Lo cierto es que desde pequeño he sido un gran aficionado a las carreras arcades. Conducir a toda velocidad, poniendo mis habilidades al límite y superar checkpoints con los mejores tiempos del cronómetro era algo que me tenía atrapado durante horas. Eso y los entornos, porque no se si es por culpa del OutRun o de las copias de éste, pero me cuesta asociar un título de conducción arcade a un escenario que no tenga una puesta de sol. Inertial Drift cumple con todo esto e intenta darle una vuelta…
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