En muchas ocasiones, los videojuegos suelen ser apuestas artísticas y dejan de lado el entretenimiento más casual o común para tender una mano hacia lo que el artista quiere expresar. Hoy os traemos el análisis (por decirlo así) de Shines Over the Damned para Xbox Series X. Y puntualizo el paréntesis ya que realmente será un artículo muy breve debido a lo poco que puede ofrecer en lo jugable. Sigue leyendo para ver que es lo que te espera si lo juegas.
Que conste que soy un defensor a ultranza de lo indie. En muchas ocasiones, me ha divertido mucho más un juego desarrollado por un pequeño equipo que el típico triple A palomitero o de mundo abierto. Pero entendemos que a veces no todo vale y que un juego debe ofrecer un mínimo aspecto jugable y, sobre todo, una duración más extensa que lo que nos da Shines Over the Damned.
Una experiencia realmente corta
Hablamos de un juego que, incluso muriendo en alguna ocasión (no por mi falta de pericia sino más bien por el diseño del juego), me ha durado 34 minutos. A lo largo de los 5 capítulos y un epílogo asistirás a pocos desafíos jugables. Sí, he jugado otros walking simulators. Pero estos juegos compensan su carencia jugable con otro tipo de características, bien sea una historia profunda, un misterio o incluso un apartado gráfico apabullante. ¿Es el caso de Shines Over the Damned? Pues más bien la balanza se decanta en el lado del no.
Si bien en el juego tendremos quick-time-events y momentos de plataformas, no serán momentos nada brillantes y serán más bien para cubrir el expediente y querer ofrecer algo más que el simple paseo por el escenario. Se agradece que se introduzca algo de variedad, pero no sé hasta que punto optar por el puro walking simulator y contar una buena historia hubiera sido mejor.
¿Llegarás a descifrar su historia?
Y digo esto ya que la historia de Shines Over the Damned es difícil de entender. De hecho, creo que no la he entendido del todo…. Creo estar seguro de que al final estamos ante una historia que involucra pozos, recuerdos, lágrimas y entiendo que una suerte de viaje de redención y de reencuentro con tus seres queridos. Pero no me apostaría nada si tuviera que hacerlo. Y eso creo que es un error, ya que el no entender el mensaje juega en su contra. Cierto es que hay juegos que dejan el final abierto o dan espacio a la interpretación. Pero en este caso ya desde el inicio sientes que no sabes ni dónde estás ni porqué.
Pero no todo es tan flojo en Shines Over the Damned. Me quedo con su apartado gráfico y su aspecto sonoro. Entiendo que el motivo principal del creador al lanzar este juego ha sido experimentar con el motor gráfico y tratar de exprimirlo. Y el resultado es bueno. No podemos comparar con portentos gráficos como el reciente Hellblade 2, pero sabiendo que es una obra indie de un solo desarrollador, el resultado es satisfactorio. Eso sí, las texturas en ocasiones tardaban en cargar y entiendo que esto es más bien debido a un problema con el port a Xbox. Y resulta muy raro que el juego aún no haya salido en PC, donde creo que podría alcanzar cotas gráficas aún superiores en equipos potentes.
Análisis de Shines Over the Damned: Conclusiones
En definitiva, y sin poder alargarme mucho más, he de acabar advirtiendo, de nuevo, que si dudas en adquirir el juego, has de saber que la experiencia jugable es muy corta y limitada. Pero si eres de aquellos jugadores que quieren probar todo tipo de experiencias, atrévete. El juego ofrece unos buenos gráficos y un buen apartado sonoro que te darán una experiencia inmersiva, aunque te sientas desubicado a nivel de historia.