Análisis Hayfever

Hayfever es la última y divertida aventura plataformera de Pixadome. Una experiencia breve pero muy movidita en la que tendremos que ayudar a Thomas, nuestro cartero protagonista, a recuperar sus cartas. Una jugabilidad sencilla y adictiva, y uno niveles ingeniosos son sus principales armas. En los primeros compases, el título puede parecer razonadamente fácil, pero os puedo asegurar que su mayor dificultad, reside en completar cada nivel al 100%. Una cosa es llegar al final del nivel, y otro muy distinta es alcanzar todas las cartas repartidas por este. Ahí es donde también entra en juego la rejugabilidad (valga la redundancia). Hayfever me ha gustado en líneas generales, y a continuación os contaré el por qué.

Gráficos

Visualmente, el título de Pixadome no ofrece nada fuera de lo normal o que no se haya visto antes. Eso sí, cuenta con unos diseños de niveles y escenarios que le otorgan personalidad propia. Los enemigos y otros tantos elementos que hay repartidos por el mapa hacen más reconocible a este plataformas en 2D. Quizá la variedad de personajes es un tanto limitada, y sí me habría gustado contar con algunos más. No es que sea un problema de peso, pero le habría sentado fenomenal. Si bien los escenarios son algo cortos, creo que las sensaciones que dejan algunos de sus intrincados emplazamientos son bastante satisfactorias.

Sonido y textos

Thomas, nuestro protagonista, sufre de una alergia que queda patente en cada partida. De hecho, en sus saltos y nubes de alérgenos encontramos la ventaja para poder sortear los obstáculos estornudando. Sí, estornudando, y el resultado son unos efectos de sonido muy amenos y hasta cierto punto cómicos. Por otra parte, la banda sonora se vuelve demasiado repetitiva, aunque a diferencia de como sucede con otros juegos, es tolerable y no resulta molesta en exceso.

Como podréis apreciar en las capturas, el juego viene completamente traducido al castellano, además de incluir otro buen número de idiomas. Sus menús no albergan demasiadas opciones, más allá de subir o bajar el volúmen de la música y los efectos de sonido. Me ha gustado el detalle de incluir, como debe ser en estos casos, una breve introducción a la historia (si puede llamarse así) del título. No es nada complejo ni tampoco hay una trama real que seguir. Simplemente, encontramos algunas secuencias con texto en las que se sitúa al jugador para que este conozca el contexto del personaje.

Jugabilidad

Si no os gusta el mantra del ensayo y error, o carecéis de un mínimo de paciencia, este no es vuestro juego. Tampoco hay que alarmarse, pero hay que dejar claro que el juego requiere un mínimo de aprendizaje una vez se llega a ciertos niveles. No estamos hablando del Darksouls de los plataformas, ni mucho menos, pero hay determinadas zonas que plantean una dificultad mayor. La precisión es importante, y nuestra atención ha de ser clave para medir y dirigir al personaje. Básicamente habrá que tener claras y memorizadas unas determinadas direcciónes y acciones a seguir para completar “X” lugares. Como decía anteriormente, lo más difícil no es llegar al final de cada nivel, sino completarlo al 100% encontrando todas las cartas.

Sus mecánicas principales son simples, pero a la hora de saltar, sus desarrolladores han querido aportar uno de los toques más distintivos del juego. Se trata de las nubes de alérgenos repartidas por cada mapa. Cada una afecta de manera diferente a Thomas, potenciando su habilidad de salto y otorgando ciertas ventajas para superar obstáculos. Las amarillas sirven para recargar el medidor que aparece en la zona inferior de la pantalla. Cuanto más cargado mayor será el estornudo, y en consecuencia el salto.

Aquí me he encontrado con un contratiempo en cuanto al control de dirección. Tenemos la opción de decantarnos por la cruceta o por el analógico, pero la verdad es que lo más conveniente es alternar entre uno y otro. Resulta mucho más sencillo orientar los saltos hacia ángulos no tan concretos con el analógico, mientras que la cruceta es ideal para desplazarnos en un plano recto, ya sea vertical u horizontal. En caso de morir, podremos reaparecer en los puntos de control repartidos por el mapa en forma de buzones.

Duración

Esta es quizá la parte más negativa de un título que, por lo general, ha resultado ser bastante decente y divertido. No desentona en casi nada, aunque su precio resulta algo elevado en comparación a otros videojuegos que ofrecen una duración similar. Completar todos los niveles de Hayfever no os llevará más de hora y media o una hora. Como siempre, esto depende también de lo habilidosos que seáis a los mandos, y por supuesto la rejugabilidad para conseguir todas las cartas está ahí. De vosotros depende alargar algo más la vida de este plataformas, que cuenta con un total de 28 niveles.

Conclusión

Con Hayfever me he encontrado un videojuego ciertamente carismático, sin pretensiones, y cuya única meta es divertir al usuario con una experiencia retante pero que no frustra o aburre. La variedad de enemigos y personajes es un mal menor en comparación a su duración. Sabemos que se trata de un juego indie, pero viendo el potencial de esta aventura, he echado de menos algunos niveles de más. Hay que recordar que otras aventuras similares juegan con un precio mucho más atractivo y reducido, y este no es el caso. La última palabra la tenéis vosotros, y debéis considerar si merece o no la pena. Lo que os puedo asegurar es que lo pasaréis bien si sois amantes del género.

Estamos en Opencritic donde puedes encontrar este y otros de nuestro análisis.

Hayfever

14,99
5.6

Gráficos

6.0/10

Jugabilidad

7.5/10

Sonido y textos

5.7/10

Duración

3.0/10

Pro.

  • Su jugabilidad
  • Niveles muy variados
  • Rejugable hasta cierto punto

Contra.

  • El precio
  • Escasa duración
  • Banda sonora y enemigos poco variados

Acerca del autor

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He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.

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