El realismo tras la fantasía en What Remains of Edith Finch

What Remains of Edith Finch

What Remains of Edith Finch no es un juego habitual, no es un juego normal. De la misma forma, este artículo tampoco será uno corriente. Más allá de una noticia o una opinión, más allá de un análisis, esto podría considerarse un sobre-análisis. En este artículo vamos a aportar realidad, ciencia, a la fantasía. Vamos a comentar la explicación realista tras las muertes presentes en el juego. Por supuesto, lo avisamos, habrá muchos spoilers en este artículo, por lo que la lectura es bajo discreción de cada uno. Aprovechamos para decir, también, que el juego es corto y se puede jugar en Game Pass.

El realismo mágico de What Remains of Edith Finch

What Remains of Edith Finch, como su nombre indica, nos lleva a vivir lo que queda de la familia Finch a través de Edith Finch, la última superviviente de la misma. La familia Finch, se dice, llegó de tierras escandinavas con una maldición. Cada uno de los miembros de la familia, que vivían en una misma casa, acababan muriendo en circunstancias extrañas. Antes de tiempo, por decirlo de una forma.

El juego fue desarrollado por Giant Sparrow y publicado por Annapurna Interactive para PC, PlayStation 4 y Xbox One en 2017, y en él recorremos la abandonada casa de los Finch a través de Edith, reviviendo los últimos momentos de cada familiar. Ya sea a través de una carta, de un diario o de un cómic, cada muerte la vivimos en primera persona, con su jugabilidad propia. Y, por supuesto, hay mucho mito y fantasía en ellas. Un atropello de tren es un ejemplo, pero también convertirnos en un monstruo y comernos a nosotros mismos es una opción. Vamos, pues, a repasarlas todas y aclarar la realidad tras el mito.

What Remains of Edith Finch

Las muertes realistas en la familia Finch

Comencemos este análisis de la familia Finch con las muertes que vemos claramente y son realistas. Calvin Finch murió de niño mientras jugaba en el columpio. Su sueño era llegar lo más alto posible, volar, y al final lo acabó logrando. Como es evidente, el pobre Calvin salió disparado del columpio y pereció en la caída. En cambio, su hermano Walter vivió una vida mucho más larga, encerrado bajo la casa familiar por miedo a la maldición. Ya en su vejez, cuando decidió salir de su escondite, la primera luz que vio fue la frontal de un tren, que acabó con su vida.

Otro de los hermanos de Calvin y Walter fue Sam. La muerte de Sam Finch la vemos a través de los ojos o, mejor dicho, de la cámara, de su hija Dawn, la madre de Edith. Enseñando a su hija a cazar, algo que no hacía especial ilusión a la joven, quiso hacerse una foto con el premio. Sin embargo, el ciervo seguía vivo y, al revolverse, lanzó al vacío a Sam desde un acantilado. La muerte de su hija Dawn, por contra, no fue tan violenta. Ella odiaba todo lo relacionado con la familia y la maldición, así que junto con su hija, Edith, se fue de la casa familiar. Años después, por enfermedad, dejó también este mundo.

Terminamos esta sección con un caso que combina fantasía y realidad, el de Lewis Finch. La muerte del hijo de Dawn, y hermano mayor de Edith, nos la cuenta una carta e informe final de su psiquiatra. En ella, se disculpa y nos cuenta que Lewis vivía tan traumatizado que comenzó a crear una vida paralela en su imaginación. Una vida de fantasía en la que él era el héroe. Con el tiempo, realidad y fantasía se fueron mezclando en su cabeza, y no fue capaz de diferenciar. Así, un día, en la fábrica de pescado y conservas en la que trabajaba, la gran cuchilla de la trituradora le acabó coronando rey. Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Dawn, su madre.

Fantasía en la maldición de What Remains of Edith Finch

Pasemos ahora a las muertes fantásticas, las que requieren explicación. Y qué mejor forma de empezar que con una historia de cómic. Barbara Finch, hermana mayor de Walter, fue una celebridad joven y, como tal, era muy conocida. Su muerte se narra en un cómic de Halloween. Una noche en que estaba sola en casa con su hermano pequeño, con rumores de un asesino en serie suelto, su novio decidió gastarle una broma. Se disfrazó de monstruo para asustarla. Sin embargo, los monstruos de verdad ya estaban en casa. La persiguieron y, tras salvar a Walter, acabó siendo víctima de los monstruos, que no dejaron nada de ella. Lo más lógico, en este caso, es pensar que, efectivamente, había alguien monstruoso en casa, pero un monstruo humano, el asesino en serie del rumor. Quizá fuera su novio, o quizá un desconocido, pero todo apunta a ello.

Una muerte más sencilla es la muerte de su sobrino Gus, que se convirtió en uno con el viento mientras volaba una cometa y se desató una tormenta. Como es evidente, fue la tormenta, o un golpe con un objeto llevado por el viento, quien acabó con la vida del niño.

Pasamos ahora a la muerte que ha inspirado el artículo, la muerte de Molly Finch. La quinta y última hermana de Walter y Barbara se despierta en la noche con un hambre voraz, ya que la habían mandado a la cama sin cenar. La niña se come todo lo que encuentra en su cuarto, como la zanahoria seca a medio comer de su mascota, la pasta de dientes o unas bayas que crecen en su ventana. De pronto, se convierte en un gato y va pasando por diferentes animales, a cada cual más hambriento y voraz. Finalmente, se convierte en un monstruo marino, quien, tras arrasar un barco, acaba llegando a la habitación de Molly, comiéndose a ella misma. Esta es, quizá, la muerte más alejada del realismo. No obstante, tirando de análisis, podemos deducir que la niña tuvo una intoxicación alimenticia, probablemente por las bayas, que le provocó alucinaciones y, al final, la muerte.

Por último, en esta sección, otra muerte muy fantasiosa. Gregory Finch, tío de Edith, quien murió apenas siendo un bebé. Durante su escena, vemos cómo el niño está jugando en la bañera, pasándoselo muy bien con sus juguetes, especialmente una ranita. Escuchamos, también, a sus padres de fondo, en lo que parece una discusión. El juego y la fiesta acuática van a más, haciendo que el pequeño Gregory se convierta en la rana y se cuele por el desagüe. Como es de suponer, por mucha fantasía que haya, este caso es evidente. El hermano pequeño de Dawn acabó falleciendo porque, sencillamente, se ahogó en la bañera.

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Milton, Edie y Edith, las muertes que no vemos

Pasemos ahora a las tres muertes que nos quedan. Y es que estas muertes, aunque tienen su correspondiente historia, no aparecen en pantalla. Son inciertas. Comenzamos, pues, con Edie Finch, la abuela de Edith y madre de Dawn. Ella siempre fue investigadora de la maldición de su familia, algo que nunca gustó a su hija. Transmitió sus conocimientos a Edith hasta que, finalmente, Dawn y ella se mudaron. No sabemos cómo ocurrió, pero Edie murió tras la mudanza. Quizá por la pena, quizá por otro motivo relacionado con la playa, Eddie se fue.

Otro caso controvertido, en cambio, es el de Milton, hermano mayor de Edith. Milton no murió, sino que desapareció. Era un niño con mucha imaginación, y creaba muchas historias ilustradas. Su destino, como comentaron los desarrolladores, lo tenemos en The Unfinished Swan, el juego previo del estudio. Milton es el Rey en este juego, ya como adulto, y os encomendamos allí para saber lo que le ocurre.

La última muerte del juego la hemos dejado para el final, y es que viene con una revelación importante. Tras recorrer toda la casa, subiendo por los lugares más complicados, Edith Finch nos revela un secreto. Está embarazada. Todo lo que vivimos y vemos se narra en el diario de la propia Edith, el cual le escribe a su hijo para que conozca la historia familiar. Edith Finch, suponemos, murió en el parto, dando a luz. Por último, y como siempre, si queréis conocer más juegos o noticias sobre este mundillo, no olvidéis pasaros por vuestra casa, aquí en Área Xbox.

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