Tras dos años de acceso anticipado en Steam, por fin tenemos en nuestras manos la versión final de Mount & Blade II: Bannerlord, que llega también a consolas. La saga Mount & Blade lleva cosechando éxitos desde el lanzamiento de su primer título, en el ya lejano 2008. Esa primera entrega se nutrió durante años de expansiones con ambientaciones variadas. El estudio turco Taleworlds consiguió dar con una fórmula que encandiló a miles de jugadores por todo el globo. Ahora podemos disfrutar de la experiencia completa de Bannerlord, así que acompáñanos en esta cruzada por labrar un nombre para nuestra casa.
Qué es Mount & Blade II: Bannerlord
En Mount & Blade II: Bannerlord tomamos el papel de un personaje creado por nosotros mismos en una tierra medieval ficticia, llamada Calradia. Tendremos que elegir su trasfondo, su aspecto físico, y elegir un nombre y un estandarte para nuestra casa. Ya desde la creación de personaje el título nos deja claro que la faceta rolera está muy presente. Por ejemplo, podemos elegir que nuestro personaje se crió siendo mercader y destacaba por tratar bien a la gente, lo que hará que comience con atributos altos en encanto y comercio.
Una vez creado nuestro personaje, seremos libres para comenzar a explorar. La premisa de Mount & Blade II: Bannerlord es hacernos un nombre empezando desde lo más bajo. Es decir, somos un «espada a sueldo» que tendrá que buscarse la vida visitando poblados para encontrar encargos y así subir nuestro renombre. La exploración es totalmente libre, y tendremos un gran mapa a nuestra disposición para afrontarlo de la manera que queramos. Empezaremos contratando unos pocos soldados para nuestra banda, y con el paso del tiempo podremos tener nuestro propio negocio, formar una familia, incluso hacernos señores de un feudo entero.
Exploración, pilar fundamental de Mount & Blade II
Profundizando un poco más en las mecánicas del juego, es el turno de la exploración. Pasaremos la mayor parte del tiempo de nuestras partidas explorando el mapa de Calradia, en vista cenital, aunque podemos mover el ángulo de cámara a nuestro antojo. Es muy importante parar en los poblados y ciudades, ya que dentro encontraremos habitantes, en su mayoría mercaderes o señores locales que nos propondrán encargos. Si los cumplimos, aumentaremos nuestra reputación con esa persona, esa mejora en la relación nos dará pie a que nos ofrezcan más y mejores tropas para reclutar y acceder a más encargos.
Así pues, en los poblados podremos descansar, reclutar soldados, obtener encargos y no se nos puede olvidar comerciar, pues otro aspecto fundamental es que en nuestro inventario debemos tener siempre comida suficiente para alimentar a nuestras tropas. Incluso podremos realizar una «acción hostil» contra cualquier población para saquear, el juego da libertad total en ese aspecto, al igual que a la hora de tomar decisiones. También debemos hacer una buena gestión del tiempo, ya que la mayoría de misiones tienen un tiempo límite. El juego cuenta con ciclo de día y noche, y podemos tardar días en realizar algunos encargos, como podría ser escoltar un rebaño de ovejas de una ciudad a otra.
Un sistema de combate heredado
Inevitablemente, en nuestra gesta la mayoría de conflictos se resolverán con el acero, así que pasemos a hablar del sistema de combate. Mount & Blade II nos pondrá a prueba en distintos tipos de batalla. A campo abierto con dos ejércitos frente a frente, o a veces en pequeñas incursiones con un puñado de hombres. Además, en ciertas ocasiones tenemos la posibilidad de retar al líder enemigo a un duelo uno contra uno, si no lo hace él en primer lugar.
Taleworlds se las ha apañado bastante bien para trasladar a consolas unos controles que están pensados claramente para un juego de PC. En el caso de las armas cuerpo a cuerpo, podemos atacar orientando nuestro tajo o estocada en cuatro direcciones que elegimos con el stick derecho, a la vez que pulsamos el botón de ataque. Es decir, tajo vertical, tajo horizontal procedente de izquierda o derecha, y una estocada hacia las piernas de nuestro oponente. Nuestras «skills» con cada tipo de arma serán fundamentales en el devenir del combate.
También tenemos un botón para bloquear, y de igual manera que atacamos tendremos que orientar nuestra defensa en función de la estocada rival. Es un tipo de control que hemos visto ya en algunos juegos con esta ambientación, aunque la verdad es que todos estos juegos han heredado sus controles del primer Mount & Blade. Hablamos de títulos como Chivalry II, recientemente añadido a Xbox Gamepass, o Kingdom Come Deliverance, con un control similar. Es muy recomendable empezar por el modo Campaña, donde nos esperan los tutoriales pertinentes para dominar los controles antes de explorar el mapa.
Rendimiento notable en su versión de consola
Mount & Blade II: Bannerlord no es un título que venga para mostrar músculo gráfico ante los grandes contendientes en este aspecto, pero no le hace ninguna falta. Taleworlds ha sabido jugar muy bien esta carta, pues la exploración se realiza en una vista cenital. Por otro lado, los combates no se resuelven en un gran mundo abierto, si no en una especie de arenas de gran tamaño. En estas arenas nos movemos con total libertad y da la sensación de estar en un gran mapeado, como podría ser una batalla en un bosque. Lo mismo puede decirse cuando entramos en una ciudad o poblado, es un pequeño minimapa donde nos podemos mover libremente.
Esta gestión de recursos hace que el juego luzca muy bien al tener que gestionar solo localizaciones pequeñas, tanto cuando exploramos como cuando combatimos. El motor no se resiente en cuanto a velocidad de fotogramas, y puede mostrar un gran número de soldados en pantalla sin despeinarse. Algo fundamental en un juego donde tenemos que hilar muy fino con el control y el «timing» a la hora de atacar. Las animaciones están lo suficientemente detalladas, con aspectos muy bien resueltos como diferenciar de un vistazo por que orientación vendrá ataque enemigo. Claro está, se le pueden pedir mejoras en algunos detalles, como el aspecto de los rostros de los personajes, muy poco naturales, o las texturas de la vegetación, que desentonan un poco con el resto del apartado gráfico. En ningún momento son detalles que nos vayan a sacar de la experiencia.
Espectacular en su apartado sonoro
Donde no podemos poner ningún pero es en el apartado sonoro del juego, ya sea dando un tranquilo paseo por un poblado, o empuñando un arma en el campo de batalla. Mount & Blade II tiene una de las mejores bandas sonoras en cuanto a temática medieval, tan rotundo como suena. Lo mismo podemos decir del trabajo en lo que no es música. El chocar de los aceros, los gritos de batalla, el sonido del día a día de una ciudad. Todo esta perfectamente representado para una inmersión total en nuestro día a día por Calradia.
Conclusiones finales Mount & Blade II: Bannerlord
Mount & Blade II amplia con creces la experiencia de su predecesor, profundizando más en todas sus mecánicas pero manteniendo la base que hizo un éxito del anterior trabajo de Taleworlds. Un título bien acabado en todos sus apartados, con un modo Campaña y el modo Sandbox, que entre los dos nos aseguran decenas y decenas de horas por delante. Por otro lado, no falta el modo Multijugador para competir online. Mount & Blade II puede encandilar a todo tipo de jugadores, pero sobretodo los fans del rol, la estrategia y los juegos de gestión deberían darle una oportunidad. Sabe mezclar estos géneros de manera sabia, a la vez que nos ofrece acción y combates en tiempo real. Para un servidor es un verdadero placer poder disponer de este tipo de lanzamientos, tan de nicho de PC, en mi Xbox. Si no quieres perderte toda la actualidad del universo Xbox, visita nuestra web, Área Xbox.
Finalmente, agradecemos al equipo de PLAION España por el código que nos ha permitido realizar este análisis.
Acerca del autor
Madrileño residente en Vallecas. Amante de los gatos, la fantasía y la ciencia ficción. Me cuesta no jugar a todo lo que se me pone delante.