A principios de año, Microsoft puso en marcha un ambicioso plan de actuación para reducir las emisiones en sus fábricas. Y es que los hechos son que los niveles de CO2 y la temperatura media del planeta no paran de crecer. Cada vez hay más personas e instituciones que se suman a la causa. Estas no solo buscan reducir sus emisiones, sino establecer lineas de acción sobre las que basar sus políticas de producción de manera sostenible. Esto puede hacer reducir la huella que merma al mundo por las extracciones de materiales.
El gigante americano puso en marcha un plan que promete convertir a su compañía en «cero carbono» para el año 2030. Una parte esencial consiste en lograr y difundir tecnologías que eliminen CO2 de la atmósfera. Su objetivo es haber limpiado antes de 2050 todo lo que ha contaminado en su historia.
En este sentido, son varias las medidas preventivas y posturas que parece ser que han tomado. A principios de año, despuntó la promesa de cambiar el consumo de electricidad a fuentes de energía renovables para el año 2025. También destacó la intención de la transición a vehículos 100% eléctricos que se completará en 2030.
Pues bien, en poco más de seis meses, la compañía ha logrado un gran hito: haber fabricado las primeras unidades de Xbox One neutras en huella de carbono.
Y no han sido pocas, un total de 825.000 consolas. Esto quiere decir, que en la producción de estos sistemas no ha habido afectación al medio en ninguna parte del proceso de fabricación y ensamblaje.
No se especifica de qué modelo o modelos se trata en concreto ni cómo se ha conseguido. Lo que si parece claro, es que Microsoft quiere seguir apostando y aportando en esta linea de producción.
Independientemente del color que sintamos, vivimos en el mismo mundo, y noticias como estas han de traspasar cualquier diferencia social o exclusiva.
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