Hace ya un par de años, el panorama «indie» nos sorprendía con lo que parecía una fusión entre la saga The Legend of Zelda y el apartado visual de Studio Ghibli. Naps Team presentaba un videojuego que quedaría en nuestras retinas, esperando a futuras informaciones. Ese juego era Baldo: The Guardian Owls, y llamó nuestra atención al instante. No hicieron falta muchos esfuerzos para relacionar su estilo artístico con el gran Hayao Miyazaki. Todo recordaba claramente a aventuras del tipo «El viaje de Chihiro» o «La princesa Mononoke». Su estilo…
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