Análisis de Call of Duty Black Ops Cold War

La saga estrella de los shooters en primera persona regresa por todo lo alto. Como cada año, Activision irrumpe con su ya tradicional Call of Duty, que este año, vuelve con un nuevo Black Ops con la intención de ofrecer una experiencia similar a los orígenes de este subnombre. Cold War, como su nombre nos indica, invita a los fans a revivir el conflicto bélico conocido como la “Guerra Fría”. Una época de contraespionaje entre Estados Unidos y la URSS, en la que nos veremos inmersos a través de una campaña de esas que quitan el hipo.

Tras una cuarta entrega de Black Ops un tanto agridulce, Treyarch lo apuesta todo a un apartado audiovisual totalmente renovado. La espectacularidad y ambientación de la guerra fría se refleja en unos fantásticos escenarios que apuestan por un mayor frenetismo. Todo ello gracias al motor gráfico ya empleado en el anterior Modern Warfare. ¿Logrará su objetivo de devolver el prestigio a la marca Black Ops?.

Cold War llega con campaña renovada y la esencia de los clásicos

Black Ops Cold War apuesta por la guerra fría como eje central de su campaña. Una temática que pocas veces se ha reflejado de esta manera en los videojuegos. El motor gráfico de Modern Warfare y el buen hacer de Treyarch con la narrativa, dan como resultado una aventura de acción muy inmersiva. Se entremezclan personajes reales y ficticios en una trama que, sin ser demasiado extensa, se hace liviana y divertida.

Iniciamos nuestra andadura en 1981, metiéndonos de lleno en una importante operación gestionada por el propio presidente Ronald Reagan. Nos pondremos en la piel de Bell, un operador que se unirá a Frank Woods, Russell Adler y compañía para desempeñar una misión del más alto secreto. El objetivo, dar con Perseus, el nuevo enemigo que protagonizará esta nueva campaña.

En este caso, los desarrolladores han optado por darle un toque ligeramente distinto a la hora de desarrollar la narrativa. La principal novedad en este sentido, es que tendremos líneas de diálogo con las que escoger un camino u otro en determinadas situaciones. Son pocas y muy concretas, pero están ahí, alterando en parte la continuación de la aventura. Incluso en la base de operaciones secretas, donde nos asentamos junto a nuestros compañeros de batalla, tendremos la opción de interactuar con ellos, pudiendo obtener nueva información. Solo diré que existen dos posibles finales diferentes.

Pero las novedades no quedan ahí, puesto que también se suman como nuevo elemento las pistas a tener en cuenta, tanto en las misiones principales como secundarias. Estas podrán revisarse antes de llevar a cabo cada misión, e incluso podrán obtenerse otras nuevas con las que complementar nuestros conocimientos. Por poner un ejemplo, en un momento dado se nos da la oportunidad de desbloquear la clave de un disquete, el cual alberga información confidencial. Una información que podría ser definitoria a la hora de cumplir con nuestra misión.

Los cambios no son demasiado grandes, pero se agradece que el jugador pueda decantarse de vez en cuando por unos caminos u otros. No se trata de una revolución en lo jugable, ni mucho menos, pero podría sentar las bases para futuras entregas. En líneas generales los escenarios me han gustado, y como decía, es una campaña que no se hace pesada, y se divide en misiones muy cortas pero divertidas. Es posible completarla en una tarde, y personalmente, ha sido una gozada volver a la ambientación de Vietnam.

Black Ops Cold War se queda algo corto en su apartado técnico

Gráficamente, el salto no ha sido igual de grande que en Modern Warfare. En Cold War se utiliza este mismo motor, y no luce para nada mal, aunque deja entrever sus puntos débiles en algunas zonas de la campaña. Durante nuestra “visita” a Vietnam, manejamos durante unos minutos un helicóptero entre las montañas y bosques de la zona. Estos paisajes, son precisamente los que denotan esa falta de ambición en lo visual. Aun así, en casi todo momento el juego lo disimula bien, ya sea con la oscuridad de la noche o con zonas más “pasilleras”.

Con respecto a los efectos sonoros, esperaba mucho más. Si bien me ha gustado que se rebaje el sonido de los pasos en comparación a Modern Warfare, hay elementos como las explosiones o el sonido de las armas que se quedan muy atrás. Este apartado fue uno de los que más me gustó del título anterior, y aquí no parece estar tan cuidado. La sensación es de que le falta personalidad, como si de cualquier otro título menor del género se tratase.

Multijugador, la fórmula que siempre gana

Call of Duty acostumbra a dominar año tras año su género, y no es casualidad. Algunos jugadores se decantan cada vez más por un sobrenombre u otro. Treyarch, Sledgehammer Games, Infinity Ward… todos han ido creando su propio estilo, pero basándose en una misma fórmula que viene triunfando desde los inicios de la pasada generación. La clave que unifica a todos sus juegos es el multijugador, y Cold War no es una excepción.

A diferencia de la entrega del año pasado, este juego apuesta por una jugabilidad aún más frenética. Los esprints se sienten aún más rápidos, independientemente de las ventajas que escojamos. El ritmo aumenta notablemente, aunque a mi me convence más lo visto en Modern Warfare y en Warzone respectivamente. Es una cuestión de gustos, y algunos se sentirán más cómodos mientras que otros, necesitarán varias partidas para acostumbrarse. Por lo demás, sigue siendo tan arcade y divertido como siempre.

Lo más destacable, es la inclusión de dos nuevos modos de juego; Armas Combinadas y Escolta VIP. El primero es un viejo conocido, que emula el “Ground War” de entregas pasadas. En este caso, podremos jugar en los mapas más grandes que permiten el uso de vehículos, ya sean barcos o tanques. Por otra parte, en Escolta VIP tendremos que proteger al jugador VIP de nuestro equipo (que también podemos ser nosotros). El objetivo es ayudarlo a escapar en helicóptero en el punto señalado del mapa. La partida también acabará si mueren todos los miembros de un equipo u otro.

Equipos de asalto es una nueva categoría, donde pueden participar hasta 40 jugadores en 10 equipos de 4. En Bomba Sucia, los 10 equipos combaten para coger y entregar uranio en diversas bombas activas, repartidas por el escenario. Como es lógico, puntuaremos no solo cumpliendo con la misión principal, sino también matando a los jugadores enemigos.

Cold War cuenta con hasta un total de 11 mapas en su lanzamiento. Una cifra que no está mal para empezar, ya que en el futuro el número se irá incrementando como suele ocurrir en el resto de juegos de la saga. Armada, Crossroads, Miami, Moscow o Checkmate son algunos de los escenarios que ofrece este nuevo multijugador. En general me han gustado todos, destacando principalmente Satellite. En el caso de los mapas más grandes y repletos de jugadores, se me hace algo más tedioso, y aunque la fórmula recuerda a Battlefield, el resultado se queda a medio gas.

Unos zombies poco innovadores

Este es quizá el apartado que me deja más frío de este nuevo Call of Duty. Esperaba encontrarme algún modo nuevo, algo diferente a lo visto anteriormente, aunque fuesen cambios más bien discretos. Nada más lejos de la realidad. La innovación en ese sentido deja mucho que desear, y prácticamente es un “más de lo mismo”. Me atrevería a decir, que esta modalidad es exactamente la misma que vimos en World at War con Kino Der Toten.

La premisa es la de siempre; matar oleadas de zombies y desbloquear nuevas zonas del mapa obteniendo nuevas armas. En equipos de 4, las opciones son de 20 oleadas como tope o bien aguantar infinitamente hasta que nos maten. El punto más original lo aporta Dead Ops Arcade, un modo con vista cenital que imita lo que fueron diversos juegos arcade de antaño. Sin embargo, una vez más hablamos de un modo visto anteriormente, disponible desde el primer momento. Habrá que esperar a futuras actualizaciones, pero no parece que vayan a cambiar mucho este planteamiento.

¿Ha logrado Cold War desmarcarse de la saga?

La respuesta a esta pregunta, por desgracia, es que no. Pese a su mejora gráfica con respecto a Black Ops 4, Cold War es un juego que incluso empeora lo visto en Modern Warfare. El sonido es uno de los rasgos que más decaen, con un efecto más suavizado de los pasos, pero que se siente inferior en el resto del conjunto.

Visualmente, tampoco hay una mejora sustancial o destacable. La campaña, ahora centrada en la guerra fría, nos transporta a lugares emblemáticos, pero que no camuflan lo conservador de la propuesta de Activision año tras año. Ahora hay elecciones como principal novedad, y es ahí donde pueden centrarse los creativos de cara a futuras entregas.

El modo Zombies desgraciadamente es lo peor, donde se atisba una sensación de dejadez demasiado acusada. Faltan ideas, y si no se opta por un parón similar al que llevó a cabo Ubisoft con su saga de asesinos, se antoja complicado un cambio de tercio. En lo demás, Cold War funciona tan bien como el resto, con un multijugador arcade de lo más adictivo. Ahora es más frenético, algo que gustará más a unos que a otros, pero lo cierto es que se deja notar. En definitiva, es la fórmula de siempre con atisbos de alguna que otra pincelada de cara a futuros juegos. Si os ha gustado este análisis, recordad que tenéis muchos más justo aquí.

Call of Duty Black Ops Cold War

69,99€
6

Gráficos

6.0/10

Sonido

5.0/10

Jugabilidad

7.0/10

Pro.

  • Una jugabilidad divertida que siempre funciona
  • Su campaña presenta una ambientación y unas misiones fantásticas
  • Elecciones durante la campaña

Contra.

  • El modo zombies es prácticamente lo mismo que en World at War
  • Los efectos sonoros pierden fuelle con respecto a su antecesor
  • Poco innovador en líneas generales

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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