Análisis de Immortal Realms: Vampire Wars

Damos el salto a la estrategia 4X con Immortal Realms: Vampire Wars. Desarrollado por Palindrome Interactive, estamos ante un juego que quiere traer un soplo de aire fresco al género de la estrategia por turnos. Para ello, cuenta con la principal novedad de incluir cartas en sus mecánicas jugables, además de contar con 3 clanes vampíricos bien diferenciados.

Con todo esto, y un modo historia que nos llevará a las guerras de estos tres clanes, Immortal Realms: Vampire Wars, quiere ser un título que conquiste el corazón de los fans de la estrategia más clásica. Cabe destacar, que hoy analizamos la versión final, pero este lanzamiento lleva bastante tiempo como Early Access. Sin más os dejamos con nuestro análisis, eso sí, agradeciendo como siempre a Koch Media por este código.

El mito sigue vivo

Mentiríamos si no señalasemos que uno de los principales atractivos de este juego es que los vampiros sean los protagonistas absolutos. En este sentido contamos con tres grandes clanes vampíricos que nos ofrecerán un gran elenco de opciones jugables. Por un lado, cada uno de estos clanes contará con unidades y habilidades propias, así como unos beneficios propios. Estos beneficios moldearán bastante nuestra experiencia a los mandos.

Por otro lado, cabe destacar que cada uno de los clanes cuenta con una atmósfera y una campaña propia, por lo que descubriremos mucho más sobre su historia. En este sentido, tenemos que destacar principalmente a los Nosfernus, contando con una gran campaña, aunque el resto también cumplen realmente bien.

La integración de los vampiros crea que el juego opte por una ambientación oscura y lúgubre, contando a su vez con muchas unidades relacionadas con su mitología. Es muy interesante poder conformar un ejército con murciélagos, ghuls o incluso espectros.

Esto también queda marcado en el mapa de campaña. El mapa por el que nos moveremos antes de entablar combate representa perfectamente esa atmósfera turbia típica de una novela de vampiros. Eso sí, en ocasiones este mapa de campaña se siente demasiado simplón.

El poder de la sangre

Desde que nos pongamos a jugar, comprenderemos que Immortal Realms: Vampire Wars quiere alejarse de otros títulos del género gracias a la utilización de cartas. A diferencia de muchos otros juegos de estrategia, en este Immortal Realms: Vampire Wars, sólo contaremos con un recurso, la sangre. Con la sangre podremos construir edificios o reclutar unidades, además de utilizar nuestras cartas.

Esto es algo muy a tener en cuenta, ya que hace que la gestión de recursos es una de las mecánicas principales dentro del género. No obstante, como decimos Immortal Realms: Vampire Wars, quiere paliar esto focalizando su interés en una mecánicas de cartas.

Las cartas, nos permitirán realizar muchas acciones, tales como reclutar unidades, mejorar edificios o algunas directamente relacionadas con nuestro ejército, como su curación o el aumento de la velocidad de movimiento. Esta nueva mecánica en un comienzo es un poco liosa, ya que no queda del todo claro como utilizar las cartas. A pesar de esto, al cabo de un rato estaremos más que familiarizados. Tenemos que mencionar, que también contamos con cartas destinadas exclusivamente para el combate y que serán exclusivos de cada facción.

Tácticas de combate

Cómo acabamos de mencionar, contamos con algunas cartas que están destinadas exclusivamente para el combate. Estas cartas pertenecerán a nuestro comandante y representan sus habilidades en combate. En este sentido contamos con una gran variedad y su uso es vital para alcanzar la victoria.

Los combates son bastante similares a otros juegos del género como son las últimas entregas de la saga Heroes of Might & Magic, o bien los Age of Wonders, aunque siendo honestos, están bastante de esta segunda saga. Como era de esperar, cuando entablamos combate pasaremos a una vista isométrica con la que controlar a nuestras unidades. El combate es por turnos y se desarrolla en un mapeado similar a un tablero, contando con diversas casillas por las que nos moveremos.

En este escenario dan el toque estratégico las fuentes. Los mapas cuentan con varios fuentes que si tomamos nos obsequiarán con diversas mejoras para nuestro personaje. Algunas de ellas son realmente útiles, como la regeneración o el aumento de daño. Más allá de esto, nos encontramos ante unos combates bastante planos, ya que ni nuestras unidades ofrecen grandes posibilidades ni el mapeado. En el caso de las unidades, más allá de nuestro general y el uso de sus cartas, el resto de unidades se limita únicamente a atacar o a usar su habilidad especial, la cual se siente poco inspirada en muchos casos.

Un sabor agridulce

Dicho todo esto, tenemos que ahondar en uno de los puntos más negativos del título, su apartado técnico. Estamos ante un juego que procede de un pequeño estudio, por lo que sabemos que el apartado gráfico suele ser uno de sus puntos débiles. En este caso, contamos con unas grandes ilustraciones tanto para las unidades como para las cartas, contando con fantásticas representaciones. A su vez, la historia se narra a través de unas viñetas muy llamativas.

Aun así, cuando comienzas la partida te das cuenta de que estamos ante un título con un apartado técnico bastante pobre. El mapa de campaña cuenta con muy pocos detalles, concretamente las texturas de los caminos y suelos se llevan la peor parte contando con unos diseños bastante inferiores a lo esperado. Así mismo, las unidades que se encuentran recreadas en 3D, no tienen el mejor diseño del mundo, contando en ocasiones con modelados muy similares entre ellas. Es una pena, ya que sus diseños artísticos están mucho mejor en las viñetas que cuando llegan al 3D.

Por otro lado, el juego cuenta con todos sus textos traducidos al castellano, además de que su banda sonora cuaja a la perfección con la ambientación. Aunque claro, no todo es perfecto en este sentido. La interfaz utilizada en el juego no es la mejor posible y muchas veces estorba muchísimo, impidiendo al jugador saber qué opción está eligiendo ya que los textos tapan los iconos.

En definitiva

Immortal Realms: Vampire Wars es un juego que ha intentado dar un giro de tuerca al género de los 4X. Sin duda la ambientación que han elegido no podría ser más atractiva. No obstante, todas estas promesas no han terminado de cuajar, dando como resultado un título que no termina de destacar en ninguna de sus facetas. Esto no quiere decir que estemos ante un mal juego, para nada creo que así lo sea. Posiblemente si buscas adentrarte en el género Immortal Realms: Vampire Wars sea una opción a tener en cuenta. Si por el contrario eres un veterano dentro del género, te darás cuenta de que estamos ante un juego con una gran cantidad de carencias y que posiblemente no te aporte demasiado.

A pesar de todo esto, hay que valorar que un estudio independiente haya intentado dar el salto al género aportando cosas que otras grandes sagas no han hecho. Su ambientación posiblemente sea uno de sus puntos fuertes, por lo que si eres fan de Mundo de Tinieblas deberías darle una oportunidad. Si te ha gustado este análisis, no olvides que tienes muchos más aquí.

Immortal Realms: Vampire Wars

49,99
6.3

Gráficos

6.0/10

Sonido

7.0/10

Jugabilidad

6.0/10

Pro.

  • Gran ambientación
  • La utilización de cartas es una propuesta interesante
  • Sus viñetas y el diseño de sus cartas
  • Facciones interesantes y bien diferenciadas

Contra.

  • Extremadamente simplón
  • Técnicamente es bastante limitado

Acerca del autor

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Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.

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