Quizás tu no lo conozcas, pero Leisure Suit Larry ha estado en la industria de los videojuegos desde 1987. Fue en ese año cuando Sierra Online decidió publicar una de las primeras aventuras gráficas de la historia con movimiento libre del personaje.
Todo un avance para la época, ya de por si, pero que supuso aún más innovador por su contenido erótico y humor irreverente. Las obras siguen al personaje principal, Larry Laffer, en su persecución constante (aunque sin mucho éxito) para conseguir el afecto de cualquier mujer joven y atractiva.
Crazydream y Assemble Entertainment publicaron y distribuyeron esta nueva entrega de la serie en 2018 para PC. Escalonadamente ha ido llegando a las demás plataformas, hasta que a mediados de septiembre se publicó para Xbox One.
Más de 30 años después
La obra da comienzo con Larry despertándose en un cuarto oscuro, sin tener noción del tiempo ni consciencia de lo ocurrido para estar encerrado. Mediante un sistema de juego basado en las aventuras gráficas tradicionales, recogeremos ítems y resolveremos acertijos para avanzar en nuestra aventura.
Haciendo uso de éstas mismas mecánicas, Larry consigue salir de ese cuarto para darse cuenta, después de los primeros diálogos con npcs, que ha estado «congelado» durante más de treinta años. El planteamiento del guion parte, por tanto, de la problemática con la temporalidad. Y es un acierto puesto que para el protagonista nada ha cambiado desde 1987. Ni su aspecto estético, ni físico, ni tampoco la sociedad ni el contexto histórico.
La propia realidad es la que choca de primeras con el personaje principal al ver que todo ha cambiado, incluso la manera de «ligar». En este aspecto, Leisure Suit Larry : Wet Dreams Don’t Dry sigue siendo un juego machista que trata a la figura femenina como un objeto premio desde muchos puntos de vista. Entendiendo esto, estamos ante el juego de la saga que más crítico e irónico resulta, ya que pone en entredicho cualquier concepción de la moda y cultura de la actualidad.
La perspectiva es idónea para la crítica. Para alguien de finales de los 80 no es solo que haya una distancia temporal, sino que la hay hasta idiomática. Eso se puede ver en las constantes conversaciones que se producen y las bromas y observaciones que hace el personaje y desentonan totalmente con el momento actual. El juego crea así también un humor único, puesto que ya no son solo los minijuegos o puzzles estrambóticos y picantes los que nos atrapan
De hecho, al menos por mi parte, lo que más me ha enganchado al juego en las escasas ocho horas que me ha durado es esa mirada escéptica y su sátira destructiva. Un sentido del humor algo más maduro que el que presentaban otros títulos anteriores de la serie, sobre todo cuando se trata de las temáticas no sexuales.
El sexo ya no es el motor principal
En este «nuevo humor» juegan un papel importantísimo las tecnologías actuales a las que Larry no está para nada acostumbrado. Sin entrar en demasiado spoilers y guardaros alguna sorpresa, comentaré que en el juego disponemos de un teléfono móvil, y que desde éste, se puede acceder a aplicaciones de citas y redes sociales.
Claro está, este conjunto de apps son parodias de aplicaciones de la vida real, y es divertido no solo ver esas referencias, sino también, entrar en las aplicaciones y ver a los personajes de las redes satirizados para darte cuenta que no distan mucho de los entornos que nos encontramos en la vida real. Con todo mi respeto, por supuesto.
Leisure Suit Larry : Wet Dreams Don’t Dry es capaz, por tanto , de sacarte más de una sonrisa, sobre todo si obvias su enfoque de género. También, se ha de mencionar que las escenas más graciosas o con más carga de humor son las que resultan de la ridiculización de nuestro personaje principal.
Otros apartados que nos harán reír durante la obra son sus mini-juegos y puzles, que en su gran mayoría, son altamente acertados. Me vengo a referir que como norma general, las sinergias entre objetos que combinar o las mecánicas de resolución tienen una coherencia argumental.
Y la norma general se ve afectada por algunos rompecabezas en concreto que carecen de sentido. Estos te acaban causando frustración y empeñan una experiencia que no vuelve a ser agradable hasta la siguiente escena hilarante.
Un homenaje en toda regla
En el apartado visual encontramos unos entornos coloridos que combinan perfectamente con el sentido de la narrativa y el género de la obra. De hecho, podremos encontrar alguna referencia a clásicos de las aventuras gráficas. Pero es que aún sin encontrarlas, el título no dejará de tener un sabor viejuno desde la pantalla de inicio. También en el apartado sonoro, que presenta melodías divertidas con alguna sorpresa.
Como he dicho, no quiero desvelar todos estos puntos para privar a algún lector de la sorpresa. Aún así, si este lector es fan de este género, creo que tiene una compra obligada. Perdón, maticemos, compra obligada con una rebaja de precio, ya que ahora mismo en la tienda digital de Xbox lo podemos encontrar por 39,99 euros.
Un título no «apto» para todos los públicos
En conclusión, y siguiendo la estela del último párrafo, Leisure Suit Larry : Wet Dreams Don’t Dry es mejor juego de lo que seguramente creías, aunque a un precio un poco por encima de su valor idóneo (por duración y poca rejugabilidad sobre todo). Aún así, y dadas también las pocas opciones que tienen para escoger los amantes de las aventuras gráficas, es una obra para añadir a tu lista de deseos y no perdértela en ningún momento. El control en Xbox One con el mando no se hace farragoso, y gracias a los atajos de comandos es sencillo acostumbrarse al juego. Esto es importante en la conclusión para constatar que no es una mala opción en consolas.
En general, pasarás un buen rato si tienes tolerancia a todo tipo de humor, disfrutaras con un apartado artístico que homenajea a los míticos juegos del género y gozaras de situaciones irreverente y algún puzle muy bien elaborado.
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