Dentro del terreno de los videojuegos, es muy difícil innovar. En muchas ocasiones, los desarrolladores han de apostar por alguna mecánica o diseño que les haga destacar entre los demás. Por eso hoy oos traemos nuestro análisis de Moroi tras jugarlo en PC. En mi opinión, no será en lo jugable donde quiera despuntar, sino más bien creo que lo apuesta todo a su tono y su diseño visual. ¡Vamos allá con todos los detalles!
Moroi fue lanzado, de momento sólo en PC, el pasado 6 de abril. En muchas ocasiones también os traemos análisis de juegos que sólo están en PC ya que es muy probable que, con el tiempo, acaben llegando a consolas. Desarrollado por Violet Saint, la historia de Moroi empieza con el manido truco del despertar amnésico de nuestro personaje. No sabemos dónde estamos ni qué hemos hecho, aunque los personajes con los que nos cruzamos sí que saben qué hemos hecho.
Una historia sugerente
A partir de ahí, creo que viene un descenso a la locura en el que lo que ocurre delante de nuestras narices tiene un gran componente de surrealismo. Su argumento es sencillo desde el principio, pero con el suficiente misterio como para que no te detengas. A lo largo de las 6 horas que te puede durar (dependiendo de cuánto te atasques en sus puzles), tendrás algún giro que no te esperas, y que merece la pena ver.
Entrando de lleno en su jugabilidad, estamos ante un hack-n-slash en vista isométrica que cuenta también con un importante componente de puzles. Así pues, como mandan los cánones, tendrás un arma cuerpo a cuerpo con un ataque ligero y fuerte. Con el tiempo desbloqueas también un arma a distancia. En adición, como suele ser habitual en este tipo de juegos, podrás añadir mejoras a tus armas o a tu personaje con diferentes rasgos y ataques elementales.
El combate se siente clásico, es por ello que es algo básico y a la larga se puede hacer repetitivo. Si bien el movimiento y el golpeo se sienten ágiles, no ocurre lo mismo con su cámara, que da algunos problemas en algunos combates al estar demasiado cerca de la acción y privar de algo más de vista de lo que ocurre a tu alrededor.
El combate de Moroi es un clásico del género
Además de ciertos coleccionables que podemos decir que no sirven para mucho, el juego contará con una serie de puzles a resolver en nuestro camino. Empezarán siendo fáciles y manidos, pero poco a poco se complicarán y algunos requerirán estrujarte un poco el cerebro.
Tampoco faltarán los bosses. De éstos también tendremos una buena variedad, y para acabar con ellos deberemos ser no sólo ágiles con el combate, sino que en ocasiones deberemos dar con la clave para poder hacerles daño. A modo de ejemplo, hay un boss al que hay que atacar “otro elemento” antes de meternos de lleno con él.
Donde creo que sí que Moroi da el do de pecho es en todo lo que tiene que ver con su diseño visual y su ambientación. Honestamente, no estoy muy al día sobre la mitología rumana, pero el juego basa su lore en ello y le da una vuelta de tuerca que, como decía, lo acerca al surrealismo. A veces no entenderás mucho de lo que ocurre en pantalla, pero sólo por lo rico de sus personajes y lo retorcido de sus “creaciones” merece la pena asistir al espectáculo visual.
Técnicamente necesita mucho trabajo aún
Con lo que más problemas he tenido en Moroi ha sido en su aspecto técnico y su rendimiento en PC. Además de sufrir varios bugs (algunos de ellos me han obligado a cerrar el juego para volver a abrirlo), el juego es demasiado demandante en lo que a recursos se refiere. He jugado esta aventura en un equipo de gama alta y aún así ha habido zonas en las que la tasa de fps caía de manera incomprensible. Además, como decía, creo que falta trabajo de optimización, puesto que la cantidad de recursos del PC que consumía era exagerada para lo que se veía en pantalla. Y estoy convencido de que no es problema del motor gráfico, ya que se basa en un más que asentado Unreal Engine 4.
Conclusiones de Moroi
Sin ánimo de alargarme más, y a modo de conclusiones, creo que Moroi satisfará a aquellos que busquen un hack-n-slash con puzles en vista isométrica. Si su estilo artístico no te llama la atención, aléjate de él, puesto que es su carta de presentación y donde creo que los autores han centrado su esfuerzo. En lo jugable cumple con lo propuesto sin llegar a brillar con luz propia, pero garantiza un puñado de horas entretenidas.
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Pro.
- Su apartado artístico
- Mezclar hack-n-slash y puzles
Contra.
- El rendimiento y la optimización
- Puede ser demasiado “bizarro” para algunos jugadores
