderoso Dragón que está amenazando a la existencia humana.

A priori contiene todos los elementos indispensables para que a aquellos que les gusten las aventuras de caballeros, espadas y dragones queden plenamente satisfechos con el juego. Por desgracia, desde muy temprano vamos a descubrir que todo eso se queda en un simple ideal y que estamos ante un título absolutamente desangelado.

Cuando solamente era Chronos.

Chronos: Before the Ashes no es exactamente un juego nuevo. Nació en 2016 con el nombre de Chronos y se lanzó para ser jugado mediante las Oculus Rift, las gafas de realidad virtual para PC. Quizás, en su momento, el poderío de la realidad virtual le ofreciese al jugador de Chronos una importante innovación y una fuerte sensación de inmersión en el juego. No obstante, esta adaptación a consolas en forma de un juego de aventuras tradicional ha trastocado su concepción primigenia y ha mermado (muchísimo) su experiencia narrativa y jugable. 

Chronos: Before The Ashes es la precuela de Remnant: From the Ashes, fantástico juego de Gunfire Games que salió en 2019 del que podéis encontrar un completo análisis aquí. Este título salió como un Dark Souls cooperativo (hasta tres jugadores) con escenarios y enemigos procedurales donde predominaban las armas de fuego a distancia, relegando el cuerpo a cuerpo sólo para casos de emergencia. La fórmula les salió tan bien que se convirtió en uno de los mejores videojuegos del género del año pasado. Sin embargo, y con total seguridad, su predecesor no va a correr su misma suerte.

Combate cuerpo a cuerpo mal implementado

A pesar de que Before The Ashes tiene ciertos detalles que son de halagar, no sorprende en nada. Es un título sin carisma, espiritualmente vacío, repetitivo y tosco en su jugabilidad. Han optado por focalizarse al 100% en el combate cuerpo a cuerpo mediante armas blancas y la magia pero la jugabilidad es tan atropellada y lenta que resulta impensable que hayan tomado esta decisión. En Remnant tampoco era una maravilla el combatir usando espadas o lanzas pero su espíritu radicaba en el uso de pistolas, escopetas o fusiles. Era un juego difícil pero resultaba una delicia liarte a tiros con los enemigos mientras compartías partida con dos compañeros más.

En Chronos, aparte de que no posee multijugador, no tendrás más remedio que combatir de cerca y el tempo de los combates es tan lento que te sacará de quicio en más de una ocasión. Y no sólo eso, sino que posee un error de concepto básico que echa por tierra toda la experiencia jugable del título y que es la base del éxito de los combates tipo Souls: la barra de resistencia no se agota cuando atacas. Sólo te cansas cuando corres o cuando te cubres los golpes con tu escudo pero puedes estar pegando hachazos infinitos sin despeinarte. Me parece un error de concepción gravísimo y más cuando el único aliciente real del juego podría ser el combate. ¿En qué se traducen los enfrentamientos? En esperar a que te golpee el enemigo, bloquear con el escudo y empezar a propinar mandobles hasta donde seas capaz.

No es que resulte un juego sencillo pero lo cierto es que a más de un boss lo hemos derrotado sin ni siquiera saber cómo son sus ataques porque hemos acabado con ellos acorralándoles en una esquina a base de golpes. Y no estamos hablando de golpes a la velocidad del rayo, más bien todo lo contrario. Los movimientos (tanto de ataque como de esquiva) son tan lentos que los combates resultan visualmente raros. Y es que con el gatillo derecho (RT en Xbox) propinas un golpe fuerte que dejará aturdido al oponente el 100% de las veces, con lo cual si consigues darle ese golpe lo tendrás, prácticamente, a tu merced.

Por lo tanto, la dificultad real de los combates radica realmente en la capacidad del jugador para adaptarse a este ritmo tan ortopédico de golpes y, en muchas ocasiones, en el mal uso de la cámara en espacios cerrados. Como hemos comentado anteriormente, el juego nació para ser jugado con las gafas de VR, donde la cámara era tu cabeza y podías observar en todo momento lo que quisieras ya que no estaba colocada a espaldas del personaje. En esta adaptación la cosa es más trágica: muchos enemigos te sorprenden en habitaciones pequeñas y la cámara no gestiona bien el tema de las paredes y los muros, y muchas veces te llevarás golpes extra por no ver de dónde viene la acción. 

Cargando…Cargando…

Mención aparte para los tiempos de carga del juego, que pondrán a prueba a los corazones más impacientes. Me explico: el juego ha sido analizado en su versión para Xbox One X y los tiempos de carga son insufribles. El hecho de caer en combate o teletransportarte a través de los puntos de viaje rápido hará, en muchas ocasiones, que te replantees si merece la pena seguir jugando.

Hemos calculado, cronómetro en mano, lo que tarda en cargar la partida tras una muerte o un viaje rápido. La cifra se acerca a la friolera de los 57 segundos. Es decir, casi un minuto mirando la pantalla de carga. Demasiado. Imagina que hay un enemigo que se te atraganta más de la cuenta y caes una y otra vez…El juego, desde luego, no te invita a seguir intentándolo salvo que te esté encantando. Desconocemos cómo serán los tiempos de carga en las consolas de nueva generación pero imaginamos que se reducirán considerablemente. O eso esperamos por el bien del título y del jugador.

Nos hacemos viejos

Pero no todo va a ser malo en este Chronos: Before The Ashes. Tiene una mecánica bastante curiosa que tiene que ver tanto con el lore del juego como con la jugabilidad del mismo. Tu personaje empieza la aventura con 18 añitos, un yogurín lleno de vitalidad y fuerza. Cada vez que mueres envejeces un año, por lo que irás perdiendo unas características pero ganando otras. Por ejemplo, irás perdiendo agilidad en combate pero irás ganando en poder arcano conforme más mayor te haces. Además,  a ciertas edades podrás desbloquear características especiales que te harán más poderoso en ciertos aspectos.

Esto, sobre el papel, resulta muy interesante pero lo cierto es que en la práctica no lo es tanto. Puedes pasarte la aventura sin haber desbloqueado ni el 75% de las habilidades. Incluso, si eres muy bueno jugando, llegarás al final sin haber desbloqueado ni una sola. Sinceramente, creo que algo falla en el planteamiento cuando en una aventura te están premiando el que fracases. Y no sólo lo digo por este aspecto. Como todo buen juego de este tipo llevarás contigo un objeto (en este caso el corazón del dragón) que te servirá para regenerar vida y que tendrá usos limitados que puedes ir ampliando. Pues bien, estos usos para curar vida no se regenerarán hasta que mueras y no hay otra forma de hacerlo.

Puzzles ya vistos y apartado técnico modesto

En cuanto a mecánicas de resolución de puzles nos ha sorprendido alguna para bien. Sin embargo, pero la tónica general durante toda la aventura es la misma: esto ya lo he visto antes. No desvelaremos nada pero desde muy temprano en la historia hay un par de puzles que nos han ilusionado bastante, y los reconoceréis enseguida. Sin embargo, a medida que avanza la aventura, esa sensación se diluye y ese atisbo de creatividad queda, prácticamente, en una anécdota. Es una verdadera lástima ver cómo se desperdicia esta oportunidad y se vuelve al clásico sistema de escenarios enrevesados donde encontrar un objeto y volver sobre tus pasos para colocarlo en otro sitio y abrir una puerta o conseguir otro objeto. Nos hubiera encantado un poco más de riesgo en todo el desarrollo como hemos visto en los primeros compases del juego.

Su apartado técnico es modesto pero correcto. El estilo artístico difiere bastante del de Remnant, ya que está realizado bajo un estilo casi cartoon, con escenarios coloridos, pocas líneas de detalle y texturas simples. Que se haya optado por este aspecto no tiene porqué ser necesariamente malo pero se echa en falta algo más de detalle. Además, hemos comentado los desmesurados tiempos de carga del juego y resulta incomprensible como pueden ser tan largos teniendo el título tan poca carga gráfica. No sabemos si es cuestión de optimización.

La biblioteca de efectos sonoros es bastante escueta y el uso de la música es totalmente circunstancial. La banda sonora sólo aparece en ciertos momentos para dar más dramatismo a la historia pero la aventura discurre, casi en su totalidad, en silencio. La melodía del principio es bastante bonita pero su banda sonora no resultará muy memorable para la mayoría de jugadores. 

¿Es este juego apto para todos los públicos?

Rotundamente no. Chronos: Before The Ashes se convertirá en un título únicamente imprescindible para aquellos fans (muy fans) de Remnant que quieran adentrarse un poco más en la historia y personajes de la saga. También lo disfrutarán aquellos jugadores que disfrutan con el peculiar estilo Souls en los combates, teniendo en cuenta las enormes distancias entre ambos.

Chronos: Before The Ashes

29,99 €
6

GRÁFICOS

6.0/10

SONIDO

6.0/10

JUGABILIDAD

6.0/10

Pro.

  • Vistoso y colorido
  • Conocer los orígenes de Remnant

Contra.

  • Jugabilidad tosca y lenta
  • Mala implementación del combate
  • Repetitivo y puzles poco originales

Acerca del autor

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Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.

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