Celeste, la ansiedad y yo

Celeste

La salud mental ha sido un tema muy recurrente en los últimos años. Es cierto que muchas veces se emplean estas palabras para justificar un comportamiento que a menudo puede no ser justificable, como el que va al armario de su casa y se automedica, alegando ser neurodivergente.

Yo mismo a veces peco de esto, pero casi siempre desde la broma y siendo consciente de que no soy una persona neurodivergente. Solo me apetece comer bien en el chino de la esquina, en vez de comer cartón en la franquicia de turno, con todo el grupo de amigos que acabo de conocer.

Pero lo que yo vengo hoy a contar aquí no va de mi, o al menos no directamente, sino de Celeste y su temática: Cómo superar la ansiedad y la aceptación de uno mismo.

Celeste

La ansiedad en la Montaña Celeste

Sé que ya existen otros análisis tratando temas parecidos, pero yo quiero hablaros desde la perspectiva de alguien que ha estado en tratamiento psicológico por ansiedad por casi 5 años, por lo que estos temas me tocan muy de cerca. Aunque, antes de empezar, cabría preguntarse: ¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es algo natural, es parte de ti. Es un sentimiento repentino de miedo y una posible reacción a una situación de estrés en la que tu cerebro se prepara para algo que nunca llega. En algunos casos, no sabemos qué es, llegando a quedarnos bloqueados y a la defensiva, aunque la ansiedad también puede manifestarse de diferentes formas. Prácticamente es como enfrentarte a ti continuamente.

A menudo cuando nos enfrentamos a una situación ansiosa, muchas veces desviamos nuestra atención a algo que no nos produzca estrés. Como yo, que ahora mismo, en vez de estar estudiando, he decidido usar mi tiempo en escribir este artículo. Como Madeline, que quiere escalar la montaña Celeste, una montaña que tiene poder mágico y voluntad propia. Aparentemente quiere demostrar algo, pero no está preparada para ello. Incluso después de que la anciana al pie de la montaña se lo haya dicho, ella prosigue su viaje.

Las conexiones por el camino

Pasadas un par de pantallas encontraremos a Theo, el cual recuerda mucho a ese extrovertido que adopta a un introvertido y lo mete en su grupo de amigos. Cuando le conocemos podemos ver cómo a Madeline le cuesta entablar una conversación con él, mostrando esto mediante la opción de hablarle o no.

Sin embargo, conforme avanza la historia podemos ver cómo se convierte en nuestro apoyo. Como podemos apreciar en las fotos que nos sacamos con él a lo largo de la aventura, y pasa de ser alguien desconocido que nos hacía sentir incómodos, a alguien en el que poder confiar en este duro viaje.

También conoceremos al señor Oshiro más adelante, un fantasma que lleva un resort y está muy empeñado en que nos quedemos. Oshiro siente remordimientos por no haber convertido su resort en el mejor en vida. De hecho, si nos fijamos veremos cómo Oshiro es otra víctima de la ansiedad. Su resort esta desordenado y eso le agobia hasta el punto de no poder organizarse. Eso es solo la punta del iceberg. Sobrepiensa las cosas y su inseguridad es tal que llega a manifestarse en forma de manchurrones negros con bordes rojos que hieren los que le rodean.

Es más o menos por esta parte cuando nos reencontramos con Theo, y este decide irse porque la situación le da mala espina, no sin antes decirnos que no tenemos por qué hacernos responsables de esta situación. En mi opinión, esta escena es muy reseñable, ya que a menudo las personas con ansiedad cargan responsabilidades que no son suyas. A pesar de todo intentaremos ayudarlo pero no lo conseguiremos. Esta situación irá empeorando hasta que llegue Badeline para ponerle fin al asunto, humillando al pobre Oshiro y haciendo que este se encierre en su resort solo. ¿Pero quién es Badeline?

Celeste

Nuestro reflejo oscuro

Badeline no es más que el nombre que le ha puesto la comunidad y que yo voy a aprovechar. Realmente no deja de ser esa parte de ti que refleja todo lo malo de tu ser, todo lo que no quieres mirar y lo que la montaña ha dado forma física. Por eso aparece por primera vez a través de tu reflejo, porque es parte de ti y es duro mirarse al espejo, porque los espejos reflejan la verdad, quién eres y, sobre todo, tus inseguridades. ¿Alguna vez has probado a mirarte durante más de 1 minuto fijamente al espejo? Puede ser incómodo.

Ya casi en la cima de la montaña, Madeline explica cómo es vivir con depresión y ansiedad a Theo: Se obsesiona con errores que para algunos pueden ser pequeños y olvidables al cabo de un rato, pero para ella pueden suponer un mundo y puede acabar dándoles vueltas durante días. A menudo puede no sentirse respaldada con la gente que le rodea, como si no la creyeran y Madeline solo quisiera llamar la atención. A pesar de eso, Madeline es capaz de contar con su madre y aparentemente también con Theo.

Describe su situación como estar en el fondo del océano: Es incapaz de ver nada y siente claustrofobia, pero al mismo tiempo se siente expuesta y siente que el miedo la domina. Ella cree que su situación viene de largo, pero que probablemente haya aflorado debido a algún incidente reciente y siente que es inútil enfrentarse a ello.

Momentos más tarde, mantiene una conversación con Badeline en una escena en la que ambas están flotando por el cielo y Madeline le dice que no es realmente parte de ella, que Badeline es cruel, paranoica y controladora y tiene que deshacerse de ella, que no la necesita.

Es entonces cuando el juego, en forma de Badeline herida emocionalmente por nuestras palabras, nos tira a lo más profundo de la montaña y caemos justamente en un pozo de agua, simbolizando que no entendimos nada y realmente no hemos progresado.

La aceptación total de nuestro ser

Pero cuando hemos tocado fondo solo nos queda una dirección, subir hacia arriba. Es entonces cuando entenderemos, en parte gracias a la señora que vive al pie de la montaña, que Badeline es parte de nosotros y no es mala, solo quiere ponernos a salvo, quiere que volvamos a casa. Es la antagonista, no la villana. Sus métodos no son los más correctos y a menudo puede ser hiriente con todos los que le rodean, pero en el fondo solo está asustada y la necesitamos.

Después de reencontrarnos con Badeline tendremos un enfrentamiento con ella, pues no desea unirse a nosotros para llegar a la cima y, de hecho, nos rehúye hasta que la derrotamos. Solo cuando eso ocurra, ella planeará intentar alejarse de nosotros. Pero esto no es lo que queremos, queremos escalar la montaña con ella, y en un acto de auto-perdón, ambas se abrazan y se unen en una sola. La ansiedad no es algo de lo que te puedas librar, es parte de ti, y solo cuando entendemos esto podemos progresar.

Cuando, por fin, nos hemos hecho uno con nuestra otra mitad, nos daremos cuenta que la subida es mucho más amena y que lo que nos costó 5 capítulos conseguir lo estamos consiguiendo en 1 capítulo. Incluso atravesaremos zonas que recuerdan a escenarios que hemos visto antes, y finalmente llegaremos a la cima.

Celeste, el viaje de muchos

Al pie de la montaña, prácticamente al final del primer capitulo, hay un monumento a los que no consiguieron conquistar la montaña celeste o, más bien, podríamos decir, a los que no consiguieron sobreponerse a su situación, y es que tristemente algunos no lo consiguen.

A lo largo del juego encontraremos una serie de coleccionables que no son necesarios para pasarte la historia. Sin embargo, son para retarte a ti mismo y poder decir que tú has conseguido cada una de las fresas que había. Por el camino caerás un montón, dejando un recordatorio de cuántas veces lo intentaste y fracasaste, pero no para castigarte sino para recordarte que, a pesar de todo, lo conseguiste. Porque puedes equivocarte múltiples veces, pero está bien mientras aprendas de ello, pues solo necesitas hacerlo una única vez.

Y es que el camino es duro y largo como el ascenso de la montaña, que cada vez se va complicando más. Algunas veces sentirás que no puedes más, que te quedas sin aire y que esto no tiene fin, pero miras atrás y sabes que has progresado. Aprendes que en realidad las personas que están a tu lado es porque quieren y que está bien tirar la toalla a veces, que hay que aprender a soltar y que no podemos ganar siempre.

Celeste

Al final del día lo que cuenta es cómo enfrentaste ese miedo. Todos tenemos miedo, incluso yo ahora mismo mientras escribo estas palabras: Tengo miedo de cómo van a ser recibidas, pueden no llegar a nadie o interpretarse mal o, por el contrario, llegar a un público muy grande y que mi mensaje se vea enturbiado y ridiculizado. Aun así, a la hora de enfrentarme a lo que era esta hoja en blanco y la publicación de este artículo, recuerdo que la diferencia entre un estúpido y un valiente es que el estúpido no siente el peligro y el valiente es el que aun padeciendo miedo se sobrepone a él.

Y puede, solamente puede, que este texto ayude a alguien en el futuro. Y por eso ya merece la pena intentarlo.

Acerca del autor

Álvaro "Taiga" G. C.

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