Daymare 1994 Sandcastle, la esperada precuela del exitoso Daymare: 1998, de Invader Studios. Nos sumerge en un escalofriante mundo de terror y supervivencia en tercera persona al más puro estilo de Resident Evil. En esta entrega, asumimos el papel de la agente Dalila Reyes, una ex espía gubernamental que ahora trabaja para la unidad H.A.D.E.S. Deberemos investigar una zona del Área 51, donde un experimento ha salido mal.
El salto gráfico de Daymare 1994 es palpable
Lo primero por lo que el juego me ha sorprendido ha sido por su salto gráfico con respecto a su predecesor. Aunque no se adentra en los terrenos de los juegos triple A, Daymare 1994 presenta unos modelados de alta calidad (a excepción de los pelos de los personajes), escenarios industriales amplios y, sobre todo, un manejo de la iluminación bastante destacable. Eso sí, la linterna hace más bien poca cosa. Mencionar también que en PC, las opciones gráficas son bastante completas, además es compatible con resoluciones ultrawide.
Estos elementos se combinan para crear ambientes que se ajustan perfectamente al género del terror. Encontraremos cuerpos por todas partes, mutilaciones, sangre y más, lo cual empieza a dejar muy claro que estamos en un entorno completamente hostil. Ya que estoy comentando los entornos, diré que los sonidos también parecen estar bastante cuidados, las pisadas, el ruido de fondo, el sonido de los enemigos, etc. En cuanto a banda sonora, tenemos varios temas que no hacen más que añadir aún más tensión al ambiente.
La jugabilidad de Daymare 1994
Daymare 1994 cuenta con la misma cámara en tercera persona que su predecesor, la cual a su vez se inspira en las últimas entregas de Resident Evil. No solo se inspira en la cámara sino que también es sus mecánicas. Tenemos puntos de guardado manuales, objetos con los que podemos interactuar, tarjetas que recoger, llaves, munición, etc.
Dicho esto, lo más destacable son los monstruos, que son rápidos y letales. También consumen mucha munición ya que, realmente, los enemigos son esferas de electricidad. Cuando los matamos, la esfera puede poseer otro cuerpo del entorno, lo que nos obliga a gastar aún más munición.
Para evitar esto, tenemos el Frost Grip una especie de guantelete criogénico que nos permite acabar con las esferas rápidamente, entre otras cosas. Podemos disparar «balas» de hidrógeno para congelar a los enemigos de forma instantánea, dar un golpe en el suelo al soltarnos de sus agarres o simplemente resolver puzles en el escenario que requieran de frío. Tengo que añadir que el Frost Grip no es infinito, se recarga muy lentamente pero también debemos administrar sabiamente su uso y estar pendientes de encontrar las recargas rápidas para mantenerlo activo.
En definitiva
El salto cualitativo en el apartado gráfico es evidente. Los escenarios están meticulosamente diseñados, creando una atmósfera opresiva y llena de tensión. Además, el apartado artístico ha recibido una atención especial, logrando que cada elemento del juego encaje a la perfección.
Las mecánicas de juego también han experimentado mejoras significativas. El combate se siente más fluido y desafiante, manteniendo al jugador constantemente alerta. La incorporación del Frost Grip como una herramienta estratégica agrega un elemento interesante al juego, permitiendo a los jugadores enfrentarse a los horrores con más opciones tácticas.
Con todas estas mejoras, Daymare 1994: Sandcastle promete ser una experiencia mucho más completa y satisfactoria que su antecesor. Invader Studios ha puesto todo su empeño en ofrecer un título de calidad que satisfaga las expectativas de los amantes del género de terror.
Ahora solo queda esperar con ansias el lanzamiento de la versión final y ver si Invader Studios ha logrado cumplir con todas las promesas. Sin duda, este juego se perfila como una opción muy prometedora para los aficionados al terror y la supervivencia.
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