Morbid: The Seven Acolytes es sin duda uno de las sorpresas del año. Puede que sea un afirmación que choque o sorprenda a más de un jugador, pero es totalmente cierta. Estamos ante un lanzamiento desarrollado por un pequeño estudio finlandés, Still Running, que llama la atención desde el primer momento. A través de un trabajadísimo estilo pixel art, Morbid: The Seven Acolytes, nos traslada a un mundo oscuro con claras referencias hacia los cuentos de Lovecraft.
Esta ambientación, se entremezcla con la jugabilidad clásica de un soulslike y nos traslada a una acción realmente cruda. Y es que, este lanzamiento no quiere esconderse y muestra una violencia y visceralidad que encaja a la perfección con la atmósfera que representa. Pero, ¿cómo se siente a los mandos? Si quieres saber más sobre este juego, no te pierdas el siguiente análisis.
Un mundo decadente
Nuestra aventura comienza al ponernos en la piel de una guerrera que pertenece a la sociedad de La Orden Dibrom. Los miembros de esta orden son entrenados en el arte del combate desde niños para intentar combatir cualquier amenaza de la oscuridad. El problema es que el mal al que debemos hacer frente ha acabado con todos los miembros de la orden. La única solución a esto, es acabar con los siete acólitos. Los cuales han sido poseídos por unos terribles demonios denominados Gahars.
Cómo ya os hemos adelantado en los párrafos previos, Morbid: The Seven Acolytes, es un juego que genera una atmósfera única. La oscuridad de sus parajes, la decadencia de sus aldeas y gentes hacen que desde un primer momento nos sintamos en peligro. Acompañando a esta oscuridad, comienzan a aparecer guiños más que evidentes a la mitología lovecraftiana. Desde criaturas similares a pequeños Cthullus, hasta entornos que nos trasladan a las novelas del autor. Estas inspiraciones son bastante claras, por lo que si eres un fan de este tipo de lecturas te sentirás como en casa.
Por otro lado, es necesario destacar el buen hacer artístico con el que cuenta este juego. Estamos hablando de uno de los mejores pixel art que hemos visto en movimiento. Asimismo, este estilo gráfico viene aderezado por un diseño de personajes simplemente espectacular. Y es que, la crudeza de las escenas de Morbid: The Seven Acolytes es una constante y se representa en cada una de las criaturas del título.
No queremos entrar en demasiados detalles, ya que ver a estas criaturas es una experiencia magnífica para el jugador. Pero sólo para que nos hagamos una idea del nivel de visceralidad de este título, existe un enemigo concretamente que nos atacará a golpes con su propio feto. Y ya te adelanto, que esta es la tónica habitual de este lanzamiento.
Melodías de oscuridad
Sorprendentemente, junto con este buen hacer en el apartado gráfico, encontramos un apartado sonoro igual o más cuidado. Hace unos días, pudimos hablar directamente con Simo, el compositor de la banda sonora de este Morbid: The Seven Acolytes. Y la verdad es que desde aquí queremos resaltar su magnífico trabajo.
Morbid: The Seven Acolytes, cuenta con unas melodías que encajan a la perfección con lo que se nos muestra en pantalla. Sus diferentes temas, nos trasladan hacía un mundo repleto de oscuridad y donde sus gentes han perdido la esperanza. En este sentido, lejos de entrar en comparativas, he de decir que encontrado temas que podrían aparecer en cualquier obra de FromSoftware sin mayores problemas. Una muestra del buen hacer y resultado obtenido por el equipo.
Aparte de esto, tenemos que destacar que el juego a pesar de ser de un pequeño estudio, viene traducido en perfecto castellano. Algo importante para no perder ningún detalle de su historia.
Mecánicas Soulslike
Dejando a un lado el apartado técnico del juego, tenemos que destacar que estamos ante un juego que podría incorporar en el subgénero de los soulslike. Esto quiere decir, que encontraremos muchísimas similitudes con los juegos desarrollados por FromSoftware. No obstante, el juego también logra diferenciarse en ciertos aspectos que mencionaremos más adelante.
En primer lugar, el juego sigue una estructura bastante clásica en muchos de sus aspectos. Por un lado, encontramos una barra de vida y otra de energía, las cuales se comportan de forma estándar. Lo que significa que a medida que nos golpeen perderemos vida y que nuestra energía disminuirá siempre que golpeemos, rodemos o corramos.
Asimismo, Morbid: The Seven Acolytes, cuenta con otros elementos clásicos, como son las piedras de Dibrom, con las cuales nos curaremos y tenemos usos limitados, o bien los santuarios que tienen el mismo uso que las hogueras de la franquicia nipona. Aunque estos santuarios tienen la particularidad de permitirnos consultar nuestras misiones activas.
Su toque propio
Por otro lado, si nos adentramos en las diferencias, encontraremos su sistema de progresión. A diferencia de otros juegos de este subgénero, las mejoras de nuestro personaje se realizan a través de bendiciones. Estas bendiciones se encuentran repartidas por el mapeado del juego, por lo que es sencillo que dejemos alguna atrás. A medida que matemos enemigos, obtendremos puntos de habilidad con los que mejorar estas bendiciones. Eso sí, tendremos espacios limitados para equipar las bendiciones, por lo que tendremos que elegir sabiamente cuáles nos convienen más.
Hemos esperado hasta este punto, para comentar otra de las particularidades de este lanzamiento como es el uso de la cordura. Cómo ya hemos mencionado y repetido durante este análisis, Morbid: The Seven Acolytes cuenta con una inspiración muy evidente en las obras de Lovecraft. Es por ello, que el uso de la cordura como una variable jugable tiene todo el sentido.
Pero, ¿Cómo afecta la cordura? Pues bien, a medida que nuestra cordura disminuya, aumentará la posibilidad de que aparezcan espectros. Los espectros son los fantasmas de los enemigos que vayamos derrotando. Por tanto, hay que tener cuidado con lo que se hace.
Un combate muy preciso
Dicho todo esto, es momento que pasemos a hablar sobre uno de los aspectos que más peso suelen tener en este tipo de juegos; el combate. Desde ya, te adelantamos que el combate cumple a la perfección con lo esperado. Eso sí, en este sentido el juego no innova y se mantiene fiel a la fórmula original. Esto significa que estamos ante un combate en cierto modo rudimentario, pero que requiere una gran precisión por parte del jugador.
Con respecto a esto último, nos referimos a medir muy bien los tiempos en los que atacar a nuestros enemigos o bien lo que tardaremos en realizar un golpe cargado. Ya que hablamos del golpe especial, tenemos que decirte que Morbid: The Seven Acolytes únicamente cuenta con dos botones para el ataque, otro para realizar parrys y finalmente un botón con el que correr o rodar. En cierto modo, lo más interesante de esta fórmula son esos ataques especiales que varían según el tipo de arma que llevemos.
Una de las formas más útiles de obtener las diferentes armas del juego es a través de sus misiones. Durante la aventura encontraremos diversos personajes que nos encomendarán todo tipo de tareas, cumplirlas nos proporcionará equipo único así como runas y conocer más acerca de este mundo.
Más opciones
Sumado a lo anterior, tenemos que destacar la posibilidad de utilizar un arma a distancia durante los combates. Similar a Bloodborne, podremos utilizar diferentes armas a distancia sin necesidad de soltar nuestra arma cuerpo a cuerpo. En este sentido, encontramos un sistema que funciona y que le da variedad a la acción. Un punto muy interesante a mencionar, es que el juego cuenta con una gran variedad de armas, lo que hace que nuestras estrategias de combate sean mucho más variadas.
Igualmente, nuestras armas podrán ser mejoradas gracias a la utilización de runas. Estas runas, nos proporcionarán diferentes efectos, desde una mayor velocidad de ataque, hasta los clásicos daños elementales. Si bien es interesante, he de decir que no he notado una gran diferencia a la hora de usar un elemento u otro durante el combate.
Los 7 acólitos
Bueno, ahora ha llegado el momento de hablar sin tapujos y sacar a la palestra un tema que siempre se asocia a este tipo de lanzamiento; la dificultad. Estamos ante un juego que cuenta con una dificultad elevada y que posiblemente no sea para todos los públicos. A pesar de esto, he de decir que si eres un fan de este tipo de juegos, no te vas a ver realmente presionado. El juego cuenta con algún enfrentamiento complicado, pero no alcanza las cuotas de dificultad del género.
Esto no creo que sea algo malo, pero sí algo que se deba tener en cuenta, ya que no encontrarás un gran desafío en este Morbid: The Seven Acolytes. Siguiendo esta línea, los combates contra los jefes finales son muy espectaculares y cuentan con una buena variedad obsequiando al jugador con grandes momentos. Esto mismo ocurre con los minijefes, o cómo se denominan en el juego «Enemigos formidables». Estos jefes opcionales, nos ofrecerán un desafío extra y añaden variedad al título.
Además, sus mapeados son bastante extensos, cuentan con bastantes secretos en sus alrededores, así como peligros. De hecho, en muchas ocasiones avanzar por ellos sin perdernos será uno de sus mayores desafíos.
A pesar de todas estas bondades, Morbid: The Seven Acolytes cuenta con algunos peros. El primero de ellos viene en relación a la inteligencia artificial de nuestros enemigos. La cual en ocasiones enturbia el aspecto jugable, haciendo que enemigos se queden «pillados» o bien que no nos detecten a pesar de estar a su lado. Otro aspecto que ha resultado cuestionable, es el hecho de no contar con baúl o algún tipo de almacén donde guardar equipamiento, lo que hace que muchas veces tengamos que desechar armas u objetos para hacer hueco a otros.
En definitiva Morbid: The Seven Acolytes…
Morbid: The Seven Acolytes es definitivamente una de las sorpresas del año. Como ya mencionamos desde un inicio, estamos ante un lanzamiento que cuenta con un trabajo encomiable a nivel artístico y que lo traslada con sentido a sus mecánicas jugables. El equipo de Still Running ha conseguido traer al mercado un producto realmente sólido que deslumbra con su diseño de enemigos y niveles y que cumple perfectamente en su apartado jugable.
Quizás sólo sea en esto último donde podamos poner alguna pega a Morbid: The Seven Acolytes. El juego se limita a seguir un patrón que lleva mucho tiempo establecido con nosotros e innova de forma muy puntual. Si hubiese dado un paso al frente en este sentido estaríamos hablando de un juego aún mejor de lo que ya es. Algo asombroso, ya que estamos ante un juego altamente recomendable para todos los amantes del género. Recuerda que si te ha gustado este análisis tienes muchos más justo aquí.
Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.