House of Ashes, es el tercer episodio de la saga de The Dark Pictures Anthology. Una saga que lleva unos años con nosotros y que viene de la mano de Bandai Namco y Supermassive Games. Ambos estudios nos han conducido por múltiples historias de terror muy influenciadas por el cine del mismo género. Asimismo, la compañía ha seguido trabajando con una fórmula que no le ha traído malos resultados en absoluto.
Para quienes aun no conozcan las bases de esta fórmula, les adelantamos que estamos ante una especie de película interactiva. Es decir, un juego donde el jugador interactúa por momentos tomando decisiones o realizando acciones concretas durante la historia. No obstante, todo lo que envuelve este proceso por el que pasa el jugador tiene una importancia capital en el desarrollo de la aventura. Llegando incluso a poder significar la muerte de alguno de los protagonistas.
Por otro lado, como ya es costumbre dentro de la saga, nos encontramos con un episodio que contempla no sólo una nueva historia, sino que también toda una nueva localización. Así pues en pleno conflicto de la guerra de Irak, damos el salto a este tercer episodio.
Un viaje por el tiempo
En el prólogo de esta entrega, se nos sitúa en la remota Mesopotamia, donde tomamos el rol de uno de los líderes militares del rey Naram-Sin. El cual cuenta con un mito real que le acompaña y que House of Ashes ha querido reinterpretar. En este primer momento del pasado vemos como el rey pierde ligeramente la cabeza y libera un terrible mal. No obstante el templo es sepultado y las terribles criaturas que despertaron en ese momento, no saldrán a la luz. Sin embargo, tras unos cuantos milenios, un grupo de soldados americanos e iraquíes cae nuevamente en este templo. Una vez dentro, las criaturas vuelven a despertar y comienza una carrera por la supervivencia.
La premisa viene acompañada de una serie de guiños más que evidentes a clásicos del terror, siendo uno de los más presentes Alien y Prometheus. De hecho, hay ciertas escenas que resultan casi un calco de lo que veíamos en estas producciones. Creo que no es algo malo representar todo esto desde una forma diferente, aunque quizás en House of Ashes es demasiado evidente. Podríamos contaros más sobre su historia, pero la verdad es que este es un juego en el que jugador debe descubrir la trama por sí mismo.
Aun así, como punto negativo debo decir que existen escenas que carecen de coherencia o que tienen un guion un tanto pobre. Algo que realmente me ha sorprendido viniendo del gran trabajo realizado en Little Hope. Como en las entregas anteriores el juego viene doblado a nuestro idioma y sigue contando con un doblaje profesional, aunque en algunas escenas ciertos personajes desentonen un poco con respecto al contexto (Jason te miramos a ti).
Un apartado gráfico que sorprende por momentos
Dejando a un lado la historia del juego, la cual cumple pero no sorprende, nos topamos con un pequeño salto gráfico con respecto a lo que habíamos visto anteriormente. Aun así, hay que tener en cuenta ciertas consideraciones. El juego presenta escenas realmente espectaculares y que nunca mejor dicho, lucen de cine. A pesar de esto, se observa como la compañía ha intentado intercalar escenas CGI con escenas jugables, generando en ocasiones transiciones no precisamente finas. Lo que genera cierto descontrol en la acción. De hecho, hay momentos del juego en el que la cinemática muestra una cosa pero el plano jugable otro, dando la sensación incluso de que falta metraje.
Asimismo, y contando con estos errores, la realidad es que el juego sigue manteniendo un alto nivel gráfico. Principalmente en aquellas escenas donde la oscuridad y los efectos lumínicos se convierten en absolutos protagonistas. Es ahí donde House of Ashes, saca pecho y muestra un resultado fantástico. Además, muchos de los rostros cuentan con un gran detallado, aunque ha sido una sorpresa negativa la sincronización labial, la cual tiene algunos errores que en un juego de estas características penalizan más que en otros.
Para finalizar, el juego ofrece dos opciones gráficas, el clásico modo calidad, el cual ofrece una mayor resolución y calidad gráfica pero una menor tasa de refresco. Mientras que en contraposición tenemos su modo rendimiento, el cual muestra un refresco de pantalla muy sólido de 60 FPS.
Más película que juego
Todos los que somos fans de los títulos de Supermassive Games, somos conscientes de que sus obras cuentan con un gran caracter narrativo y que el plano jugable en muchas ocasiones pasa a un plano secundario. Aun con esto, el juego siempre ha contado con un interesante componente de exploración gracias al cual obtendremos pistas u objetos clave que pueden suponer un cambio radical en la aventura. En House of Ashes, he notado que los espacios jugables se han reducido al máximo, siendo muy pocos los momentos donde aparecen los ya archiconocidos quick time events. De igual forma, la exploración es casi inexistente y cuenta con muy poca presencia dentro del juego. Esto en cierto modo hace que la tensión y el «miedo» estén mucho más diluidos.
Si es cierto, que estos momentos siguen estando presentes e influyen en el devenir de la aventura, pero quizás sean demasiado escasos. Más aun si estamos ante un título donde la gracia está en su multijugador, es decir en ir pasando el mando para que juegue un amigo. En esta ocasión algunos turnos son prácticamente inexistentes ya que es una cinemática continua con muy poca interacción con el jugador. En este sentido, diría que House of Ashes ha roto en cierto modo con el equilibrio alcanzado en obras previas presentando un título mucho más peliculero de lo que en lo personal considero apropiado.
Por otro lado, algo que sí que ha hecho muy bien esta entrega es el hecho de incluir dificultades así como diversas opciones de accesibilidad. Haciendo de esta forma que las personas menos asiduas al mundo del videojuego también puedan disfrutar de esta aventura sin el miedo a fallar en cada una de las interacciones propuestas por House of Ashes. Existe un buen puñado de opciones con las que personalizar al máximo nuestra experiencia.
Decisiones más personales
Sumado a todo esto, hemos denotado un cambio en la toma de decisiones por parte del jugador. La reducción de interacción ha supuesto un número más limitado de QTE. Los cuales se han visto sustituidos muchas veces por decisiones morales propias de cada personaje. Para tomar una decisión correctamente no sólo tendremos que atender a la situación en sí, sino a la personalidad del personaje en cuestión. Las relaciones en esta última entrega son fundamentales para sobrevivir en esta aventura.
En definitiva, House of Ashes vuelve a presentarse ante el jugador con una premisa más que interesante. Un nuevo misterio en el que los fans del cine de terror estarán deseando investigar. Además de esto, su apartado gráfico por norma general ofrecerá un gran rendimiento mostrando estampas simplemente espectaculares. Por si fuera poco el juego sigue contando con un buen doblaje en líneas generales al castellano. Sin embargo, la mayor pega que podemos ponerle a este juego es que ha roto en cierto modo el equilibrio entre película y videojuego. Mostrando en este caso un título mucho más cinemático del que nos hubiera gustado.
Desde aquí agradecemos al equipo de Bandai Namco por el código que nos ha permitido realizar este análisis. Si te ha gustado este análisis, te recordamos que tienes muchos más justo aquí.
House of Ashes
29.99Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.