Cada cierto tiempo aparece un juego que logra sorprenderte esto es lo que ha conseguido Artificer con Minos . A simple vista parece otro roguelike más, pero después de unas horas te das cuenta de que hay algo especial en cómo plantea su jugabilidad y en la sensación de mejora en cada partida que logra transmitir.
Una idea simple, pero brillante
En Minos todo gira en torna a una idea muy simple: romper muros. Pero lo ingenioso está en cómo esa mecánica se vuelve el corazón del juego. Cada vez que destruyes o modificas el laberinto, cambias por completo la estrategia. No es solo abrir paso, sino reorganizar las cosas a tu favor. Y eso, dentro de un roguelite, se siente bastante fresco.
Al principio vas medio perdido, tratando de entender como moverte entre los pasillos y cómo sobrevivir a las distintas oleadas, pero con el tiempo empiezas a entender los patrones, a dominar las rutas y a anticiparte a los enemigos. No hay sensación más gratificante que superar una run gracias a lo que fuiste aprendiendo con tus propios errores.
Cada partida se siente justa, desafiante, pero no castiga de forma absurda. Si mueres, sabes exactamente por qué fue. Y eso, en este tipo de juegos es esencial.
Un equilibrio bien logrado
Uno de los puntos más solidos de Minos está en cómo maneja la progresión. Cada run te permite mejorar a tu personaje, conseguir artefactos o dispositivos que cambian por completo la manera en que juegas. Y lo bueno es que el azar no lo es todo, obviamente hay aleatoriedad, pero tus decisiones pesan mucho.
Los artefactos, por ejemplo, no son simples mejoras de números: realmente pueden alterar la forma en que enfrentas las oleadas. Hay combinaciones que te hacen sentir invencible y otras que te obligan a ser más táctico. A eso se suma la posibilidad de usar distintos dispositivos repartidos por el mapa, que dan variedad y ritmo al combate.
En resumen, el juego te mantiene enganchado porque cada run se siente muy diferente, es difícil abandonarlo una vez que entiendes la dinámica.
El toque mitológico y el encanto visual
Otro detalle que hace que Minos destaque es su identidad. Desde el nombre hasta los diferentes textos que aparecen en el videojuego, todo está lleno de referencias mitológicas. Si te gusta este tipo de ambientación, vas a encontrar varios guiños interesantes: nombres de artefactos, frases y descripciones que hacen referencia a leyendas y figuras clásicas.
A nivel visual, la cámara isométrica le sienta perfecto. No solo porque te da una buena visión de todo el laberinto, sino porque ayuda a planificar los movimientos con calma, algo clave cuando muro roto podria significar la diferencia entre la victoria y la derrota.
El arte en general cumple bien, no intenta deslumbrar con efectos espectaculares, sino que apuesta por una estética clara, funcional y con un estilo propio.
La música, el punto débil
Si hay algo que no lograr estar al nivel del resto, es la banda sonora. No es mala, simplemente pasa sin dejar rastro. Los temas acompañan, cumplen su función, pero no tienen esa chispa que se te queda en la cabeza durante días.
En un juego tan atmosférico, con laberintos, enemigos y progresión constante, una música más memorable podría elevar muchísimo la experiencia. Sería genial ver mayor variedad de melodías o incluso temas distintos según los biomas.
Lo que aún necesita pulido
Minos tiene un gran potencial, pero también algunos aspectos que podrían pulirse para brillar aún más:
- Más contenido: después de varias horas, empiezas a notar que los escenarios se repiten un poco. Más biomas, enemigos y desafíos ayudarían a mantener la frescura.
- Tutorial más claro: El juego no explica demasiado, y aunque eso puede ser parte del encanto para algunos, un tutorial inicial más trabajado haría que nuevos jugadores se enganchen más rápido.
En conclusión
Minos es una joya que todavía está puliéndose, pero que ya muestra lo suficiente como para estar en la mira. Tiene ideas frescas, un equilibrio sólido y una jugabilidad que engancha desde la primera run.
¿Podría mejorar?, Claro: más contenido, una mejor banda sonora y un tutorial más claro le harían muy bien. Pero lo que ofrece hoy ya lo convierte en una experiencia muy recomendable.
Si te gustan los roguelikes, los juegos con estrategia y las mecánicas que te obligan a pensar antes que actuar, Minos definitivamente merece un lugar en tu wishlist.
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Acerca del autor
Chileno fanático de los videojuegos, entusiasta en compartir sus opiniones con los demás.
