Análisis de Pumpkin Jack

Pumpkin Jack es el típico título al que la mayoría de analistas le huímos. Y quisiera explicarlo de una forma que no se me malinterpretase.

Se trata de una aventura de plataformas y acción en 3D embriagada por el espíritu clásico de los tiempos de los 32 y 64 bits. Está muy inspirado en los plataformas de la época, por lo que seremos capaces de sentir la nostalgia a cada paso que demos. Eso sí, la tecnología actual nos permite disfrutar de unos mejores acabados, iluminación y jugabilidad que los que tenían los títulos de antaño.

Pumpkin Jack es un juego mediocre, entendiéndose esto como que está dentro de la media. Es un juego normal, correcto, que funciona bien pero que no sobresale en nada salvo en su jugabilidad, que podría estar a la altura de los grandes títulos del género. ¿Pero qué pasaría si te dijese que está creado y desarrollado por una sola persona? Llegados a este punto la cosa cambia y el producto gana valor. Y más aún cuando en la redacción de Areaxbox  estamos de acuerdo de que este Pumpkin Jack supera (por poco, eso sí) al reconocidísimo Medievil, título en el que está claramente inspirado.

Pumpkin Jack está realizado por una única persona

El autor se llama Nicolas Meyssonnier. Tiene 23 años y vive en Francia. A finales de 2017 empezó a trabajar en este Pumpkin Jack y dejó su trabajo a principios de 2019 para trabajar a tiempo completo en el proyecto. Trabajó la mayor parte del tiempo sólo, bajo los entornos del Unreal Engine 4, Blender y Photoshop. Sin embargo, estuvo trabajando con Yohan Jager para proporcionar una banda sonora original y con Adrien Lucas para la interfaz de usuario y la portabilidad a consolas.

Como vemos, se trata de un juego con un trabajo brutal detrás que, a pesar de no ser brillante en términos objetivos, se atreve a jugar en la liga de los grandes.

Jack se convierte en el centro del conflicto entre humanos y monstruos

En el Reino del Aburrimiento, todas las cosas vivían en una coexistencia pacífica, desde los humanos hasta los lindos conejitos. El mundo estaba libre de guerra, hambre, miedo… Y era aburrido. Muy, MUY aburrido. Tan aburrido que incluso el mismísimo Diablo se sintió terriblemente hastiado. 

Así que el diablo ideó un plan para atormentar a esos humanos lastimeros, cómodos y aburridos. Soñó con derramamiento de sangre, vidas destrozadas, fuego, azufre y cosas por el estilo. Desató la Maldición de la Noche Eterna, un poderoso hechizo que despertó a los monstruos sedientos de sangre de todo el reino.

A los humanos, sin embargo, les gustaba bastante sus pequeñas vidas aburridas y no iban a quedarse de brazos cruzados mientras los monstruos destruían el reino. Así que llamaron a un mago magistral, el único hechicero lo suficientemente poderoso como para poner fin a la maldición.

El diablo, enfurecido, tomó represalias invocando el alma de Jack (nuestro protagonista) en la piel de una calabaza y lo envió al reino con una clara misión: encontrar y destruir al poderoso mago.

Es curioso que esta historia, a priori entretenida, carezca de interés alguno en cuanto nos ponemos a jugar. Cuando cogemos el mando lo último que nos interesa es saber cómo transcurre la historia puesto que lo que queremos es avanzar, saltar, explorar y matar. Tiene una narrativa que es perfectamente obviable y eso no tiene por qué ser necesariamente malo.

Con Medievil y Jack & Dexter por bandera

Directamente, en la página oficial de Pumpkin Jack, el juego se vende así: Siente la nostalgia de los viejos juegos de plataformas como “Jak & Daxter” y “Medievil“, mientras que la tecnología actual da vida a un nuevo universo espeluznante y aterrador.

Y es que la inspiración en ambos títulos es clara. Desde un primer vistazo es imposible no darse cuenta de que, de Medievil, toma esa ambientación de Halloween tenebrosa, con escenarios lúgubres y enemigos de ultratumba. Sin embargo, a pesar de que nos pueda parecer igual su forma jugable no es del todo igual. En Pumpkin Jack se le da mucha más importancia a las plataformas que al combate. Es su elemento estrella. Los saltos entre plataformas están muy bien medidos y el control de Jack, en general, está bastante pulido. 

Más cosas que saltar y saltar

Además, en este título vamos a encontrar una mayor variedad de situaciones que harán más entretenida la experiencia jugable. En ciertos momentos viajaremos en vagoneta en una mina abandonada, correremos a lomos de un gran corcel fantasmal o incluso utilizaremos únicamente nuestra cabeza de calabaza para resolver algunos puzles. Literalmente, sólo usaremos nuestra cabeza ya que, en ciertos momentos, nuestro protagonista se desprende de su cuerpo y pasaremos a manejar la calabaza (con patas) que usaremos para resolver acertijos, mover plataformas, explotar bombas para abrir puertas, etc. Son, sin duda, momentos que sirven para romper la monotonía de las plataformas y que le dan vidilla al título. No obstante, en muchas ocasiones estos momentos no están del todo bien implementados y pueden cortar bastante el ritmo. 

En cuanto a los combates nada destacable. No es que sean malos pero los momentos hack and slash no tienen tanto protagonismo como el componente plataformero. Cuando hay varios enemigos muchas veces no sabremos por donde nos llueven los golpes porque los impactos al personaje no están muy bien identificados. Sin duda, lo más interesante son los jefes que nos esperan al final de cada nivel y que, en algunas ocasiones, supondrán un reto interesante. 

Apartado técnico correcto pero no brillante

Como ya hemos comentado anteriormente, Pumpkin Jack es una obra de un solo autor, por tanto, cuenta con un presupuesto muy limitado y eso se nota en lo técnico. Pero de nuevo volvemos a lo mismo: para haber sido hecho sólo por una persona tiene unos resultados muy buenos

Los gráficos, en general, son bastante simples pero la atmósfera que crea Nicolas Meyssonnier con tan poco es sobrecogedora. Es puro Halloween. Los escenarios no son muy grandes pero están muy bien diseñados y poseen una iluminación sorprendente. Jack, por su parte, tiene unas animaciones bastante aceptables en comparación con las de los enemigos, que son escasas y simplemente funcionales.

En el apartado sonoro los efectos especiales no brillan precisamente pero sí destaca su música. Tiene una banda sonora muy acorde con la temática del título y, sin darnos cuenta, se nos pegará alguna cancioncilla a base de escucharla repetidamente. Además, el doblaje (en inglés) no está nada mal y está traducido al español, detalle muy apreciable para ser un indie tan indie.

Buen trabajo, señor Meyssonnier

A los usuarios más veteranos y amantes de la plataformas este título les va a convencer desde el primer momento, por recordar a esos títulos de antaño tan añorados. El juego va muy fino en cuanto a los movimientos del protagonista y tiene la suficiente variedad jugable como para no cansar demasiado. Además, tiene una duración de entre 6 y 7 horas y no se hace pesado.

Pero, a nuestro parecer, la ambientación puede ser la clave más importante que haga que, como consumidor, te decantes por comprar este título y no otro. Si eres amante de lo tenebroso, de los embrujos y la Noche Eterna este es tu juego, sin duda. Los seguidores acérrimos de Halloween y el plataformeo no podrán escapar del encanto de esta obra. 

Ahora bien, si no eres fan de esta estética deberías huir y probar otras cosas ya que este juego podría acabar por saturarte y no complacerte. Como hemos dicho, al tratarse de una obra de tan bajo presupuesto no podemos buscar valores de producción de triple A, ni siquiera de doble A. Si no eres amante de esta ambientación y buscas algo “más grande” creo que hay exponentes del género que son objetivamente superiores.

Pumpkin Jack

29,99 €
7

GRÁFICOS

6.0/10

SONIDO

7.0/10

JUGABILIDAD

8.0/10

Pro.

  • Ideal para los nostálgicos
  • Buena jugabilidad
  • Trabajo titánico de una sola persona...

Contra.

  • ...que no está a la altura de producciones más grandes
  • Algunas fases se pueden hacer pesadas

Acerca del autor

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Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.

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