Lords of the Fallen, es la última aventura del equipo de Hexworks, que llega a nuestras consolas publicado por CI Games. Siguiendo la estela de su ya lejana primera entrega, este segundo título pretende aprender de sus errores y traernos una versión muy mejorada de la obra original. Esto significa que nuevamente volvemos a encontrarnos con un juego de carácter soulslike, o lo que es lo mismo, un lanzamiento que sigue las bases de los títulos de FromSoftware.
A diferencia de su primera entrega, Lords of the Fallen, ha centrado su atención en diferenciarse de las obras de Miyazaki. Para ello ha desarrollado una nueva mecánica única dentro del género. Y es que, durante nuestro periplo en sus oscuras tierras tendremos la posibilidad de movernos entre dos mundos, Axion el mundo de los vivos y Umbral el mundo de los muertos. Una fantástica idea que recuerda un poco a lo visto en The Medium. Pero, ¿es esto suficiente para acercarse a las obras del estudio nipón? Te lo contamos.
Historia de un mundo decadente
Como es costumbre en este tipo de títulos, contamos con una historia que nos plasma un mundo total y absolutamente decadente. Un mundo que se prepara para el regreso de Adyr, una deidad demoníaca que vuelve a la carga para aniquilar a la humanidad. Exiliado en otra dimensión, Adyr y todo un ejército de demonios se preparar para volver a asolar el mundo. Ahora el mundo busca a un campeón capaz de derrocar a un dios. Todo esto luce como una premisa perfecta para introducirnos en sus dos realidades; Axiom y Umbral.
Durante nuestra aventura iremos conociendo poco a poco nuevos detalles sobre todo lo que rodea a su mundo. Aunque como suele ser típico, la información llegará a cuentagotas y no existe un lore especialmente potente a simple vista. La posibilidad de visitar ambos mundos ha permitido al estudio generar un arte meramente espectacular. Y es que, el mundo de Axiom muestra una realidad mucho más brillante que Umbral, siendo este una dimensión mucho más fría y gris, recordando por momentos a Stranger Things.
En este sentido, estamos ante el soulslike que más se acerca a la saga Dark Souls. No ya con su diseño de niveles, sino también con sus personajes, armas y armaduras. En este sentido, la obra de Hexworks cumple sobradamente con las expectativas. De igual forma, a nivel sonoro el juego cumple con lo esperado, mostrando grandes melodías, principalmente contra sus jefes principales.
Con Lords of the Fallen te sentirás como en casa
Dando paso a la jugabilidad, lo que encontramos en esta aventura será familiar a cualquier fan de los títulos de FromSoftware. En sí, todas las bases del género se respetan, aunque hay alguna cosilla un tanto llamativa. No obstante, contamos con dos botones de ataque, una esquiva sorprendentemente rápida y la opción de cubrirnos. Asimismo, también podremos hacer parry a nuestros enemigos, aunque sinceramente, no plantea una gran recompensa. El daño que haremos a nuestros enemigos con este tipo de ataques es bastante menor y las consecuencias de un mal bloqueo son letales.
Lo más llamativo del combate es la fluidez con la que podemos enlazar combos o bien esquivar. En comparación con su primera entrega o con otros títulos del género se siente bastante ágil y rápido, quizás sea algo similar a lo visto en Bloodborne. Aprovechamos para comentar que sus combates contra jefes están muy bien resueltos y nos presentan enemigos muy interesantes, y con sets de movimientos muy llamativos.
Antes de continuar, debemos destacar que el juego cuenta con multijugador tanto cooperativo como PvP. Este último continúa con la premisa de las invasiones donde jugadores de otros mundos podrán acudir a nuestra aventura a hacernos perrerías.
Entre dos mundos
Por otro lado, con esta premisa, Lords of the Fallen tiene muchos mimbres para convertirse en un buen aspirante al trono de los soulslike, el cual bajo mi opinión ostenta el fabuloso Lies of P. Ahora bien, un buen aspirante tiene que tener mucho más que un buen apartado artístico y un combate sólido. La otra gran base por la que debe pasar el juego es su diseño de niveles. En este sentido, encontramos unos mapeados densos repletos de secretos, atajos y secciones. Todo lo que podemos esperar de un buen título que intente acercarse a la obra Dark Souls.
De hecho, la posibilidad de usar la lámpara para cambiar de mundos nos ofrece una gran variedad dentro del escenario. Y es que, el cambio de mundos es totalmente necesario para avanzar por sus escenarios. Un ejemplo claro puede ser el siguiente, estando en la realidad de Axiom nos topamos con un lago totalmente infranqueable, no obstante, en Umbral el lago está seco, por lo que podremos avanzar por él sin ningún impedimento. Este jugueteo entre ambos mundos genera un gran número de posibilidades y nos obligará a pasar a Umbral en numerosas ocasiones para la resolución de sus puzles.
En Umbral, tendremos que emplear nuestra lámpara para activar palancas, examinar cuerpos y realizar ciertas maniobras para alterar el escenario. Eso sí, una vez entremos en Umbral no podremos salir de esta dimensión cuando queramos. Tendremos que encontrar un objeto determinado en el mapeado para salir de él, o bien llegar a un Vestigio (el símil de las hogueras de Dark Souls). Esto puede parecer a simple vista algo anecdótico, pero la realidad es que movernos por Umbral tiene sus riesgos. Cuanto más tiempo estemos en esta dimensión, más enemigos aparecerán en nuestro camino, por lo que estar en Umbral se convierte en muchas ocasiones en una carrera contrarreloj.
Luces y sombras
Dicho todo esto, toca hablar de sensaciones y de lo que me ha transmitido mi aventura en Lords of the Fallen. En sí, creo que no estamos ante un mal soulslike, pero sí considero que hay ciertas decisiones de diseño que no se han tomado de la mejor forma posible. El principal problema que veo en este título se encuentra en su diseño de niveles. Lords of the Fallen presenta un interesante diseño de niveles, pero que se ve totalmente emborronado por la cantidad absurda y abusiva de enemigos que aparecen por metro cuadrado. Creo que en cierto modo se ha intentado generar dificultad de forma artificial, algo así a lo que se hizo con Dark Souls 2. Tener muchos enemigos de los que defenderte, obviamente complica las cosas, no obstante, resulta tedioso que cada dos pasos tengamos que derrotar a decenas de enemigos.
En lo personal, creo que hubiera sido mucho más disfrutable unos niveles menos congestionados de enemigos pero con unos combates mucho más desafiantes, donde los sets de movimientos fuesen más agresivos, inesperados… En resumen, más duros. Asimismo, el juego cuenta con una cantidad muy baja de Vestigios y nos obliga a usar Umbral para poder crear los nuestros propios, una mecánica que podría ser mucho más interesante con algunos ajustes en su diseño de niveles.
Otro de los puntos negativos del juego se encuentra en su rendimiento. Lords of the Fallen, trae consigo unos problemas gráficos bastante llamativos. Si bien es cierto que con el paso de los días ha ido recibiendo actualizaciones, actualmente sigue contando con caídas de FPS, así como problemas gráficos. Mucho menores que en los primeros días de lanzamiento, pero siguen estando ahí.
Lords of the Fallen es un buen aspirante
En sí, Lords of the Fallen, se postula como un buen aspirante; una secuela más que digna, pero que en lo personal no llega a alcanzar las cuotas de la obra de Miyazaki. Posiblemente, si contase con un mejor diseño de niveles estaríamos ante un juego muchísimo más redondo y disfrutable. No obstante, la cantidad ingente de enemigos hace que explorar sus mapas se convierta en muchas ocasiones en un paseo muy tedioso. Afortunadamente para muchos fans, el juego cuenta con una modalidad cooperativa muy decente y nos hará la aventura mucho más llevadera.
A pesar de estos errores, el resultado obtenido en Lords of the Fallen es bastante positivo, siendo una buena base para construir un soulslike que en algún momento pueda acercarse a la ópera prima.
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Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.