Para aquellos que ya conozcan juegos como Gang Beasts, lo nuevo de Monster Couch se presenta como una propuesta de corte similar. Stab! Stab! Stab! es un divertido indie donde lo que impera es su multijugador. Es posible jugar de forma individual contra la cpu, pero nada comparable a los enfrentamientos contra nuestros amigos. El título basa su jugabilidad en las físicas, y en cómo podremos acabar con nuestros rivales a base de puñaladas varias hasta hacerlos estallar. Sus controles sencillos y la facilidad para emprender las partidas, hacen de este Stab! Stab! Stab! una opción a tener en cuenta si os atrae el género y queréis jugarlo en compañía.
Gráficos
Esta es una producción de muy bajo presupuesto, y si a ello le sumamos la clara apuesta por el multijugador, el resultado visual es poco más que simplón. Si bien los escenarios son variados, la paleta de colores es un tanto limitada. Para mejorarlo, el punto más colorido corre a cargo de los propios personajes, una suerte de microorganismos con patas. Estas bolas vivientes de colores no solo se desplazan, sino que explotan si les hacemos daño de la forma adecuada. Habría quedado mucho mejor si al acabar con los enemigos, estos manchasen el mapeado al estilo del aclamado Splatoon de Nintendo, pero el resultado es muy diferente. Tengo la sensación de que se podrían haber implementado algunas características de este calibre.
Sonido y textos
El apartado sonoro es prácticamente inexistente. No hay pistas de sonido ni efectos llamativos durante las partidas. Puedo entender que se trata de una producción pequeña, y que los recursos con los que se cuenta son limitados, pero me parece que a estas alturas la música ambiental es obligada. El no acompañamiento para las partidas o los menús en este sentido le resta mucho a la experiencia.
Los menús no es que causen una impresión mucho mejor. De hecho, el juego viene únicamente en inglés. Eso sí, en general es entendible y no perderéis mucho tiempo para iniciar vuestras partidas. Además de los modos de juego, contamos con unos ajustes en los que se incluye el típico nivel de volúmen o el esquema de controles del mando entre otras cosas. Todo muy simple e intuitivo.
Jugabilidad
A pesar de algunos defectos mencionados anteriormente, este puede ser un título entretenido para jugar solo, y sobre todo con otros jugadores. El objetivo es acabar con los demás personajes que aparecen en pantalla, y para ello debemos apuñalarlos con nuestros pinchos. Aunque una cosa es saber jugar, y otra dominar el juego.
Los controles son bastante sencillos, pero hay que saber direccionarse y atacar al rival en el momento adecuado. Cuando le clavemos nuestros pinchos, debemos hacer lo posible por mantenerlos ahí, y comenzará a rellenarse una ruleta de daño. Una vez llena, el objetivo explotará y morirá.
Encontraréis una buena variedad de escenarios en los que luchar, y algunos de ellos incluirán trampas de diversa índole. De esta forma, se añade un pequeño componente estratégico a la hora de atacar o defendernos. Si empujamos a un enemigo hacia dichas trampas, estas también les restará salud. Otro de los elementos a tener en cuenta, son las mutaciones. Podemos hacer que nuestro personaje vaya evolucionando, adquiriendo incluso una especie de ventajas que hay por el mapa en forma de manchas luminosas. Esto incrementa el número de patas y de pinchos, haciéndonos más temibles. Cabe recordar que el tiempo de estas mutaciones es limitado.
Duración
Para Stab! Stab! Stab! no existe una duración estipulada. Aquí no hay lugar para campañas ni modos similares, de manera que es el usuario el que determina las horas que quiera dedicarle al título. No quiero caer en la repetición, pero este es un juego perfecto para jugar con amigos, e insisto en ello porque es la forma más clara de sacarle partido. Por lo tanto, si no vais a aprovecharlo de esa manera, me temo que no tardaréis muchas horas en dejarlo en un segundo plano, pero si lo disfrutáis en compañía será otro cantar.
Conclusión
Hay poco que destacar del título de Monster Couch. No presenta ningún tipo de banda sonora, ni efectos sonoros que acompañen notoriamente las partidas. Lo del idioma y los menús es lo de menos, pero esto es lo que sucede cuando se apuesta única y exclusivamente por la jugabilidad. Y no es que esta sea especialmente adictiva o llamativa. Hay videojuegos similares que logran un resultado final muy superior a lo visto aquí. Por ello, y por el hecho de que dudo que nadie lo juegue en solitario, no le auguro un futuro muy esperanzador a este Stab! Stab! Stab!. Aun así, siempre es una opción más para echarse unas risas con los amigos y pasar un rato agradable, que es en definitiva su finalidad.
Acerca del autor
He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.