Cuando una franquicia llega a su tercera parte, creo que suele ser un momento muy importante. Muchas son las sagas en las que sólo han sido 3 los lanzamientos acumulados antes de caer en el olvido digital que es esto de los videojuegos. Normalmente, la segunda parte de un juego suele ser parada obligatoria de muchos jugones si lo que jugaron en su primera entrega fue de su agrado. Pero con la tercera parte es cuando se puede empezar a generar ese hastío de la saga por parte de muchos. Si seguís leyendo, hoy os traigo el análisis de Little Nightmares 3, una tercera parte que puede ser la más divisiva de todas.
Si sigues de cerca las noticias de videojuegos, sabrás que esta tercera entrega del juego lanzado en 2017 ha cambiado de manos en cuanto al desarrollo de la misma. Tras Tarsier, ahora es Supermassive Games los encargados de traernos de nuevo el terror tan característico. Es ahí donde surgen las primeras dudas sobre el proyecto, si bien lo visto en materiales promocionales nos quería asegurar que las señas de la franquicia no se perderían. Y he de decir que estamos ante un buen Little Nightmares pero como juego aislado tiene algún aspecto más justo que sus dos entregas posteriores.


Análisis de Little Nightmares 3: Una historia sin cerrarse del todo
Empecemos, como siempre por la historia. En este juego podremos escoger entre jugar como Low o su amigo Alone. Argumentalmente, sólo sabemos que deberemos unir fuerzas para escapar de La Espiral, un “sitio” en el que las aberraciones más horripilantes nos acechan y nos quieren dar caza. Será tarea nuestra la de intentar escapar de esta dimensión. Si bien el elemento narrativo de esta saga ha sido siempre algo surrealista, sí que he de decir que la decisión de anunciar un DLC que llegará y que seguramente es el que ponga un verdadero punto final a la historia, me parece algo cuanto menos cuestionable.
La principal novedad de esta entrega es la inclusión del Pase de Amigo. De igual manera que ocurre en los juegos del gran Josef Fares, podrás jugar al juego con quien quieras en cooperativo. Eso sí (una de cal y una de arena), sólo podrá jugarse online, cargándose el divertido cooperativo local. Si decides, como es el caso, jugarlo sólo, será la IA quien se encargue de utilizar el otro personaje.


Jugabilidad familiar pero con margen de mejora
Jugablemente, el juego sigue a pies juntillas la fórmula de lo visto en anteriores entregas de la saga. Así pues, deberemos combinar las plataformas y los puzles casi a partes iguales, añadiéndole un sigilo también característico en Little Nightmares.
No hay apenas evolución jugable en comparación con las otras entregas. Quizás sí que destacaría un mejor diseño de escenarios, no siendo tan lateral y algo más profundo. Por otro lado, he tenido algunos roces con el sistema de control, siendo cuestionable el uso del gatillo derecho como eje casi central del mismo.
Volviendo a la gracia del cooperativo, al jugarlo en solitario tienes un botón con el que “llamar” a tu compañero. Eso sí, tu compañero ejecutará muchas de las acciones por sl simple hecho de llegar a X sitio. Por ejemplo, si te sigue debajo de un interruptor, cuando se acerque a éste, ya se pondrá en posición de impulsarte. Así que tendrás ese elemento de estar pendiente de la IA pero que, por otro lado (sobre todo en las secuencias de persecución) será en ocasiones la IA la que te guíe.
Para acabar con la jugabilidad, he de decir que creo que Supermassive ha tenido demasiado respeto por los cánones de la saga, como si hubiera cierto temor de introducir cambios y enfadar así a sus seguidores. Sólo he visto un destello de innovación en el tramo final del juego (gracias a un objeto con una función única) y que creo que, si se hubiera aprovechado más, el juego tendría más consistencia.


No falta su estilo artístico clásico
Donde el juego sí que ha respetado totalmente las bases es en su estilo artístico. A poco que veáis las imágenes que acompañan a este análisis, veréis como la tónica es similar a lo visto en su primera y segunda parte. Criaturas enormes y monstruosas no sólo dominarán el escenario, sino que interactuarán con(tra) nosotros. Quizás no es un tono tan explícito como en los otros juegos, pero el miedo está ahí y se nota.
En cuanto al rendimiento, el juego funciona perfectamente en Xbox Series X y el Quick Resume no me ha dado ningún fallo. Tenemos dos modos gráficos (calidad y rendimiento) y ambos son plenamente disfrutables.
Su duración (con pequeños coleccionables aparte) está sobre las 5 horas. Repetirás algún segmento, sobre todos los de persecución, pero si eres muy hábil en esta franquicia incluso puede durarte menos. En cambio, si quieres ir a por todos los logros, quizás emplees un par o tres horas más.


Análisis de Little Nightmares 3: Conclusiones
Así pues, entrando ya en las conclusiones, he de decir que Little Nightmares 3 nos da una de cal y una de arena. Arriesga, pero poco. Ofrece cooperativo, pero no de manera local. Son dos dualidades que están ahí pero que, por otro lado, podemos afirmar que no defraudará a los seguidores de la franquicia. Si bien puede sentirse algo falto de “punch”, creo que Supermassive ha tenido mucho respeto y nos ha dado más de lo que esperábamos. Se trata de una tercera parte fiel a la identidad de Little Nightmares pero que empieza a acusar la falta de innovación.