Análisis de Rust: Console Edition

Llega a nuestras manos la esperada versión para consolas del afamado título de supervivencia en mundo abierto. Rust: Console Edition llega a consolas de sobremesa después de tres años desde su salida de early access en PC. Ha sido un juego demandado por el público hasta la saciedad y por fin lo podemos disfrutar en nuestras consolas Xbox. Sin embargo, ¿ha llegado demasiado tarde?

Double Eleven ha adaptado la versión de PC desarrollada por Facepunch Studios en 2013. Mucho ha llovido desde entonces pero no es la primera vez que un juego alcanza la fama años después de salir a la venta. Como ya le ocurriese a Among Us, por ejemplo, Rust se ha vuelto tremendamente popular (de nuevo) gracias al reciente empujón mediático por parte de streamers de la talla de El Rubius, Ibai o TheGrefg, entre otros muchos. La fiebre por la supervivencia extrema ha vuelto y, por fin, ha dado el salto a consolas. 

Rust: Console Edition, la supervivencia más bestia

Parecía que nunca iba a llegar el momento pero, siguiendo los pasos del popular Ark: Survival Evolved, ya podemos disfrutar en nuestra Xbox One de Rust: Console Edition. Para aquella persona que no conozca a estas alturas lo que es Rust, es un título de supervivencia multijugador en primera persona bastante duro y salvaje. 

Despertaremos casi desnudos en mitad de un paraje y tendremos que apañárnoslas para sobrevivir. Con la ayuda inicial de una piedra y una antorcha deberemos conseguir comida, agua y todo tipo de materiales que nos permitan sobrevivir el mayor tiempo posible. De hecho, el juego no tiene modo historia ni ningún objetivo en particular más allá del hecho de seguir vivo. Dependerá de nuestro ingenio y pericia como exploradores el seguir con vida la mayor parte del tiempo, intentando evitar los peligros que nos rodean ya que si nos alcanza la muerte perderemos todo el inventario y nos tocará empezar de cero. Y creedme, vamos a morir muchas veces.

Construye tu refugio lo antes posible

Para evitar perder todas nuestras posesiones deberemos ser capaces de conseguir materiales y construir un refugio. Este actuará como zona segura y podremos construir muebles para guardar nuestras pertenencias y ponerlas a salvo. Pero claro, no todo es tan sencillo: los demás jugadores del servidor podrán destruir nuestro hogar y saquearnos completamente. Este es el verdadero peligro del juego y es que, casi por norma general, los jugadores que encuentras son realmente agresivos y van a ir a por ti aunque no tengas más que un par de calzoncillos y una piedra.

Gestionar el nivel de frustración como jugadores va a ser clave a la hora de disfrutar un título como Rust: Console Edition. Los debutantes en el juego van a encontrarse con una barrera de entrada demasiado grande. En Rust no existen los tutoriales, te sueltan directamente en la partida y… ¡arréglatelas como puedas!. Es muy probable que al principio no sepamos ni encender la antorcha para ver en la oscuridad y si nos alcanza la noche sin haber descubierto cómo hacerlo puede que nos den ganas de quitar el juego. 

Cross-play entre consolas, excluyendo el PC

Precisamente una de las novedades que incluye este Rust: Console Edition es la posibilidad de usar el cross-play sólo con consolas Xbox. Sin ánimo de crear polémica me parece una idea magnífica que puedas escoger no jugar con jugadores de PC ya que, por norma general, estos están mucho más experimentados y la comunidad en esa plataforma está más que consolidada. Los clanes son más numerosos, más grandes y, posiblemente, tengan copado el mapa entero con sus construcciones. Es una forma de igualar las fuerzas contra jugadores que acaban de empezar como tú y que, probablemente, estén usando también un mando. 

Estamos al mando

La implementación del mando en Rust: Console Edition es bastante buena pero sigue estando muy por debajo respecto al manejo y prestaciones que ofrece un ratón y un teclado. El mapeo de los botones es acertado y encontramos todas las opciones disponibles que disfrutamos en su versión de PC.

A través del D-pad accederemos al inventario y el mapa sin mayor problema. El inconveniente será tener que pasar de casilla en casilla con los botones direccionales o los L y R para ir seleccionando los objetos. Algo que con un ratón se hace en apenas unos segundos con una pasada aquí nos llevará algo más de tiempo, así que habrá que tenerlo en cuenta si nos encontramos en situación de peligro y queremos hacer alguna gestión inmediata. Para estos casos podremos crearnos accesos rápidos en el menú de acción al más puro estilo Minecraft. Esto es muy práctico y resulta muy intuitivo para acceder a los objetos más comunes con apenas unos toques. Aún así, es muy destacable la ausencia de atajos como en el teclado en un título de este tipo pero es entendible que milagros no se pueden hacer. 

Con el botón RT ejecutamos la acción con el objeto que tengamos seleccionado en ese momento, con el A saltamos y con el B nos agachamos. El botón de X es el de interacción y el botón Y nos servirá para consumir algo de comida y algunas otras cosas. Si pulsamos R3 accederemos a la rueda de funciones sociales para comunicarnos con el resto de jugadores mediante el texto predeterminado del juego. Esto resulta muy útil si no disponemos de un micrófono cerca.  

El punto negativo del uso del mando lo encontramos, sobretodo, en el combate. Realizar los movimientos con los sticks resulta un tanto tosco y poco preciso. Rust no destaca precisamente por tener unas mecánicas de shooter en primera persona pulidísimas pero es que el combate en consola es un drama. Resulta muy difícil reaccionar con precisión a un tiroteo debido a la brusquedad de movimientos y muchas veces sufriremos derrotas dolorosas por culpa de esto. A la hora de construir edificios tampoco es tan preciso hacerlo con el mando pero, en la mayoría de los casos, no es una situación de vida o muerte. 

Interfaz limpia y gráficos de otra época

La interfaz de Rust: Console Edition es muy clara y sencilla. Han intentado dejarla lo más despejada posible para facilitar la navegación con el mando, lo cual se agradece tratándose de un título tan abrumador.

Técnicamente es un juego algo desfasado y creo que ha llegado demasiado tarde a consolas. Hay que decir que Rust nunca fue un portento gráfico en PC y su edición de consola está a un nivel aceptable. Hemos de tener en cuenta que estamos hablando de un título de 2013, lo que fue la recta final de nuestra queridísima Xbox 360. Las texturas adolecen en distancias cortas y el popping (aparición repentina de los objetos) está presente a cada paso. No es demasiado agresivo pero resulta un poco molesto. También nos encontramos unos cuantos bugs como objetos flotando o que se atraviesan pero afortunadamente son insignificantes para la experiencia jugable. A pesar de todo lo comentado, los escenarios son resultones y perfectamente disfrutables.

Rust: Console Edition está preparado para su funcionamiento a 30 fps en Xbox One. En alguna ocasión nos hemos encontrado con algunas caídas de frames provocadas, sobre todo, por una enorme cantidad de elementos en pantalla. Cuando entras en una zona donde hay varios jugadores y a su vez varias construcciones el juego adolece bastante en la consola de la generación pasada. En Xbox Series X, por contra,  el juego se reproduce a 60 fps y esas caídas son menos notorias. Además, tiene algunas mejoras gráficas como mayor definición de las texturas y mejoras en su iluminación.

En cuanto al sonido no hay nada reseñable que mencionar. Los efectos de sonido están a un buen nivel pero las melodías son muy discretas. No es que estén mal pero son muy ocasionales ya que la mayoría del tiempo estaremos en silencio tan sólo escuchando el sonido de la naturaleza…o los pasos de algún jugador que pretende cazarnos.

Rust: Console Edition no es para todo el mundo

Si te gustan los retos de supervivencia y nunca probaste la versión de PC este es un buen momento para hacerte con Rust: Console Edition. El título de Facepunch Studios y Double Eleven es una adaptación más que digna para nuestras consolas Xbox. Es verdad que el juego puede parecer algo desfasado pero los desarrolladores ya adelantaron que esta versión estaba optimizada para consolas de anterior generación. No obstante, en Xbox Series X la mejoría es notable y la fluidez que te proporcionan los 60 fps lo convierten en un título muy disfrutable a nivel jugable. 

El mapeado de botones que ha conseguido la desarrolladora es muy correcto y deja claro que Rust: Console Edition se puede disfrutar perfectamente con mando. Eso sí, por la propia naturaleza del juego no puede competir con el uso de un teclado y un ratón. Digamos que todo se puede hacer con el mando pero resulta más lento e impreciso. De hecho, los jugadores que ya se acercaron al título en su versión de PC no van a encontrar ninguna motivación para probar esta versión. 


En Área Xbox advertimos que, antes de su compra hay que saber que, en sí mismo, Rust no es un juego de disfrute inmediato. Hacer las cosas medianamente bien para sobrevivir nos va llevar muchas horas. La ausencia de tutoriales y de la posibilidad de jugar en solitario hace que tenga una curva de dificultad elevadísima. Eso sí, cuando conseguimos hacer las cosas bien y ver el amanecer de un nuevo día la satisfacción es incomparable.

Rust: Console Edition

49,99€
7.2

GRÁFICOS

7.0/10

SONIDO

7.0/10

JUGABILIDAD

7.5/10

Pro.

  • Buen mapeado de botones para el mando
  • Muchas posibilidades de construcción
  • Por fin podemos disfrutarlo en consola

Contra.

  • Gráficos desfasados, aunque no malos
  • Muy difícil para nuevos jugadores
  • Los combates son un desastre

Acerca del autor

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Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.

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