Análisis de Bloodhound: acción a raudales en un shooter clásico

Kruger & Flint Productions nos trae Bloodhound directamente desde la década de 1990, con referencias principalmente de Doom. Estamos ante un shooter FPS de corte muy clásico y cortito de duración que, al menos, te dará una buena tarde de entretenimiento sin mayores pretensiones.

Bloodhound bebe de los shooters de los 90

La mecánica principal de Bloodhound es simple: matar sin descanso, con cuidado de los recursos que tenemos puesto que, tanto la munición como la salud, deben recogerse manualmente por el escenario. Eso es todo lo que haremos durante las 2-3 horas que os va a durar el viaje.

Comenzamos con una simple daga y un revólver, arsenal que iremos aumentando progresivamente con escopetas, ballesta, fusil de asalto… Y prácticamente cada arma tiene su propio disparo secundario al pulsar el botón LT. Por ejemplo, al pulsar este botón con el fusil de asalto equipado, este pasará a estar en ambas manos del protagonista. Si lo hacemos con la escopeta de corredera, golpearemos con su culata. También podemos saltar (más para esquivar ataques enemigos que para plataformeo) y usar habilidades especiales como ralentizar el tiempo o aumentar nuestro daño infligido temporalmente. Esto último se recarga mediante la recogida de unos orbes mágicos que sueltan los monstruos al morir.

Para poder avanzar en cada nivel, aparte de matar deberemos encontrar ciertas llaves que estarán escondidas por el escenario. Pero claro, evidentemente los enemigos querrán impedirnos llegar a dichas llaves. Debido a que la acción se localiza en el infierno, los monstruos presentarán formas demoníacas, tales como bebés con cuernos y alados, pequeños duendecillos también alados, u hombres vestidos con prendas que no harán más que inquietarnos. No estamos ante un juego de terror ni mucho menos, pero el mal rollo puede respirarse en el ambiente en todo momento.

Repetitividad de corta duración

No vamos a obviar que Bloodhound nos propone una premisa cuanto menos repetitiva. Sin embargo, el título tiene una duración tan corta en total, que ni siquiera llega a parecernos aburrido. Básicamente, no nos dará tiempo a llegar a cansarnos de su repetitividad. Los enemigos también se repiten demasiado, y el objetivo siempre va a ser el mismo: matar hasta recoger las llaves requeridas y llegar al final. Hay algún jefe final durante la aventura, con sus propios ataques y, obviamente, enorme cantidad de salud.

Cabe mencionar que dispondremos de varios ajustes de dificultad para que todo sea más, o menos llevadero según nuestras preferencias. Por otro lado, al ser una aventura tan corta, siempre podemos repetirla para, por ejemplo, desbloquear los 100 logros totales que nos ofrece para nuestro perfil de Xbox.

Un apartado técnico agridulce

El apartado técnico de Bloodhound, en lo personal, me ha dejado con buenas y malas sensaciones. Gráficamente está varios pasos por detrás de la tecnología actual, aunque siendo un juego indie que referencia obras de hace varias décadas, esto puede pasarse por alto. Sin embargo, algo que no puede ignorarse es la falta de trabajo en la optimización, al menos en Xbox Series S. El juego consigue funcionar correctamente sin ningún tipo de problema (más allá de algún bug puntual que me ha obligado a cargar punto de control), aunque la tasa de fps no corre a 60 constantemente, algo que se nota en una propuesta con tanta acción trepidante.

Por otro lado, cabe destacar que cuenta con una función de autoguardado de partida, pero que no termina de funcionar como es debido. Aunque se promete que la partida se autoguardará cada 3 minutos, a veces puede llegar a llevarse mucho más tiempo sin hacerlo, por lo que os recomiendo encarecidamente guardar la partida manualmente cada vez que podáis.

Por último en este sentido, hay que hablar de la banda sonora. Centrada en un heavy metal muy cañero, estaremos escuchando música de fondo mientras masacramos monstruos infernales. Son temas muy bien escogidos que calzan a la perfección con la temática del título, tal y como pasa con la franquicia Doom. Hasta en eso toma inspiración, algo de lo que no se avergüenzan puesto que es posible incluso pixelar los gráficos para asemejarse a los de antaño.

Bloodhound no te va a volar la cabeza, pero te puede salvar de una tarde de aburrimiento

Bloodhound no te va a cambiar la vida, y a veces tampoco hace falta que lo haga. De vez en cuando también apetecen propuestas de este tipo, que vayan directas y al grano con una duración escueta. El precio, eso sí, va acorde con lo que se nos ofrece, por lo que resulta muy asequible de adquirir. Si esperáis acción desenfrenada sin pretensiones con música cañera de fondo y una gran inspiración en los shooters noventeros, puede salvaros de alguna tarde tonta de aburrimiento. Pero, evidentemente, no esperéis nada revolucionario.

Bloodhound está disponible para Xbox Series X|S, Xbox One, PS5, PS4 y PC. Por último, recordad que en Área Xbox siempre estaremos pendientes de cualquier novedad importante sobre vuestro hobby favorito en vuestra consola favorita.

7

Nota

7.0/10

Pro.

  • Acción shooter noventera sin descanso.
  • Disparo secundario para cada arma.
  • Música cañera que recuerda, sin duda, a Doom.

Contra.

  • Demasiado corto.
  • Quizás muy repetitivo.
  • La optimización no es mala como tal, pero necesita más trabajo.

Acerca del autor

+ Ultimas Entradas

Juego a videojuegos desde que tengo uso de razón, así que se puede decir que me gusta un poco hablar sobre ellos.

Entradas relacionadas