Little Nightmares II, es uno de esos juegos que desde el primer vistazo llaman la atención. No es para menos, estamos ante una de las direcciones artísticas más originales del mundo del videojuego. Y es que, detrás de la ternura inicial de sus protagonistas, nos encontramos un mundo oscuro, turbio y en muchas ocasiones desconcertante. Este juego te incomoda, te inquieta, y te atrapa con una mezcla perfecta de atmósfera, diseño artístico y una narrativa que no necesita palabras para dejarte helado.
Desarrollado por Tarsier Studios y publicado por Bandai Namco, esta secuela (o más bien precuela) de Little Nightmares llegó en 2021 con una propuesta más ambiciosa, más retorcida y emocionalmente más densa. Aquí el terror es silencioso, pero no por eso menos perturbador. Y si te gustó el primero, prepárate, esto va más allá.
Avanzar, pensar y sobrevivir sin hacer ruido
En Little Nightmares II controlas a Mono, un niño con una bolsa de papel en la cabeza (sí, ya con eso sabes que el tono del juego no va a ser alegre). Viajas por un mundo distorsionado y grotesco acompañado por Six, la protagonista del primer juego, que aquí actúa como personaje de apoyo. Pero no es un juego cooperativo, de eso se encargará su tercera entrega. Aquí, ella está contigo, pero tú llevas el timón.
La jugabilidad combina plataformas, sigilo, resolución de pequeños puzles y momentos de escape que te ponen el corazón a mil. Cada escenario es un nuevo reto, con mecánicas únicas y enemigos distintos que, más que enfrentarlos, tendrás que evitar, engañar o simplemente sobrevivir. No hay combates como tal, pero sí algunos momentos donde Mono puede usar objetos para defenderse. Eso sí, incluso cuando tienes algo en las manos, te sigues sintiendo pequeño, vulnerable… y completamente fuera de lugar.
El ritmo es muy medido, hay pausas, momentos de exploración, y luego secuencias intensas que te hacen agarrar fuerte el mando. No es un juego largo (unas 5-6 horas), pero está tan bien estructurado que te mantiene en tensión constante.
Una atmósfera de película
Visualmente, Little Nightmares II es una obra de arte. Todo está deformado, sucio, grotesco… pero no de forma gratuita. Hay simbolismo en cada esquina, en cada criatura, en cada entorno. Desde el colegio con su maestra con cuello de pesadilla, hasta el hospital con maniquíes que se mueven cuando no los miras. Todo está diseñado para incomodar, para reflejar miedos reales desde la perspectiva de un niño indefenso.
El apartado sonoro es otro de sus puntos fuertes. No hay banda sonora tradicional; hay ruidos, ecos, chillidos, madera crujiendo, respiraciones en la oscuridad… Todo está pensado para que sientas antes que pienses.
Miedo, emoción y una experiencia única
Little Nightmares II no es solo un juego de miedo. Es una experiencia donde la narrativa y las emociones que se quedan contigo después de terminarla. Juega con tus miedos infantiles, con la fragilidad, con la soledad, y con la idea de que a veces los monstruos no son lo que parecen… ni nosotros tampoco.
En Area Xbox lo recomendamos de corazón a cualquier fan del terror psicológico, o simplemente a aquellos jugadores que deseen disfrutar de un arte único.
Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.
